Camino de Santiago. Camino Francés, Saint Jean Pied de Port Santiago. 2014-06-28 12 etapas

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Mi hijo Pablo y yo, llegamos a Saint Jean Pied de Port a las 14:30 del sábado 28 de junio de 2014, gracias a mi mujer que nos llevó hasta allí desde Madrid.
Teníamos dos opciones, buscar albergue allí y hacer una gran etapa al día siguiente, o sub ir a dormir a Roncesvalles aprovechando la larga tarde de los días más largos del año. Nos decidimos por la segunda opción, y mientras que mi mujer partía en coche regreso a Madrid, mi hijo y yo emprendimos la subida por el camino principal, el que sube hasta más de 1400 m (Saint Jean está a 165). La primera mitad se hace por pistas asfaltadas, con pendientes continuadas de hasta el 22% según Garmin.
Menos mal que es la primera etapa, porque con lo dura que es, de estar más adelante, estoy seguro que la hubiéramos hecho a pie.
Más de 4 horas para recorrer 25 km.
Para mayor dificultad, arrancamos con calor bochornoso, hasta que se transformó en tormenta de granizo en la parte alta, rodeados de una espesa niebla.
Cogimos Roncesvalles con tantas ganas, que por esta noche me permití el lujo de dormir en hostal.
Temía que Pablo se me rajara. No está tan acostumbrado a montar en bici como yo, pero el hecho de tener 18 años y de estar en buena forma física, me hacía pensar que lo conseguiría.

Segundo día de Camino. Como el día anterior ciclamos por la tarde, no madrugamos demasiado y arrancamos alrededor de las 9:00. Empieza el día con un ligero Sirimiri que nos acompaña casi hasta Pamplona, donde el calorcito nos obliga a quitarnos la manga larga. Vemos como ya están preparando la ciudad para las fiestas de San Fermín, para las que tan solo queda una semana.Nos parece poco quedarnos aquí y decidimos seguir un poco más.
Empezamos, bajo un sol de justicia, a afrontar la empinada cuesta que sube al Monte del Perdón. Dura la cuesta. A mitad de la misma, en Zarikiegui, vemos que hay n par de albergues, asique decidimos parar ahí. Buena elección. Siempre se pasan mejor las cuestas a primera hora de la mañana que a final de etapa.

El lunes 30 de junio de 2014, comenzamos nuestra tercera etapa, desde el albertgue San Andrés en Zarikiegi con intención de llegar hasta donde aguantemos.
El comienzo de atapa consiste en terminar la subida al monte del Perdón, que apenas habíamos comenzado el día anterior. Los últimos tramos son exigentes y de fieme roto, lo que nos obliga a poner en ocasiones pie a tierra.
La bajada, muy técnica. Aún más con las desestabilizantes alforjas. La fuerte pendiente unida al firme formado por bolos totalmente sueltos, nos obliga a poner todos los sentidos en la bajada.Paramos a desayunar en Puente La Reina, y pasamos entre otros, por Arcos y Estella. En Torre del río, siguiendo el consejo que nos habían dado, decidimos hacer un tramo de carretera de unos 10 km hasta Viana, ya que el camino, casi paralelo, no aporta nada especial y esta plagado de subidas y bajadas que obligan a bajarse en varias ocasiones.De todos modos, este tramo de carretera tiene escaso tráfico.

Cuarto día de Camino. Salimos del Albergue IZAR en Viana. a eso de las 8 de la mañana. Etapa sin grandes dificultades. Al poco de salir atravesamos Logroño, para despues pasar por Navarrete, y Najera entre otros.
Terminamos el día en Santo Domingo de la Calzada.
Dormimos en el Albergue de la Cofradía del Santo. De los caros (10€). Todo bastante nuevo y confortable pero algo frío, y muy muy grande.

