alzira-riu-rau-pinaret-barxeta-l'enova-manuel-senyera-alzira 20-12-14
near Alzira, Valencia (España)
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Trail photos
Itinerary description
La niebla, como una lluvia ingrávida y paciente, había mojado los calles. En Alzira era inexistente, pero a l'Alcúdia y Guadassuar era espesa y difícilmente permitía ver más allá de unos pocos metros a pesar de eso, los compañeros tripulantes del Gusano consiguieran guiarse a través de ella, haciendo de sus máquinas dardos que hendían la miga cortina, como las proas de los drakars, barcos vikingos y ultrapasandola . Habiendo huido del implacable aliento de la mañana, vieron como la luz del alba coloreaba los nubes, que parecían golosinas de feria y recortaba las cadenas de oriente como si fueran el decorado de un teatro de sombras. Bien abrigados, heroicos supervivientes de cenar y comidas navideñas de empresa, los gusanillos se presentaron al punto de encuentro listos para surcar la tierra y el asfalto con caucho rugoso, remando a cama batiente, libres en las galeras de la pasión por la bicicleta.
Barxeta sería nuestro destino, nos ajustamos los yelmos para la batalla y nos aferráramos con fuerza en los puños directores. Zarpamos por hacer una nueva incursión por las tierras de la Ribera. Una senda pedregosa, revirada y traidora venía a continuación, primero arriba, entre troncos requemados y matorrales y después hacia abajo, con firme de soslayo y escalones de roca que exigía equilibrio y habilidad por superarlo. El grupo vio acto seguido una bajada mortífera, que circunnavegó por evitar peligros innecesarios. Pero espoleado por la resto de compañeros, el bravo Rullo volvió atrás con decisión para recorrerla, mostrando su coraje por muy cruda que sea la situación.
El mesó donde pararíamos al almuerzo sería diferente del que habitualmente visitamos cuando recalamos en este indómito puerto. Este, ávido Autónomo Propietario por retindre'ns como clientes nos atendió con celeridad y cierta cortesía, ofreciéndonos probar el entrepà de la casa como bocata principal. Desgraciadamente, el vino que sacó por mojar el gatillo era infame, como si, en lugar de uva, su origen fueran entrañas de perro putrefactos, que ni en forma de calimotxo era posible de tragar. Yo mismo levante un grito en el cielo, hize un golpe a la mesa y pedí que llevaran un brebaje digno de ser bebido, y así fue, un caldo de los Alforins salvó el almuerzo, aunque Mala Vida era su nombre.
Dejáramos los platos limpios de comer y aún degustamos bombones y polvo-rones que nos llevaron a las fechas en que nos encontramos. A la hora del café, el camarero ya avisó que si no tenía tiempo, seguramente el cremaet no sería tan bueno como nos merecíamos. Aun así, aún hubo valientes que pidieran por probarlo. Bilis de lobo o veneno de escuezo no eran tan detestables como la criminal mezcla que nos llevaron. Algún se quedó por completo encima la mesa y el disgusto era tal que difícilmente volveremos a recaer en este cuartucho por muy sedientos que nos encontramos en una ruta. Pese a ello, de justicia es decir que, a el otro establecimiento que solemos ir, tampoco tienen arte ni gusto al hacer el delicioso cremaet. Pagamos y partimos. Paco directamente hacia casa, y la resto por una senda que una vuelta hiciéramos en sentido contrario, por un lugar donde el fuego y el viento habían asolado los bosques y los palomas multicolor volaban por sobre de bancales de balaustras en decadencia. Seguimos por campos de naranjos y haciendo la senda del perdut 1, en la que nos encontramos con unos compañeros de Carcaixent, Juan al frente, que ya habíamos visto en el almuerzo y con los que, a continuación, hicimos el camino juntos.
Después vino una bajada, bien divertida que acababa en un misterioso sitio cultivado con mayúsculos cubos de piedra aquí y allá. Los objetos embellecían a los ciclistas que montaban sin ningún temor, preguntándose quien habría metido tales bloques en medio del no nada. Continuamos por una costera muy empinada que hizo que todos debiéremos hacer pie a tierra por subirla. Llegamos a l'Ènova, subimos el puerto del Sapo y desde de allí, al el depósito de agua. Mientras llegábamos contemplábamos indignados otra barbaridad urbanística medio construida. Casas acabadas pero vacías desde hace años y otros donde solo el esqueleto de hormigón es visible. Para mayor escarnio, se erigió el monumento al ladrillo lo más alto del pueblo, por mostrar, como un faro tarambana, las vergüenzas del despropósito que nos rodea. Bajamos a Manuel y atravesamos el pueblo, y de un golpe a la carretera de Xàtiva, entre bancales, camina les, márgenes y acequias, cruzamos Senyera, Castelló de la Ribera, Carcaixent y finalmente Alzira, otra mañana bien aprovechada.
Barxeta sería nuestro destino, nos ajustamos los yelmos para la batalla y nos aferráramos con fuerza en los puños directores. Zarpamos por hacer una nueva incursión por las tierras de la Ribera. Una senda pedregosa, revirada y traidora venía a continuación, primero arriba, entre troncos requemados y matorrales y después hacia abajo, con firme de soslayo y escalones de roca que exigía equilibrio y habilidad por superarlo. El grupo vio acto seguido una bajada mortífera, que circunnavegó por evitar peligros innecesarios. Pero espoleado por la resto de compañeros, el bravo Rullo volvió atrás con decisión para recorrerla, mostrando su coraje por muy cruda que sea la situación.
