Alzira-Mirador la Mallá-Pla de Mora-Pla de Corrals-Alzira

En ocasiones la primera impresión te dice que estas frente a alguien especial. Así me ocurrió cuando este invierno conocí a Pepe (rutadura). Ya sabía que era una gran ciclista pues su fama le precedía, pero al conocerlo uno se da cuenta de que además es un gran compañero, un líder nato, generoso y esforzado por hacer que los que con el pedalean pasen un gran día. No es de extrañar pues que nunca pedalee solo y que la penya a la que pertenece, la numerosa Penya el Cuc de Alzira y alrededores lo siga incondicionalmente allá donde vaya.
Esta semana pasada entre el corpus y San Juan pude juntar unos días y me fui a remojarme a Tabernes, que como está a escasos 20 km de Alzira me daba la oportunidad de llamar a Pepe a ver si me sacaba de paseo.
Me dijo que sin problemas, que harían una etapa por la zona y que estaba invitado a compartir pedales con ellos.
Con la seguridad de que pasaría una gran mañana de bici y compañerismo a la hora acordada estaba como un clavo saludando a los compañeros que poco a poco iban llegando. Algunos ya conocidos de la quedada en Chinchilla, donde nosotros fuimos los anfitriones y los cucos los invitados.
No soy el más indicado para hacer la crónica ya que no conozco la zona, pero más o menos puedo indicar los principales hitos visitados y puntos de interés, y sin duda os digo que la etapa es bonita y amena, apta eso sí, para los iniciados en montaña sin ser demasiado difícil. Muy recomendable.
Partimos de Alzira cruzando entre campos de naranjas, no podía ser de otra forma, y enlazando alguna rotonda para cruzar Carcaixen de la que saldremos por caminos bordeando fincas y huertos en dirección a Rafelguaraf. Aprovecho estos primeros metros para ir charlando con Pepe sobre rutas, bicis y más bicis. No llegamos a entrar a Rafelguaraf y seguimos para encontrarnos con una primera subida y enseguida una senda entretenida con un bonito sube-baja preámbulo de lo mucho que nos queda por hacer.
Seguiremos bordeando campos y huertos y llegamos a una carretera donde a la derecha veremos una gran puerta de hierro que realmente llama la atención. Poco después pasaremos por un campo de ciruelos y calabazas. Deliciosas las primeras y de buen porte las segundas.
Continuaremos por pistas de tierra y asfalto dejando alguna pinada a los lados y poco a poco la carretera irá picando al cielo hasta que llegaremos a una carreterilla de asfalto donde la cosa se pone dura y más se pondrá al terminarse el asfalto y encarar una buena subida en camino roto. Paciencia y fuerza porque el esfuerzo merece la pena. Llegaremos al mirador del mallá, cada uno a su marcha, con goteo incesante y sin ningún rezagado van llegando los cerca de 15 ciclistas que compartíamos ruta esta mañana y con los que aprovecho para decir que me sentí como uno más en todo momento, charlando con unos y con otros, compartiendo chascarrillos bromas sobre los borbones, lo negro de la roja, etc etc.
La humedad y el calor apretaban bien a eso de las 10 largas de la mañana que serian cuando disfrutábamos de las vistas desde el mirador. Si uno sabía dónde mirar podía ver casi todos los pueblos de nuestra ruta y algunas de las montañas, collados y barrancos más significativos, como el rio Barxeta, la penya roja, la sierra de Corvera etc.
Tras las fotos de rigor en el mirador tenemos todo tipo de pistas y sendas. Una de ellas recta muy empinada en la que pondremos a prueba nuestros frenos y neumáticos, jugando con la adherencia del terreno y la buena trazada ya que tenemos algún reguero que podría ponernos en un aprieto, después más pistas y senda limpia cerrada con alguna piedra a sortear sin mayor dificultad y después senda cerrada y técnica, con pasos a tener cuidado y respeto, pero siempre disfrutando del campo que por cierto nos regalaba un suave y agradable olor que no terminé de identificar. En mi tierra tomillo, romero y poco más.
Llegamos al barranc de L´Avenc que cruzamos, seguimos y volvemos a cruzar y nos metemos en su rambla seca con grandes piedras y cantos rodados que nos obligarán a descabalgar y tirar de nuestras bicicletas durante unos 20 metros. Pasan pronto y merecen la pena pues llegaremos a una bonita poza que el rio escaba en la roca cuando baja lleno. No dejéis de ver las fotos, y sobre todo no dejéis de ir a visitarlo.
Tras la poza cierta algarabía entre los cucos me indicaba que llegábamos a Pla de Corrals, un pequeño pueblo donde se encuentra el bar Buixcarró. Pepe ya me había apercibido sobre el porte de los bocadillos así como el arte del mesonero a la hora de quemar el carajillo, por lo que con buena charla pude conocer a algunos compañeros un poco más y disfrutar del bocadillo de la casa en versión 0.5 por aquello de poder comer un poco al llegar a casa y que la dona no nos mire mal. Imponente flauta con bacón, queso, cebolla y huevo, que con buenas hambres y frescos jugos de cebada dejó el sitio justo para el carajillo que efectivamente, hubo de ser paladeado con tiempo y disfrute para mis sentidos.
Tras el almuerzo lo suyo es quemar calorías, pero miedo me daba que los efluvios de los alcoholes ingeridos me hicieran ver llano en senda y terminase con los dientes en el suelo, por lo que precaución y mesura para seguir con la etapa.
Según Pepe nos quedaba un llaneo, pero lo cierto es que con suave sube-baja descendíamos pasando por algún barranco y alguna pinada, y nos quedaba una corta bajado muy inclinada que la mayoría hicimos a pié ya que estaba cruzada por un profundo reguero. Solo Íker supo bajarla regalándonos un derrape con cambio de trayectoria a los presentes que lo vitoreamos como se merecía. Raúl “Pantu” trató de bajar, pero a medio trayecto se le fue de delante y salió por la derecha para encontrarse con otro cuco que bajaba a pié y que resultó ser un salvador puntal de apoyo, a tenor de cómo lo abrazó Raúl que casi se cae. Terminaron ambos posando para la foto. La situación fue cómica y nos reímos de lo lindo con nuestros buches llenos. Estas cosas hay que vivirlas, yo no sé contarlas, pero no dejeis de ver los videos.
Después terminamos de bajar por el pinar d´els Frares una antigua pinada que se quemó hace un tiempo y aún quedan pinos negros retorcidos. El monte bajo se ha recuperado, pero los grandes árboles no…Una pena. Fuimos por el tramo sencillo que es una bajada recta con algo de piedra suelta en la que hay que ir con cuidado, pero sin demasiada complicación.
Terminamos en una rambla bordeada de huertas de naranjos llamada barranco de los corvachones y continuamos por la CV-9530 una pequeña comarcal asfaltada con huertas a los lados en la que metimos plato y nos pusimos a llanear como locos intentando pillar a Juanma que impuso su ley. En estas llegamos a Carcaixent donde nos cruzamos con un flamante Ferrari gris, y continuamos nuestro camino de nuevo entre huertas hasta Alzira, donde Pepe me convenció para terminar la etapa de la mejor manera que se puede terminar, con los compañeros comentando los pormenores y brindando con una cerveza helada. Deseando estoy de escaparme de nuevo y repetir, que la zona tiene montes para aburrir y Pepe se los conoce todos. No tardaré.
¡A disfrutar¡