PORTUGAL, N222 DESDE MADRID

He leído por algún sitio que un físico cuántico definía la carretera perfecta con la siguiente afirmación. “En un viaje existen cuatro fases clave: las curvas, la aceleración, la velocidad constante y las frenadas. Una gran carretera debe lograr el equilibrio correcto entre las distintas fases, de forma que el conductor disfrute de la euforia de la velocidad y la aceleración, a la par que los giros pongan a prueba sus capacidades como conductor, mientras los amplios tramos le permiten deleitarse con el paisaje”. No sé si es la mejor definición, ni sé si debe definirlo un físico cuántico pero lo cierto es que la estrada N222 de Portugal, ofrece todo esto; es una carretera que cumple todos estos requisitos y que recorre el país de este a oeste, gran parte paralela al río Duero, pasando por diversas poblaciones de interés.

El viaje está planificado para recorrer la N222 completa en sentido contrario, desde el final, cerca de Almendra, hasta el inicio, en Vila Nova de Gaia. El viaje comienza en Madrid, en la autovía A6 para abandonarla al momento, subir el puerto de Guadarrama y continuar por la antigua N-VI hasta Sanchidrián, continuar hacia Salamanca, pasar por las Arribes del Duero y llegar a Portugal, por Barca D’Alva, punto en el que el Duero deja de ser internacional para adentrarse en tierras portuguesas. Continuamos hasta Figueira de Castelo Rodrigo, donde nos alojamos para empezar al día siguiente la verdadera ruta. Nos levantamos y nos dirigimos hacia el final de la estrada N222; al principio todo el paisaje está rodeado de almendros y, mientras seguimos avanzando, entramos en la zona del Douro Vinhateiro. Una carretera preciosa y desafiante, llena de curvas y de miradores sobre el río. Realizamos diversas paradas en las poblaciones de Vila Nova de Foz Côa, São João da Pesqueira y Pinhão, desde donde subimos al mirador Casal de Loivos, con estupendas vistas de la zona. Volvemos a la nacional y continuamos hacia Peso da Régua, parando a ver el funcionamiento de una de las esclusas del río que facilita la navegación de barcos de recreo y barcos turísticos. Llegamos a nuestro alojamiento en Peso da Régua, un precioso hotel entre viñedos con una pequeña y espectacular piscina. Desde aquí nos alejamos un poco de la N222 para visitar el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, en Lamego. Al día siguiente continuamos nuestra ruta hasta llegar a Vila Nova de Gaia, Km. 0 de la nacional, parando en varios miradores para contemplar sus vistas. Por la tarde, cruzamos el río para disfrutar de un grato paseo por Oporto. Nos despertamos con la intención de volver a España y dormir en Ciudad Rodrigo; decidimos realizar el camino sin pisar autovía por otra ruta hacia el sur, recorriendo diversas carreteras como la N326 o a la CM1249, pasando por Arouca, São Pedro do Sul y Viseu hasta llegar a Almeida, donde paramos un rato para visitar la población fortificada. La carretera resulta igualmente sorprendente, además de poco conocida, con un asfalto perfecto en casi todo su recorrido (algún punto mejor no mencionarlo), escasísimo tráfico, unas curvas bien diseñadas y un paisaje sorprendente que llega a subir en algún momento por encima de las nubes. Imagino que si el físico cuántico hubiera conocido este trazado, también le habría gustado. Ciudad Rodrigo nos recibe con el final de sus fiestas y su castillo de fuegos artificiales, la mejor manera de despedir este estupendo viaje. El regreso desde Ciudad Rodrigo a Madrid lo realizamos casi por el mismo camino que a la ida, tierras de Castilla repletas de campos de cereal y girasoles, principalmente.

En resumen, un buen viaje, disfrutando cada momento y perfecto en su recorrido y reparto de distancias. Se puede hacer en menos tiempo, seguro, pero creo que no permite disfrutar del entorno como se merece. Los tramos de llegada y salida de Vila Nova de Gaia son bastante pesados, mucha población, poco espacio de adelantamiento y bastante vehículo y lento en conducción, pero es el pago que hay que realizar. El primer tramo de la N222 (o último en sentido creciente), desde el final hasta Régua es quizá el más interesante, el tramo entre Régua y Gaia es muy divertido, pero tiene mayor circulación de vehículos y mayor dificultad de adelantamiento lo que se traduce en bastante tiempo sin disfrutar tranquilamente al no estar la carretera despejada.

El primer día un mosquito se estampó contra la cámara y ensució la lente. El segundo día, torpe de mí, no limpié correctamente la lente y la grabación tiene mala calidad, no como el tercer o cuarto día que se ve nítido. Además, siempre queda algo por corregir como la noche de hotel en Gaia, mejor hacerla en Oporto, o planificar mejor los horarios de comida, ya que los portugueses comen bastante antes que los españoles y no pudimos disfrutar todos los días de una buena comida. En fin, razones para repetir el viaje más adelante.

He eliminado del track las desviaciones importantes de la ruta, como el paso por Pinhão y el mirador Casal de Loivos, la visita al santuario de Lamego y el paso por Oporto para dejar el track limpio sólo con la carretera y el regreso.