Zelaieta - Kanala

Dejamos la furgo en Kanala. Cogemos un bus hasta Corézubi. No se podia pagar con tarjeta y la mujer nos deja subir sin pagar el billete. Estos Vascos son geniales.

Allí tomamos un camino de tablas de madera por el que caminamos al lado de juncos hasta una especie de embarcadero. Hay poquísima agua. Aún así decidimos emprender la aventura aprox a las 12:00.

Para bajar al agua metemos los pies en un lodo profundo y caminamos unos metros hasta donde el nivel da para navegar. Nos subimos al kayak y no avanzamos ni 10 metros y nos tenemos que volver a bajar porque rozamos el fondo. Esta es la dinámica de todo el recorrido.

Hay un momento en el que Eli se queda con los dos pies atascados en el lodo casi por las rodillas, momento crítico. Conseguimos salir, no sin antes chapotear y mancharnos de lo lindo.
La cosa no mejora y decidimos abortar misión después de perder la quilla y ver que con el viento en contra es imposible avanzar. Salimos de la ría por un antiguo molino de mareas convertido en una bonita vivienda.

Salimos por un agujero lleno de mejillones, cangrejos y lodo donde Mario se corta el dedo del pie y conseguimos llegar a la puerta de la casa con césped donde nos ponemos a desarmar el kayak.

Allí aparece el amable dueño de la casa y su padre, que nos preguntan por la situación. Después de explicarle nuestra aventura fallida, él le quita hierro al asunto con humor. Nos explica que los kayakistas somos muy divertidos. Vive ahí desde pequeño y ha visto situaciones de todo tipo. Destaca lo que ocurre con marea alta, pues los peces saltan a las canoas y la gente salta al agua del susto. Tras unas risas, nos pega un buen manguerazo a cada uno mientras se ofrece a llevarnos a la furgo. Se ha convertido oficialmente en nuestro héroe.

Después de semejante desastre nos damos un homenaje comiendo una paella en un buen restaurante, justo al lado de donde tenemos aparcada la furgo.