Marruecos en moto: día 4

Pistas y obras en un día complicado
La ruta se planteaba larga en tiempo, aunque no tanto en kilómetros. Aunque si algo hemos aprendido es que los tiempos son siempre relativos en Marruecos. Como dicen allí, la prisa mata. De entrada, la distancia entre Ait Ben Hadu y Ouarzazate es de poco más de poco más de 30 kilómetros yendo directamente, pero nosotros planteamos un rodeo importante, saliendo la friolera de 358 kilómetros. La idea era tomar dirección norte cruzando el Atlas hasta Touama por la N9, después virar al este por la P2117 hasta Sidi Rahal y la R210 hasta Demnate y finalmente un tramo sur por la R203 para enlazar con la N9 con final en Ouarzazate.
Para no volver sobre nuestros pasos, la salida de Assfalou la hicimos por la P1506 para enlazar con la N9 en Aguelmouss y así como el primer tramo de 45 km hasta llegar a Telouet transcurrió sin problemas, la segunda parte hasta la N9 resultó bastante complicada. Toda la carretera estaba en obras, eso por llamarlo de alguna forma, porque en realidad es como si estuvieran haciendo una carretera de nuevo y fuéramos por un camino anterior. Total, unos 25 km de carretera en obras hasta llegar a la carretera principal en dirección a Marrakech. Creíamos que al llegar a una carretera principal los problemas acababan, pero nada más lejos de la realidad. A partir de ese momento, tramos de carreteras destruidas intercalados con tramos en obras todo condimentado con multitud de camiones y de maquinaria. Coronamos el puerto de Tikka y seguimos bajando con carreteras en obras. En el puerto había varios puestos de minerales y de collares, donde el arte del regateo es espectacular. Yo no me siento capaz de hacer esas cosas, pero Quique parece más bereber que los propios vendedores.
A partir de Touma la cosa se normaliza y la carretera discurre por una bonita carretera de campos cosechados con un verde que contrasta con el árido mensaje anterior. Todo sigue así mirando al Este hasta Demnat, dónde paramos a comernos un bocadillo en la carretera. Poco después la carretera se convierte en una pista totalmente destruida. En total a partir de ese momento unos 150 km de pista en casi 4 horas de tiempo. El paisaje era espectacular, pequeños pueblos encaramados en las laderas del mismo color de la tierra sobre la que estaban construidos, niños andando por las carreteras hacia los colegios situados en las pequeñas aldeas y piedras, muchas piedras. Una cosa que resultaba curioso es que pararas donde pararas a hacer una foto, enseguida aparecía alguien por alguna parte. Niños yendo al colegio, cabreros detrás de las cabras, mujeres arreando burros cargados de hierba eso cuando no eran ellas mismas las que llevaban unos fardos imposibles.
No sin un poquito de sufrimiento, y mucho cansancio, llegamos por fin a un tramo asfaltado final en el que recuperamos cierto tiempo a la predicción del GPS. Poco tiempo después, quedamos a Uarzazate si nos hemos alojado en un hotel un tanto peculiar ambientado en las películas clásicas de Hollywood. Un hotel con cerveza, lo que no es muy habitual por aquí, lo que nos lleva a sentarnos alrededor de la piscina y no movernos en lo que queda de noche.