Bidasoako Pedalak - Pedales de Bidasoa - Etapa 1-4 - Doneztebe - Bertiz - Urdax - Zugarramurdi

La Bidasoako Pedalak es una travesía en MTB a realizar en varios días que tomando como eje central el Rio Bidasoa, recorre el Baztán Navarro, el Lapurdi Francés y la costa Guipuzcoana. Nosotros la hemos realizado en 4 días puesto que consideramos que es la forma más bonita de hacerla, equilibrando dureza de rutas y posibilidades de ocio (visitas turísticas, gastronomía, etc) por los pueblos que atraviesa.

Para mi ha sido hasta ahora la aventura en MTB mas gratificante. Tanto por la compañía (mis amigos Gabi y Fede), como por la ruta en sí y lo bien organizada que esta. Gracias a Cristina y Patxi por sus explicaciones y atenciones.

El primer día se comienza en Doneztebe/Santesteban desde el centro BTT Ameztia de la localidad. Antes de salir hay que tener en cuenta que esta ruta, de las 4, es la que menos pueblos se cruza y menos fuentes de agua hay. Solamente en el km.26 y 30, en sendos merenderos.



Salimos, por tanto, y nada más empezar, al dejar el pueblo tenemos un primer tramo súper agradable por una vía ancha que acompaña al rio por su margen derecha. Enseguida termina y cruzamos el pueblo de Legasa, el rio de nuevo y la carretera para ascender por una pista hasta una zeta en la que cruzamos la N-121a por debajo por un túnel.

Al girar a la derecha, ya avanzaremos prácticamente recto entre fincas, con continuos sube-bajas hasta Narbate para cruzar el rio de nuevo, esta vez por un puente de piedra súper bonito en el que no pudimos evitar parar y hacer un tramo muy cortito por carretera hasta el primer control de sellado: en Oronoz, justo en el cruce, la Tienda Oskorri (Ver waypoint “Control 1”).

Nada más dejar la tienda, tenemos la entrada al parque natural Señorío de Bertiz. Es uno de los atractivos de la ruta sin duda. Un paraje increíble, con múltiples tonalidades de verdes y con tramos cuya frondosidad dan una luminosidad tenue espectacular. Muy húmedo pero con pista perfectamente ciclable siempre acompañada por múltiples arroyos y sonidos relajantes.
En total son algo más de 8 km. Los primeros cinco más tendidos y ya llegando a unas zetas las rampas se ponen bastante serias. Se termina en una puerta cerrada que es la que delimita el acceso al parque por el norte pero se puede pasar sin saltar justo a la derecha de la misma ya que la alambrada en ese lado no tiene altura. (ver waypoint “valla”)

En el cruce de la carretera, tomamos una pista que aparecerá delante de nosotros pero enseguida hay que dejarla ya que a unos 100 metros, antes de llegar a una finca, sale a la izquierda un sendero de hierba que asciende con mucho más porcentaje. Tramo exigente pero gratificante hasta llegar a un tramo de bosque. Aquí otro leve descanso y después más subidas hasta que faldeamos durante un rato el monte Legate por un sendero precioso estrecho entre helechos bastante altos y en algunos tramos rápido.

En el km 17,5 llega un giro a la izquierda de 90 grados y observamos una rampa bastante pedregosa y con pendiente que sube recto para arriba por la montaña. Intentamos ciclarla un poco pero tarde o temprano llega el momento de echar el pie a tierra ya que el tamaño de las piedras + pendiente + barro nos lo impedirá. Este tramo no ciclable no dura demasiado ya que más arriba suaviza un poco y lograremos montarnos de nuevo encima de la bicicleta. Coronamos el collado y perdemos altura atravesando un bosque precioso.

De nuevo subida a otro collado, por pista pero manteniendo dureza y disfrutando como llevamos haciendo antes desde el sendero de helechos de vistas preciosas gracias a estar en monte abierto. Unas veces al sur, otras incluso divisando la Rhune y hasta el mar.

Llegando al punto más alto de la travesía, cerca del collado de Atxuela y Olaberria, pararemos a ver un bunker perfectamente conservado. Y desde aquí ya está la parte más difícil hecha. Nos queda terreno favorable hasta la primera fuente. Aquí había un montón de “ponies” preciosos, y después otra bajada mucho más rápida hasta el área recreativa de Otsondo, 2do punto de agua y también merendero con mesas, etc. (ver ambos waypoints).

La bajada hasta Urdax tiene una primera parte por pista (aunque pedregosa), y de repente se gira hacia la derecha para acabar por sendero divertido con algún tramo comprometido hasta llegar a una pista de hormigón que, OJO! Aun siendo solo 1 km es tan pendiente que los frenos sufren muchísimo y dejas los discos casi negros. Esto pasará más adelante en otros días.

En Urdax paramos a comer sin prisas y a visitar el pueblo. Os recomiendo la terraza del Nicolaurelea, pegada a una laguna y con vistas al monasterio. Al terminar nos metimos dentro del agua (hasta más arriba de la rodilla) y continuamos bien fresquitos hasta Zugarramurdi.

El último tramo es duro ya que comienzas en frio con unas rampas de mucha pendiente, primero por carretera y enseguida por un sendero roto, aunque no durarán mucho tiempo. Tras el calentón la cosa se sigue complicando ya que viene un sendero técnico causado por la estrechez y la gran vegetación a los lados. Los helechos son tan altos que casi ni se ve. Pero es súper divertido y hay que ir concentrado.

Finalmente llegamos al bonito pueblo de Zugarramurdi, al Albergue Graxiana Aterpea, donde el dueño nos estaba esperando con unas cervecitas frescas y, tras 2 rondas, sin prisa, procedimos a lavar las bicis y duchita de rigor.

Ya más tarde, paseo por el pueblo para terminar en el museo y por supuesto la visita a las cuevas donde está el 2do punto de control de sellado. Charla amigable en el albergue, cenita, sobremesa y a descansar. Se puede pedir más a un dia? Yo creo que no!

Resumiendo: Ruta corta (41 km en menos de 3h y media ciclando en mi caso) pero intensa, dura, explosiva. Rampas con porcentajes de infarto, tramos embarrados, etc. Parece que no te han regalado ni un km cuando terminas.

Merece la pena perder el tiempo en hacer las paradas necesarias y disfrutar de todo este entorno maravilloso. Espero que os guste!!