Quindo día. Se empieza a notar el cansancio acumulado.Amanece el día muy frío para estar en julio. Arrancamos a las 7:10 de la mañana (nuestro recor. A las pocas horas de salir nos tenemos que poner el chubasquero porque empieza a llover. Pasado Villafranca de Montes de Oca hay que subir unas fuertes pendientes y desde arriba debe de haber muy buenas vistas cuando no hay niebla. Además de la niebla meona que nos rodea, empieza a hacer viento.
Ya cerca de Burgos, despues de Atapuerca, viene otra dificultad con unos caminos que bordea una zona militar, dificilmente ciclables entre la pendiente y las piedras. Las vistas son espectaculares.
Llegamos a Burgos. Yo no pago 5€ por ver la catedral. Ya la he visto. Yo que pensaba que las catedrales eran lugares abiertos al público. Nos quieren sacar dinero por todas partes.
La explotación turística del Camino llega a ser agresiva. Cuidado no matemos a la gallina de los huevos de oro.

Después de dormir en el Albergue mnicipal de Burgos, comenzamos nuestra sexta etapa. Sin grandes dificultades, empezamos a entrar en las grandes llanuras Palentinas. Algún sube baja tiene la etapa pero en total se queda en tan solo 550 de desnivel acumulado.
A destacar las esclusas del Canal de Castilla.
Como anécdota, hemos roto una cubierta, con la suerte de que en la tienda de souvenires de Fromista tenían alguna, que nos han vendido a precio regular, pero que nos ha sacado del apuro.
Terminamos en Carrión de los Condes, en un Albergue de un convento (¿Sta Clara?)
Estamos llegando al ecuador de nuestro viaje.

Séptimo día. Nos levantamos con el propósito de llegar a León, lo que nos obliga a realizar más de 90 km en el día.
Menos unas cuestas antes de León, el resto de la etapa consiste en inmensas llanuras castellanas en un mar de cereales amarillos. Con sus olas y todo.
El interminable camino se pierde en el horizonte. Sicológicamente agotador, ya que, aunque se avanza, da la sensación de que uno está siempre en el mismo sitio.
El viento del oeste nos castiga un poco. Especialmente a mi, que voy tirando la mayor parte de la ruta. Lo pago en las custas que hay llegando a León.

Amanece el octavo día en León. Los kilómetros se acumulan. Las piernas están cargadas. El culo dolorido.
Hoy nos hemos permitido madrugar menos. Ya estamos a 5 de julio, y el frío matinal no parece indicarlo.
En León hemos dormido en un albergue que no recomiendo a nadie. Caro y viejo. Solo una ventaja, y es que la lavadora y secadora eran gratis.
Nos tocó una habitación de cuatro, que tuvimos que compartir con dos guiris bastante mayores, que no se ni de donde eran, pero que eran ambos, bastante raritos. Pensé que iban a ser de los que madrugan muchísimo pero me equivoqué. Fuimos los primeros en salir.
Pasamos por Hospital de órbigo, con su inmenso puente de piedra, bajo el cual se realizan justas medievales, y por Astorga, la antigua Asturica Augusta. Famosa por el cocido maragato, que no tuvimos el gusto de probar.
Terminamos el día en Rabanal del Camino. Pequeño pueblo, que por su distancia con los pueblos anteriores y posteriores, parece que es parada obligada para gran cantidad de peregrinos. Dispone de cuatro o cinco albergues y multitud de posadas. Yo diría que actualmente su economía se mueve alrededor del camino.
Paramos en el Albergue el Pilar, donde el buen ambiente entre peregrinos, dueños y empleados hace que no te des demasiada cuenta de lo justo de sus servicios.



Tal como anunciaban el día anterior, la novena etapa amanece lloviendo con rabia en Rabanal del camino.
Este pueblo se encuentra después de las primeras y suaves rampas hacia la cruz de ferro, en plenos montes de León.
Afrontamos la subida bajo la lluvia, y protegidos por cuatro capas de ropa.
A pesar de ello, el agua hace que durante la fuerte y prolongada bajada tengamos bastante frío. No hemos traído ropa de invierno, y hoy la hemos echado en falta.
Sobre las 12:00 deja de llover, pero el viento nos sigue exigiendo trabajar más de la cuenta.
Dudamos si seguir hasta Vega, pero el cansancio de esta etapa pasada por agua, frío y viento, nos recomienda quedarnos en Trabadelo. Elegimos el albergue municipal, en el que estamos 3 personas. No parece que este pueblo sea etapa para muchos peregrinos.