El mesó donde pararíamos al almuerzo sería diferente del que habitualmente visitamos cuando recalamos en este indómito puerto. Este, ávido Autónomo Propietario por retindre'ns como clientes nos atendió con celeridad y cierta cortesía, ofreciéndonos probar el entrepà de la casa como bocata principal. Desgraciadamente, el vino que sacó por mojar el gatillo era infame, como si, en lugar de uva, su origen fueran entrañas de perro putrefactos, que ni en forma de calimotxo era posible de tragar. Yo mismo levante un grito en el cielo, hize un golpe a la mesa y pedí que llevaran un brebaje digno de ser bebido, y así fue, un caldo de los Alforins salvó el almuerzo, aunque Mala Vida era su nombre.
Dejáramos los platos limpios de comer y aún degustamos bombones y polvo-rones que nos llevaron a las fechas en que nos encontramos. A la hora del café, el camarero ya avisó que si no tenía tiempo, seguramente el cremaet no sería tan bueno como nos merecíamos. Aun así, aún hubo valientes que pidieran por probarlo. Bilis de lobo o veneno de escuezo no eran tan detestables como la criminal mezcla que nos llevaron. Algún se quedó por completo encima la mesa y el disgusto era tal que difícilmente volveremos a recaer en este cuartucho por muy sedientos que nos encontramos en una ruta. Pese a ello, de justicia es decir que, a el otro establecimiento que solemos ir, tampoco tienen arte ni gusto al hacer el delicioso cremaet. Pagamos y partimos. Paco directamente hacia casa, y la resto por una senda que una vuelta hiciéramos en sentido contrario, por un lugar donde el fuego y el viento habían asolado los bosques y los palomas multicolor volaban por sobre de bancales de balaustras en decadencia. Seguimos por campos de naranjos y haciendo la senda del perdut 1, en la que nos encontramos con unos compañeros de Carcaixent, Juan al frente, que ya habíamos visto en el almuerzo y con los que, a continuación, hicimos el camino juntos.
Después vino una bajada, bien divertida que acababa en un misterioso sitio cultivado con mayúsculos cubos de piedra aquí y allá. Los objetos embellecían a los ciclistas que montaban sin ningún temor, preguntándose quien habría metido tales bloques en medio del no nada. Continuamos por una costera muy empinada que hizo que todos debiéremos hacer pie a tierra por subirla. Llegamos a l'Ènova, subimos el puerto del Sapo y desde de allí, al el depósito de agua. Mientras llegábamos contemplábamos indignados otra barbaridad urbanística medio construida. Casas acabadas pero vacías desde hace años y otros donde solo el esqueleto de hormigón es visible. Para mayor escarnio, se erigió el monumento al ladrillo lo más alto del pueblo, por mostrar, como un faro tarambana, las vergüenzas del despropósito que nos rodea. Bajamos a Manuel y atravesamos el pueblo, y de un golpe a la carretera de Xàtiva, entre bancales, camina les, márgenes y acequias, cruzamos Senyera, Castelló de la Ribera, Carcaixent y finalmente Alzira, otra mañana bien aprovechada.
Waypoints
Comments (10)
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Ya veo lo que describes en tu crónica sobre los cubos de piedra. Que extraños ! https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/alzira-riu-rau-pinaret-barxeta-lenova-manuel-senyera-alzira-20-12-14-8524714/photo-4992903
Camino muy pedregoso.... https://es.wikiloc.com/rutas-outdoor/alzira-riu-rau-pinaret-barxeta-lenova-manuel-senyera-alzira-20-12-14-8524714#wp-8524727/photo-4993101
Si que se requiere habilidad para avanzar por esa senda irregular.... https://es.wikiloc.com/rutas-outdoor/alzira-riu-rau-pinaret-barxeta-lenova-manuel-senyera-alzira-20-12-14-8524714#wp-8524726/photo-4993093
Que bonito contraluz https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/alzira-riu-rau-pinaret-barxeta-lenova-manuel-senyera-alzira-20-12-14-8524714/photo-4992885
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Buena ruta por parajes conocidos en parte y con sendas para disfrutar, así como tambien disfrutamos del Mala Vida.
Mucho Agustí, también se disfruta de la Mala Vida ......Bon comentari.
Buenas rutas y buena prosa
Me lo he pasado bien leyendo tu crónica
Saludos
Gracias Julian, si no te importa, lo mismo en la valoración. Saludos
Hola
No sabía cómo funcionaba esto de la valoración
Muchas gracias.
Llevo poco tiempo en la Ribera y aunque no dispongo de mucho tiempo libre, siempre que se puede cojo la bici en modo explorer.
Un día me animo y me afilio a la peña esta tan chula que tenéis.
Se nota que hay buen rollo
Saludos
Gracias Julian, los pequeños detalles hacen grandes a quien los realiza, tu tiempo en valorar se valora y se agradece, cuando te apetezca, solo has de acudir a la llamada de la naturaleza, aquí en la Peña serás bien hallado. Saludos