Cazorla - Quesada (por el Chorro)

Opción larga, pero mucho más bonita que la carretera, para llegar desde Cazorla hasta Quesada.

Salimos desde el pilón de agua fresca que hay junto a la panadería de Morillas y el pub La Rana Verde, unos 50 metros más arriba del albergue juvenil. Desde el ayuntamiento, podemos acceder hasta este punto subiendo la calle del Carmen.

Unos 50 metros más arriba del pilón, hay un cruce de calles. Tomamos la que hay a la derecha, una rampa hacia arriba más que notable en la que vemos, a mano derecha, el bar El Maño. La primera cuesta, que nos conduce hasta el vecino pueblo de La Iruela, pondrá a prueba nuestra potencia. Entramos en La Iruela y recorremos la calle hasta alcanzar la plaza del ayuntamiento, donde giramos a la derecha por una rampa ascendente breve, pero muy empinada. Estamos en el camino del Chorro, que dista 12 kilómetros de este punto.

La carreterilla serpentea, picando casi siempre hacia arriba. Las vistas de Cazorla y la campiña, a nuestra derecha, son soberbias. En días despejados, apreciaremos perfectamente el valle del Guadalquivir hasta Andújar, así como las sierras cercanas a Jaén capital, la Loma de Úbeda y Sierra Morena (si es que la subida nos deja fuerzas para mirar, claro está). Tras unos kilómetros de subidas y descansillos, alcanzamos un puente bajo la cascada de la Escaleruela y la carretera vuelve a picar hacia arriba. Proseguimos un kilómetro y pico hasta el antiguo control de Riogazas, donde se acaba el asfalto y comienza la pista forestal. La pista es ancha y el estado del firme varía, según la época del año y el número de camiones que estén haciendo trabajos forestales, desde una costra de nieve que haría esta excursión imposible hasta una superficie medio aceptable con mucha piedra suelta.

Alcanzamos un mirador natural sobre el valle de Cazorla y el Castillo de las Cinco Esquinas y la pista nos da un respiro, con una leve bajada. Pronto, volvemos a subir moderadamente y, tras un kilómetro algo más empinado, aunque siempre cómodo, alcanzamos el punto más alto de la excursión en una curva a la izquierda con señales del GR-247. Bajamos durante un kilómetro, más o menos, y pasamos un torrentillo en una curva a la derecha, tras el cual subimos levemente. Hacia la mitad de la recta en la que hemos entrado, vemos que la pista principal sigue subiendo hacia la izquierda y nace otra pista descendente a la derecha, sin acceso para vehículos a motor. Bajamos por la derecha y, en unas decenas de metros, alcanzamos el mirador del Chorro, desde el cual podemos contemplar Quesada, Peal de Becerro, el mar de olivos, las sierras de Jaén y, a nuestros pies, el tajo del Chorro.

Continuamos bajando y, tras la curva que hay a la derecha, pasamos con cuidado la cadena que impide el paso a los vehículos a motor. A nuestra derecha, bajando, se encuentra la fuente (generalmente, con agua, aunque puede llegar a secarse en verano). Seguimos de frente tras la cadena y retomamos la pista, pasamos un puente, superamos un repechito y nos encontramos con un cruce. Tomamos el ramal descendente de la derecha, señalizado, hacia Quesada (el de la izquierda nos llevaría al nacimiento del Guadalquivir).

El descenso hacia Quesada es complicado, puesto que la pista forestal suele estar llena de piedras sueltas de tamaños diversos que amenazan la estabilidad, sobre todo en las curvas. Unos tres kilómetros más abajo del Chorro, encontramos asfalto. Seguimos la sinuosa y estrecha carretera durante unos cinco kilómetros, hasta que, justo después de una curva cerrada a la derecha, vemos señales del GR-7 que nos invitan a dejar el asfalto y tomar un carril a nuestra izquierda. Bajamos por el carril, pasamos el torrentillo y subimos. A la altura de la casa rural Cortijo del Marqués, seguimos de frente, ignorando los carriles que salen a ambos lados. Continuamos por el carril hasta que, en una curva cerrada descendente a la derecha, vemos una puerta metálica negra y una señal medio escondida del GR-7 que marca la derecha como sentido correcto. En cualquier caso, a partir de este punto vamos a seguir siempre el camino asfaltado. El camino serpentea, rodeando cortijos y hazas, e inicia un desbocado descenso que nos obligará a usar los frenos con frecuencia a causa del firme ondulado y la estrechez de la calzada, adobada con la alta velocidad de los vehículos que vienen subiendo. Finalmente, la bajada termina en una curva a la derecha. Seguimos el camino obvio hasta cruzar el río a los pies de Quesada.

La subida hasta el centro del pueblo se puede hacer por caminos diversos, aunque el más leve es el que hay tras pasar el puente a la derecha, teniendo las últimas casas a nuestra izquierda y el inicio del campo a la derecha. Siempre ascendiendo en línea recta, pasamos por el Pozairón, con la iglesia y las murallas en lo alto, a nuestra derecha. Al alcanzar la carretera (veremos la parte trasera del semáforo frente a nosotros), giramos 180º y alcanzamos el centro del pueblo con facilidad.