Santa Lucía - Goya 37,1 Km

Recorrido muy accesible que nos permitió recorrer los últimos kilómetros, de los 190 que tiene el río Santa Lucía, su delta, el inmenso Paraná y el Riacho de Goya. Todo a favor, sin demasiada exposición a los vientos y con lugares accesibles para desembarcar y bastante población en las cercanías. Es un recorrido fácil, variado y de incomparable belleza.
Fueron 6 horas de navegación todo con corriente a favor. El punto elegido para zarpar fue la intersección de la calle Bme. Mitre y el río en Santa Lucía, nada más porque se puede dejar el auto estacionado a 2 cuadras y media de la plaza y a unas 4 cuadras de la parada del bondi. Otro muy buen lugar para zarpar es el Balneario. La primera parte no es de lo mejor, porque los habitantes de la orilla tiran basura al río, lamentablemente.
El lecho es de arena, río poco profundo, conviene verificar el caudal antes de largarse. El agua es transparente y la vegetación de las orillas alterna pastizales con monte de Talas y Espinillos en partes más altas Timbós y Lapachos. Hay islas con sauces criollos. La zona está muy habitada porque hay chacras de producción de tomates en invernadero y mucha población rural. No se vieron animales grandes como carpinchos posiblemente muy perseguidos por la caza, pero aves hay para entretenerse. Martín pescador en todos los tamaños, garzas, biguas, el esquivo anhinga, patos varios y además todas las aves del espinal como pepiteros, cardenales, etc. En la costa las Cardenillas son tan abundantes como vistosas. Avistamos dos Águilas negras, aunque lo mejor está en el Delta que forma la desembocadura. Hemos visto Rayadores todas las veces que pasamos por ahí. En las playas de arena hay Chorlos,Atíes y Gaviotines. Yacarés hay y se vieron asoleándose en la boca de afluentes, algunos muy grandes.
El primer hito en el recorrido es el viejo puente del Paso Rubio, donde la ruta 38 sortea el río. Una obra de arte de acero del siglo XIX, que cuenta con un mecanismo para elevarlo. Es patrimonio histórico regional y aunque estuvo a punto de caerse hace unos años, lo han refaccionado y luce un llamativo color verde.
El río sigue tranquilo y cada vez más ancho hasta llegar al puente de la ruta 27, ahí hay un pequeño poblado con casas de fin de semana sobre la margen izquierda y pasando el puente el camping municipal.
De ahí en adelante el río se ensancha, pega una gran vuelta y se forma un delta antes de desaguar en el Paraná, tomamos el brazo sur que es un pequeño arroyo entre camalotales, justo para el atardecer. Es el lugar donde más aves se pueden ver. Aprovechamos para una merienda antes de salir al Paraná.
La desembocadura es el lugar más complicado del viaje por las turbulencias que se forman, igual desde ahí hasta Goya la costa está muy poblada y hay muchos lugares para desembarcar. Lo mejor es la playa o elegir alguno de los hoteles y cabañas que hay sobre el río.