Camino Podense, 5ª etapa, Cahors - Moissac

La Vía Podiense, Podense o Podiensis es una de las cuatro vías principales de acceso de los peregrinos medievales franceses a Compostela por los Pirineos. También denominada Ruta de los Borgoñones y de los Teutones, parte de la ciudad de Le Puy-en-Velay y entra en España por Roncesvalles después de haber confluido con las vías Lemovicense y Turonense en el país vasco-francés (se supone que en el poblado de Gibraltar, entre St. Palais y Ostabat, y así lo conmemora una estela colocada allí por los Amigos del Camino de Santiago de Francia). La Vía Podense fue, históricamente, la primera vía francesa de peregrinación a Compostela, desde que Godesalco, obispo de Le Puy, partiera hacia la supuesta tumba del Apóstol en el año 950.

Y el 5º día al fin amaneció despejado y con toda la pinta de que iba a hacer calor. Arrancamos la ruta visitando la catedral de Cahors y sus magníficas cúpulas. No entramos porque, aunque en teoría abrían a las 9:00, a las 9:20 aún estaba cerrada y sin visos de abrir en breve, y no podíamos esperar mucho más, así que nos dirigimos al Puente Valentré, un antiguo puente de piedra medieval que cruza el río Lot al oeste de Cahors. Ofrece hoy, con sus tres torres fortificadas y sus seis arcos precedidos de picos agudos, un ejemplo excepcional de arquitectura de defensa medieval, convertido en el símbolo de la villa de Cahors. Desde 1998, está inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO.

Volvemos a la misma orilla del río en la que hemos dormido y salimos del cauce subiendo 1 kilómetro por una carretera secundaria; en la cima tenemos la opción de hacer 600 metros hasta la "Croix de la Magné" y la verdad es que las impresionantes vistas de la ciudad de Cahors hacen que merezca la pena ese kilometrito de más. Una rápida bajada por la misma carretera, pasamos por debajo de la autopista, seguimos por la carretera y un poco más adelante nos desviamos por una pista que asciende. Y ésa va a ser la tónica del día: el GR65 va cogiendo y abandonando pequeñas carreteras secundarias en un sube y baja continuo, no hay grandes puertos, no hay largas bajadas, no hay largas cabalgadas por carretera (excepto los últimos 13 kilómetros), hay algún pequeño tramo de sendero ratonero muy divertido y los pocos tramos trialeros casi destacan más por la pendiente que por las piedras y son casi todos de bajada (hay una trialera de 1km en subida a la salida de Montcuq que no tiene excesiva pendiente y creo que es la única en subida).

Vamos atravesando pequeñas localidades con una arquitectura y un estilo muy propio de la campiña francesa y evitamos por carreteras secundarias las zonas especialmente trialeras del GR65 donde no quedaría más remedio que empujar la bici, así que la ruta es muy agradable: el paisaje del día son campos de girasoles, algún viñedo y sobre todo largos prados que se pierden entre lomas.

Después de un breve avituallamiento en Montcuq, la parada a comer la hacemos en la preciosa plaza de carácter medieval que hay en el centro del casco histórico de Lauzerte.

4h56' de pedaleo tomándolo con bastante calma excepto los últimos 13km por carretera donde ya apretamos un poco.