Décima etapa. Ya huele a Galicia. Ya no dudamos de que lo vamos a conseguir.
El francés que dormía con nosotros en el albergue de Trabadelo ha salido antes de las seis de la mañana.
El frío es invernal pero está seco y despejado. Teniendo en cuenta que hay que subir o Cebreiro, nos abrigamos bien.
La subida la afrontamos despacio pero bien, por una carretera de segundo o tercer orden, por la que recomiendan que subamos los ciclistas, cuyas pendientes oscilan entre el 11 y el 15 % en casi toda su ascensión.
En los viajes anteriores subí por la N-VI, que apenas tiene tráfico por la existencia de la autopista A-6, pero es mucho más bonita la subida que hemos hecho esta vez, y además más corta en kilómetros.
Entramos en Galicia. Antes de Triacastela tuvimos el placer de conocer un castaño con 800 años. Al salir de esta localidad se nos ofrecen dos alternativas, por san Xil o por Samos. Según las guías es mejor por Samos pero algo más largo, y nos decidimos por ir por San Xil.
Terminamos la etapa en Sarria. Alli cenamos al lado del río, las pizzas mejores que he probado nunca en España. Por supuesto, el cocinero era italiano.

Decimo primera jornada. En dos días llegamos.
A partir de León se notó bastante el aumento de tráfico de peregrinos en el camino, pero a partir de esta localidad, se multiplica facilmente por 10 el tráfico en el camino, lo que nos obliga a comprar un timbre y a hacer un intenso uso del mismo, para avisar a los caminantes de nuestra llegada. Que a veces uno no sabe si es mejor o peor avisar. Si avisas se sustan, y por ley de Murphy, siempre se van hacia el lado por el que piensas pasar, y si no avisas se mosquean.
En cuanto al trazado, a partir de aquí, o incluso de Tracaltela, el recorrido es sube, baja, sube, baja por estrechas corredoiras o amplias pistas que discurren entre las frondosas tierras gallegas.
Nos ha llovido suave un par de horas y luego se ha quedado un día muy bueno y algo fresco, lo cual se agradece.
Anecdota del día: cuando nos quedaban unos 5 km de ruta, echo de menos el movil.
Me lo he debido de dejar en alguna de las paradas, o 10 km atrás en Palas de Rei o 35 km atrás en Porto Marín. Llamamos a mi movil y nadie lo coge pero tiene cobertura. Tomo un taxi que pasa por la pista asfaltada. La taxista me llava hacia Palas, pero por el camino llamo a mi hijo con el movil de la taxista y me dice que ha conseguido localizar el móvil y que está en Porto Marín, donde hemos tomado el bocata.
35 km de ida y otros tantos de vuelta en taxi por sólo 30 €. Todavía hay gente honrada que no se aprovecha del momento. Le hubiera pagado lo que me hubiera pedido, aunque si tuve la precaución de preguntar lo que me iba a cobras nada más sibirme.
Terminamos la etapa en Melide, donde cenamos el delicioso pulpo de casa Ezequiel.

Décimo segunda y última etapa de nuestro Camino de Santiago.
Siguen los continuos sube baja que caracterizan todo el tramo gallego.
Ya solo pensamos en llegar.
Por fin alcanzamos el Monte Do Gozo, desde donde se baja hasta Santiago.
mi hijo Pablo está algo desbocado. Quiere llegar. Se me adelanta en todas las subidas. Yo voy más tranquilo.
Admiramos durante unos instantes las vistas de Santiago y afrontamos la bajada con ganas de llegar.
Por fin.
La Plaza de Obradoiro.
La Catedrál
Hemos llegado.
Nos fundimos en un fuerte abrazo emocionado.
FIN

Una experiencia que recomiendo a todos.