Paraná - Leber - Arias - Lujan -Correntino 31,5 Km

Zarpamos a eso de las 10 hs de la playa del CRNBE. Una vuelta clásica de esas de alrededor de 30 Km ideales para hacer tranqui en una calurosa jornada de Diciembre.
Río abajo por el Paraná de las Palmas, desierto por el fin de año. Pasamos el astillero, el amarradero Guanabany, la Rosalía que yace hundida hace años contra la orilla y los muelles de los clubes de pesca sin pescadores.
Cuando ya se ve nítidamente la antena de la policía del Carapachay, aparece sobre la derecha la boca del Leber. No muy ancha, pero claramente visible por la araucaria que sobresale en todo sentido de los típicos sauces/alamos de la isla. El arroyo Leber en realidad fue renombrado y se trata de la unión de dos arroyos, Las Palmitas y Las Ranas uno afluente del Paraná y otro del Lujan que fueron unidos por un canal. La primera parte del Leber es un paraíso de flora autóctona. Pocos lugares del delta he visto con la abundancia y variedad de flora. Se pueden ver Anacahuitas y Murtas dominando . También hay Laureles y los habituales Ceibos Curupíes y Alisos. Uno de los pocos lugares donde hemos visto Mata Ojo. Una pena que las pocas casitas que se van instalando los desaparecen, dejando Sauces y Alcanfores que no pertenecen a la isla.
Más adelante hay algunas quintas muy bien instaladas, con prolijas plantaciones de Álamo que da gusto ver, por algún lado la forestación está combinada con frutales y Jazmines que perfuman el arroyo. Una delicia.
Antes del Canal el arroyo se vuelve un poco salvaje, cañaverales, curvas y contracurvas y abundante sombra. Como todos los canales corta un bajo así que la vegetación de las orillas es más bien escasa. Pajonal, Ceibos enormes, curupíes y con el sol a pleno la recta se va llenando de Camalotes que están todos florecidos
Despues de la recta la última parte del arroyo es elegida por navegantes de fin de semana para fondear en un lugar tranquilo, un anticipo de lo que nos espera. El Arias es un descontrol, parece Córdoba a las 7. Un pibe aprendiendo a andar en una moto de agua, lanchas pasndose se a dos y de a tres no sabemos a dónde van tan apurados. Por suerte son unos pocos cientos de metros, igual me llevo de recuerdo una ola que me inundó el cockpit.. Doblamos por el Luján río arriba y está creciendo. Bingo, de dique al Paraná fue todo corriente a Favor. No lo hicimos de un tirón, aprovechamos para paisajear, caserones de otra época, la mayoría en ruinas, como el que esta en la desembocadura del arroyo Escobar, otros restaurados como la quinta San Luis. Paramos a almorzar en Puertos y seguimos muy tranqui por el calor arriba de 30 C buscando la sombra y aprovechando la corriente a favor. Doblete, apareció un pontón y me monté en la segunda ola justo atrás del surubí, tragué algo de humo del Villa, pero avancé un par de Km hasta que me aburrí y lo largué. En un rato llegué al Correntino, que sale en una curva muy cerrada y hay que estar atento para no pasarse. De ahí son 90´ al Paraná muy relajados. El Correntino es otro invento humano, en realidad son dos arroyos el Correntino y el Sarandí unidos por un canal para lograr otra vía navegable entre el Luján y el Paraná.
Llegamos al Paraná de las Palmas, un rato antes nos cruzamos con un grupo de kayakeros que andaban de vuelta corta , saliendo del recreo de Ardoino que está justo en la confluencia.
Pusimos proa al canal para evitar los plomazos arteros que varias veces han pegado cerca. Bien por el medio empezamos a remontar con el SE de popa y un incipiente oleaje. Hacía rato que no pegábamos ola de popa así que aprovechamos para barrenar. El Yamana livianito le costaba agarrar la ola, pero cuando lo subía salía como flecha para adelante. Apenas se frenaba un poco el envión, ya agarraba la siguiente sin mucho esfuerzo porque venían espaciadas y la nave de 5,5m no las pincha, las pasa por arriba y sigue como si nada para adelante
Hubiera seguido un rato pero frente al puerto viramos a babor y nos metimos en el arroyo Poco Sauce, lugar ideal para desembarcar.