Albacete-Chinchilla-Polvorín abandonado-Munibañez-Casa Gualda-Albacete

Gran día de bicicleta que a priori se presentó aburrido y terminó siendo de lo más interesante. Incluso hicimos amigos¡¡
Etapa llana sin dificultad con el aliciente de ver lo que queda de los antiguos polvorines de Chinchilla y justo después una zona de monte con sendas, caminos y algunos pasos monte a través, que justifican que la califique de moderado y no de fácil. El resto es pisteo sencillo con algunos repechos pero sin dificultad.
Salgo solo de el corte inglés renegando de mis usuales compañeros que deben estar durmiendo la mona después de celebrar la décima copa de Europa del Real Madrid…
Nada más coger el cordel de Chinchilla ya veo que hay aire de frente por lo que decido coger directamente la vía de servicio para plantarle cara al aire y rodar a buen ritmo lo que las piernas aguanten.
Subo a Chinchilla por la piscina y llego a la fuente del barrio de Triana donde me refresco un poco pese a que la mañana no es precisamente calurosa.
Paso por delante del Emporium, que curiosamente aún no tiene ninguna bicicleta apoyada en su fachada y continúo para de nuevo coger la vía de servicio de la autovía. Algunos repechos y el aire de cara, pero pedaleo contento disfrutando de los amplios paisajes manchegos sembrados de cebada y trigo, con las estribaciones de la sierra procomunal a mi izquierda.
Llego a un amplio puente donde se cruzan la autovía y las vías del tren y me cruzo con un Jeep militar, curioso preludio de la zona que voy a visitar.
Cruzo ese amplio puente y paso al otro lado del a autovía para enseguida llegar a las antiguas dependencias soldadescas de lo que en su día fue un polvorín.
Amplia piscina con solárium, zona de barbacoa, comandancia con suelos de madera…La vida dura del soldado.
“Golismeo” un poco por la zona y llego al antiguo campo de tiro en el que no tengo que buscar mucho para ver varios cartuchos ya detonados de distintos calibres que no se identificar e incluso algunos proyectiles todavía incrustados en el talud destinado a su frenado.
Recojo algunos con la inquietante idea en la mente de cómo explicarle a mi hijo de 5 años lo que es una bala y para que sirve, y de cómo resultar convincente a sus más que probables preguntas, sin duda difíciles de responder.
Dejo atrás esta zona de distintos barracones y edificios de distinto uso y continuo en dirección a los edificios semienterrados destinados propiamente al almacenaje de proyectiles cuando veo un curioso grafiti en una pared, me entretengo en tirar una foto y al coger de nuevo mi montura veo a lo lejos que se acerca un grupo de 5 ciclistas también en bici de montaña.
Los saludos y tras un poco de charla me indican que partieron de Corral-rubio y que van a seguir por el monte en dirección a Munibañez. Me animan a seguir con ellos, lo que hago encantado ya que precisamente mi intención era buscar paso por esos montes en dirección a Albacete y por miedo a perderme pensaba hacer un recorrido sencillo que tenía preparado en el GPS y salir de nuevo a la vía de servicio.
Feliz de encontrar a deportistas con mis mismos gustos los sigo bordeando bancales, enlazando caminos campo a través y disfrutando del monte en estado puro. Voy con la sonrisa en la boca al ir oyendo los mismos comentarios de desaprobación sobre la ruta que traza uno de ellos, pero veo que le siguen incondicionalmente, es decir, lo que pasa siempre que nos juntamos al menos dos a dar pedales, que uno dice por donde y el otro lo sigue con fe ciega, quejándose, pero lo sigue.
Charlamos un poco de bicis, del entorno, nos reímos con algún chascarrillo y compartimos unos cuantos kilómetros de pedaleo sanote. Pasamos Munibañez y Casa Gualda y nos despedimos tras cruzar teléfonos para hacer alguna salida juntos.
Me queda el paso por un par de fincas, un puente sobre las vías con Chinchilla al fondo, y un buen rato de pisteo con algunos repechos que intento pasar con buen desarrollo. Ahor ame vendría bien ese viento que tenía de cara de buena mañana y que ahora debe estar tomando cañas, porque soplar no sopla.
No tardo en llegar al cerro que soporta los aerogeneradores que hay cerca de la subida a las culebras, bajo la parte fácil de este monte rápido puesto que lo conozco bien de tanto subirlo, aunque es la segunda vez que lo bajo y me salgo de la trazada en un par de curvas sin consecuencias.
El resto plato grande y dientes apretados para llegar a Albacete a buen ritmo. Me esperan ducha, sillón y F1 con cerveza y aceitunas, que me lo he ganao.
¡A disfrutar¡