Cabañas de Virtus-Soncillo-San Cibrián-Camino de las Pisas/Cascadas-Villabáscones de Bezana-Quintanabaldo-Puentedey-Santelices

Cabañas de Virtus - Virtus - Soncillo - San Cibrián - Camino de las Pisas/Cascadas del arroyo de la Gándara - Villabáscones de Bezana - Quintanabaldo - Vía verde Santander Mediterráneo hasta Puentedey - Santelices - Cidad de Valdeporres - Robredo de las Pueblas - Cabañas de Virtus.

Preciooooosa ruta, difícil de describir haciéndole la justicia que merece: no queda más remedio que la recorrais vosotros mismos y descubrais esta parte de la comarca de las Merindades, en la provincia de Burgos.

Partimos del barrio de Las Cabañas de Virtus por una carreterita local. Los primeros 12 kilómetros discurren sobre asfalto, por terreno llano, para ir calentando las piernas. Atravesamos las localidades de Virtus, Soncillo y San Cibrián.

Poco después de pasar este último pueblo tomamos una pista a mano izquierda que nos llevará a uno de los enclaves más bonitos de la comarca de las Merindades, el camino de las Pisas. Entramos en un precioso y espeso hayedo, en el que veremos también robles, avellanos y acebos, que nos llevará hacia la izquierda hasta la cascada de las Pisas, y hacia la derecha hasta la cascada de El Molino. Dependiendo de la época del año en la que vayas, verás una cascada u otra, es decir, se ve muy diferente cuando lleva agua a cuando no. Lo mejor es visitarlas en periodo de deshielo o en una época de fuertes lluvias, aunque encontraremos seguramente barro en el camino. Hoy no manaba ni una gota de agua, pero a pesar de todo la belleza abrumadora del paraje hace que haya merecido la pena. Un auténtico placer para los sentidos.

El camino de las Pisas desemboca en la bonita iglesia de Santa Águeda, en la localidad de Villabáscones de Bezana.

Seguimos por una impresionante senda boscosa hasta Quintanabaldo, saliendo de esta localidad por la comarcal BU-561. A pocos centenares de metros cogemos a mano izquierda la Vía verde Santander-Mediterráneo, fantástica senda ciclable, actualmente en construcción en el tramo que recorremos, que aprovecha el antiguo trazado del fallido ferrocarril Santander-Valencia y cuya ejecución estará concluida muy pronto.

Llegamos entonces a una de las joyas de nuestra ruta de hoy, Puentedey. Esta preciosa localidad se asienta sobre dos túneles excavados en la roca, uno natural horadado por la acción del río Nela durante millones de años y otro artificial hecho por el hombre, el túnel de la extinta línea de ferrocarril Santander-Mediterráneo. Este ultimo es paralelo al arco natural y tiene una longitud de 85 metros. Es sorprendente observar cómo parte de las edificaciones del pueblo están ubicadas sobre el espectacular arco natural.

Otro de esos rincones que ver en Puentedey es el mirador que se encuentra al norte de la localidad, el mirador de San Andrés, un bonito lugar accesible y habilitado con unas mallas metálicas semitransparentes para que la experiencia de las vistas sea lo más realista posible. Quizás no sea apto para personas que padezcan de vértigo, pero las vistas son espectaculares. Se puede ver parte del arco de piedra natural y las casas colgadas al borde del precipicio, así como la torre de la iglesia de San Pelayo y el Palacio de Brizuela.

Iniciamos el regreso por una pista de tierra con rampas algo exigentes hasta Santelices, y desde aquí a Robredo de las Pueblas, pasando por Cidad de Valdeporres. Solo resta subir hasta alcanzar la vista del pantano, también con pendientes exigentes sobre hormigón rallado, y descender de nuevo a Las Cabañas de Virtus, inicio y final de nuestra fantástica ruta de hoy.

AVISO. Las rutas descritas en WIKILOC, así como los tracks para GPS son meramente orientativos. Queda bajo la RESPONSABILIDAD de quien las realice, las medidas de seguridad apropiadas para cada itinerario, que dependerán de las condiciones climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física y mental de quienes realicen la ruta. Quede bien claro que todo lo indicado (track y comentarios) es meramente informativo, eximiéndose el autor de responsabilidad alguna, ante cualquier percance que pudiera sufrir quien por voluntad propia o inducida realice la ruta.