CAMINO SANTIAGO FRANCES: SAINT JAIN PIED DU PORT- BURLADA

Sábado 26 de junio 8 de la mañana paso, repaso y parece que todo está preparado y en su sitio. Salimos de Pamplona con el coche Elena y yo tras un viajecito movido de curvas llegamos a San Juan de pied de Port, pueblo clásico y rustico de montaña pirenaico francés con casas de piedra muy bonito y con ambiente qué otro día vendremos a disfrutar.
Empezamos mal el día, sorpresa, se me han olvidado las botas de bici en casa, menos mal que encontramos una tienda dónde nos clavan por un par. Como dice mi compañero Jorge, el que no tiene cabeza tiene piernas. Tras sellar la credencial emprendemos rutas diferentes ella vuelve a casa en coche y yo empiezo mi camino. El día está perfecto 20 grados y solecito, entre los nervios de la salida por el contratiempo y que la bici recién puesta a punto no me transmite buenas sensaciones voy incómodo y nervioso, y aunque habia preparado y repasado el camino me sorprende sus tremendos inacabables 16 km de rampas al 20%. Poco a poco voy cogiendo altura, cogiendo ritmo a la vez que aparece en su máximo esplendor la fauna y flora de estos Pirineos fraco- navarros. Águilas de majestuoso vuelo pausadas en el aire al acecho, preciosos caballos de gran portio, vacas blancas como toros, ovejas cabras y un sinfín de animales entre la inmensidad del verde prado montaña, me recuerda a mí Cantabria. Aunque la pista es asfaltada y de buen firme, a partes iguales sufro y disfruto a raudales. Lo voy dando todo y de vez en cuando busco un descanso como excusa para hacer fotos preciosas de paisajes y rincones de película. He elegido la ruta más dura de los peregrinos por los puertos de cize y el collado de Leopolder y por la cima de la virgen de Biakori, a fe que lo es por igual que bonita. Me hace disfrutar y sufrir tanto a la vez que empiezan a surgir las emociones y los pensamientos no hay mejor psicólogo para reflexionar. Me viene a la cabeza toda mi vida en su inmensidad de lo bueno y lo malo mis familias que me han ayudado empiezo a valorar todo lo que han hecho por mí, la suerte que he tenido de todos ellos desde mis padres que me han dado la vida, muy especialmente mi mujer y mis hijos, a mís abuelos, tutos y familia política, y de la puta madre de la cuesta. Por fin corono a 1421 mts, el viento sopla como un condenado lo que hace aun más épica la etapa. Me recuerda las tipicas etapas del tour. Parada, avituallamiento, sesión fotográfica y momento de relax y disfrute del paisaje, tras el cual emprendo el mismo tortuoso y duro camino de subida, voy pasando peregrinos cada uno con su penitencia y motivandonos mutuamente. Por fin coronó y al fondo del valle ya veo Roncesvalles, me da una buena alegría y tras una gran trialera descendiendo por un bosque precioso que disfruto como el mejor biker llegó a la oficina de turismo a sellar la credencial, es de agradecer que hay poco peregrino y como los bares están llenos emprendo el camino hasta espinal que está muy cerca y paro en un bar a comer y repostar un sándwich rico un poco de fruta plátano y naranja botella de agua por 6 € buen menú señor.
Me cuesta reanudar la marcha con la tripa un poco llena y el físico ya cansado. el camino aunque es más llevadero se hace incluso más duro de lo que dice la ruta pero aún así entre veredas sombrías y riachuelos voy disfrutando y sufriendo hasta que el agotamiento y el resbaladizo empedrado por las últimas lluvias del terreno me hace detenerme un par de veces encuestas que en otros momentos las pasaría sin dificultad, hasta que corono Erro. Reavituallamiento con un gel y empezamos otra trialera qué es mortal pero muy divertida para el biker aunque se hace larga, difícil y peligrosa mitad por el cansancio mitad por su terreno hasta llegar a zubiri, sello la credencial y me animo un poco. El camino ya lo conozco, lo he hecho más veces, sé que puedo llegar. Estos últimos 15 km los disfruto a tope como nunca otras veces qué he pasado por aquí, busco sensaciónes, el camino realizado, el trabajo bien hecho y aún más cuando la tormenta me alcanza, lluvia, granizo, relámpagos me hace disfrutar al punto de ponerme la piel de gallina, esta vez no me he librado pero no me importa, al contrario. un par de fotos, unos cuantos gritos de desahogo y a descansar que me lo merezco.