Canto Hastial: subida y bajada y otras trialeras en Hoyo de Manzanares

Ruta de enduro / cicloalpinismo a la cima del Canto. hastial, en la sierra de Hoyo para disfrutar de la bajada, ya que la subida, de hecho, es también trialera de bajada (Las Pedreras), con gran pendiente, muchas piedras sueltas, pasos de roca y grandes surcos entre jaras, lo que hace el ascenso muy penoso y obliga a empujar la bici más de la cuenta para conseguir llegar arriba con algo de fuerzas para luego bajar.

Pero el esfuerzo merece la pena, por las vistas espectaculares desde la antena del pico, como por la posterior bajada endurera. Desde arriba se visualizan las dos vertientes de la sierra de Hoyo. Hacia el suroeste se puede contemplar la estribaciones de la sierra de Guadarrama, el pico Abantos con San Lorenzo de El Escorial a sus pies y el embalse de Valmayor. Y, en término medio, se aprecia la pista blanca serpenteante que viene de La Berzosa, donde dejamos los coches e iniciamos la subida.

Hacia el Norte, otros de los lugares de peregrinaje endurero madrileño: Moralzarzal, a los pies del Cerro del Telégrafo o pico Cabeza Mediana. En la foto se aprecia como un punto blanco el susodicho telégrafo óptico que lo corona y hacia este lado por esa ladera es por donde discurre la Trail to Hell, una clásica trialera de Moral. Más allá, Cerceda y la sierra de Guadarrama, donde se distinguía perfectamente la Bola del Mundo (en la foto no). Y Peñalara al fondo del todo.

La bajada es rápida y técnica a partes iguales, con curvas, pasos no muy complejos pero que exigen todo de las suspensiones, surcos profundos donde poner atención a los pedales, zonas estrechas de curveo entre jaras… muy, muy guapa. Y, además, una bajada larga, para disfrutar cada piedra.

De ahí en adelante, un poquito de subida para enlazar con la DH Lechuza (🔷), con alguna losa de granito y muy pedrolera también, para luego tras un enlace en subida, coger la clásica Curveteo (🟢), endiabladamente rápida, puro flow entre jaras con final en ascenso dentro de un bosque de encinas y enebros, para subir por la pista con pasos técnicos terribles en su final que nos lleva a la DH Rompepiernas (🔺), última bajada que nos deja en el coche con una sonrisa dibujada en la cara.