Andes-Alto Rayo-La Camelia-Tapartó-Aguacates-La Trilladora-Puerto Boy-Hispania

RUTA DEL FIAMBRE
Andes-Alto Rayo- La Camelia- Tapartó-Aguacates-La Trilladora-Puerto Boy-Hispania
13 de julio de 2014


Con ésta rodada comprobamos, una vez más, que ése juguetico inventado en el siglo 18 llamado bicicleta no sólo fortalece amistades sino que las crea pues gracias a ella nos reunimos 10 gomosos de la cicla con el objetivo de “pasearla” bien en una jornada que tuvo de todo: carretera pavimentada, trocha destapada, caminos por cafetales, cargada de bicis, bañada en el río, fiambre antioqueño, varadas y hasta caída.

Ese domingo, mientras medio planeta estaba al frente de sus televisores viendo la final del campeonato mundial de fútbol 2014 entre Argentina y Alemania; nosotros optamos por salir en nuestras bicis con el fin de unir algunos pueblos y corregimientos del suroeste antioqueño por vías alternas.

Si bien la idea inicial era ir de Ciudad Bolivar a Hispania por la Tebaida; los planes cambiaron cuando vimos ésa ruta ya montada acá en wikiloc. Por eso decidimos más bien marcar una trocha que une Andes con la vía que sube a Tapartó y, si quedaba tiempo y ánimo, marcar una más que hay entre Tapartó y la vía a Betania. Para ello viajamos el sábado a Jericó con el fin de encontrarnos con otros ciclistas.

Al otro día, muy temprano, salimos del considerado el pueblo más bello de Antioquia -conocido también como La Atenas del Suroeste- y, en carro, bajamos al Río Cauca para luego ir hasta la tierra del Nadaista Gonzalo Arango en donde empezó la montada.

En Andes cogimos las ciclas y tomamos una nueva variante que evita entrar al parque de éste municipio. Por ella subimos hasta Chaparralito en donde dejamos la pavimentada, giramos a la derecha y entramos a la destapada que sube a Alto Rayo por La Solita.

Allí nos hablaron de 2 opciones: una vía corta que va por El Bosque y otra más larga que sigue por California. Escogimos la última y para eso nos internamos en un caminito por un cafetal que resultó ser la entrada a una finca cafetera por la que tocó devolverse.

Retomamos la ruta pero cerca a un palo de guayabas encontramos una bifurcación que nos hizo vacilar. No teniendo a quien preguntarle tomamos un sendero que resultó ser el camino errado.

Varios metros más allá una señora nos señaló el atajo y nos advirtió que si bien el trayecto no era largo, había que bajar con las ciclas en la mano hasta la cañada para luego subirlas de nuevo hasta re-encontrarse con la carretera.

Es importante aclarar que éste atajo quedó registrado en ésta ruta por lo que si se sigue al pie de la letra les tocará cargar las ciclas en éste tramo.

Sin duda el paso de ésta cañada le impregnó a la montada una buena dosis de adrenalina y la sensación de estar viviendo una verdadera aventura.

Una vez remontamos la pendiente empatamos de nuevo con la carretera que viene de El Bosque para montar de nuevo las ciclas y comenzar el descenso hacia la pavimentada que sube a Tapartó.

Casi al medio día, después de 12 km, llegamos a la carretera principal, giramos a la izquierda y empezamos el ascenso a Tapartó.

Con el sol incandescente encima y un provocativo río a nuestra diestra no resistimos la tentación de parar en la Tienda Las Camelias para tomar un refrescante baño en el caudal del Tapartó.

En éste balneario el ambiente tomó visos de típico paseo antioqueño pues tras el chapuzón los chicos sacaron de sus morrales 3 gigantescos y suculentos fiambres envueltos en hojas de viao. A manera de homenaje al fiambre ésta crónica lleva su nombre.

Tras almorzar retornamos a las ciclas para comenzar el ascenso a Tapartó, uno de los 7 corregimientos de Andes. Pasamos por El Descuelgue, La Lejía y Puente Nuevo en donde, supuestamente, cogeríamos el camino a La Trilladora.
Sin embargo allí los lugareños nos contaron que era mejor hacer el ascenso por Aguacates ya que éste era muy empinado.

Todos escogimos entonces la vía sugerida, sin embargo mi gran amigo Machacho quedó antojado de hacerla por acá pues es una de las varias rutas que él ha trazado en google earth por ésta zona para recorrerlas en algún momento de su vida.

Seguimos sobre la margen izquierda del rio, nos acompañaron permanentemente, a lo lejos, las imponentes montañas que forman los Farallones del Citará y casi a las 3 de la tarde, después de 22 k, llegamos al pequeño poblado que es famoso por los Chorros de Tapartó: 5 caídas de agua de más de 80 mts que bajan de las últimas montañas que forman la Cordillera Occidental.

Allí nos hidratamos y emprendimos la segunda parte de la jornada que nos llevaría a la Trilladora por La Finca El Silencio, Tierra Blanca y Fonda Aguacates.

Cruzamos el río y comenzamos un tendido, corto, hermoso, solitario y -como el nombre de la finca lo sugiere-, silencioso ascenso a Tierra Blanca. En la subida apreciamos el corregimiento asentado en un vallecito y algunos de los chorros que caen de sus montañas.

Coronamos el alto y empezamos 10 km de bajada hasta La Trilladora. Durante el descenso nuestra compañera Clara se cayó pero afortunadamente no le pasó nada.

Aparte de un par de raspones Clara sufrió una perforación en su bandana (ver foto) que volvió locos a los chicos quienes, a partir de ése momento, decidieron ir detrás de ella. Jajaja

Durante el descenso vimos, a la izquierda, el municipio de Betanía construido sobre una pequeña cuchilla y más allá montañas llenas de cultivos de café, producto insignia de la región.

Seguimos sobre la margen izquierda del Río Guadalejos y a las 5 de la tarde, con 36km rodados, llegamos a La Trilladora en donde la trocha empata con la vía que sube a Betania.

Como la luz se iba descendimos rápido a Punto Boy en donde ésta carretera empata con la vía que une a Jardín con Bolombolo. Varios kilómetros más allá explotó la llanta trasera de Chucho y de nuevo la suerte estuvo de nuestro lado pues no hubo nada que lamentar.

8 km después llegamos a Punto Boy, acá los dueños de vehículos y algunos veloces giraron a la derecha para subir hasta Andes en busca de los carros, mientras que otros optamos por bajar hasta Hispania con el fin de esperarlos allá.

A éste otro municipio, en cuyo parque viven varios e imponentes samanes; arribamos a las 6pm después de 46km muy divertidos en compañía de excelentes amigos.