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Lujan al Guazucito 145,5Km

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Trail stats

Distance
78.54 nm
Elevation gain
400 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
400 ft
Max elevation
56 ft
TrailRank 
33
Min elevation
-11 ft
Trail type
Loop
Coordinates
24449
Uploaded
January 28, 2021
Recorded
January 2021
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near Dique Luján, Buenos Aires (Argentina)

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Itinerary description

La primera travesía de 2021 empezó el Domingo 17 de Enero. Zarpamos de la toma de agua de Puertos sobre el río Luján a primera hora de la tarde con agua alta. No es un lugar público para zarpar, pero se puede hacer el recorrido desde Dique Luján o desde el Puerto Escobar en este último caso acortando unos cuantos Km.
El día estaba con unos agradables 24 grados y un viento bastante fuerte que no molestaba por la densa arboleda de las orillas. Sabíamos que iban a ser días de mareas fuertes por lo que elegimos el horario para salir en creciente y remontar el Correntino y sobre todo el Carabelas con menos esfuerzo. Luján y Correntino a favor en hora y media llegamos al Paraná de Las Palmas. , el cruce fue tranqui por el agua alta y el viento del SO que no hace oleaje. En el Carabelas se notaba el Domingo, nos cruzamos con varios cruceros y lanchas que ya por la hora iban volviendo a puerto. A lo último la corriente se empezó a poner fuerte, pero ya estábamos ahí nomás del remanso grande y del Canal 5 que por lo general está bastante quieto. Un día radiante ya un poco alejado de los turistas el Canal 5 estaba con una quietud total. Dejamos la boca del Pacífico a estribor, después la boca del Rico con la casa del árbol, ahí nomás los restos de los famosos pinares y el Arroyo de la Casilla que desemboca a babor. Ya estamos cerca, la próxima desembocadura es el Arroyo Grande, fácilmente reconocible a distancia por el cruce de Cables. Esta zona bastante poblada del Canal 5 hay una panadería, una iglesia, un almacén bastante bien puesto y algunos pequeños aserraderos y talleres.
Salimos del Canal 5 hacia el Norte por el arroyo Grande, internándonos ya en lo más profundo de las islas de San Fernando. El Grande es un atajo para llegar al Miní arriba, sin pelear contra la correntada y evitando el ajetreo del Canal 4 / Paraná Miní que son las vías navegables más transitadas de la zona.
Planificar una travesía ahora es fácil, Windguru, Mareas, Maps, GPS, pero hasta el Domingo más apacible de Enero hay un lugar para la adrenalina. El arroyo que corre en contra arrastra islotes de tallos carbonizados y ceniza, se siente el olor a pasto chamuscado y a lo lejos se puede ver de tanto en tanto una densa columna de humo blanco. Uno siempre ve los incendios de lejos, nunca se imagina pasar cerca de uno y menos yendo a 7Km/h en un kayak. Pasamos la horqueta del Arroyo Grande y un poquito más adelante la entrada de La Viuda (Mikler) que está absolutamente tapiado. Justo hay unos ceibales magníficos, pero no había mucho ánimo para disfrutar el paisaje. El cauce del arroyo se llenaba de humo cada vez más denso, pasamos la escuela y el fuego se arrimaba amenazante a la orilla. Se veían las pavas de monte y los carpinteros cruzar huyendo de las llamaradas. El viento era muy fuerte y se potenciaba con las llamas que no se veían en el denso humo, pero se escuchaban los estampidos del pajonal ardiendo ahí nomás. El humo se asentó sobre el arroyo y ya costaba respirar y me ardían los ojos. De golpe un día soleado de verano se oscureció por completo y apenas se veía a unos cien metros, por unos largos minutos remamos tragando humo y esperando que aclare y por fin salimos de la nube toxica y reapareció el sol. Pasó la vuelta grande, una forestal enorme que hay sobre la margen derecha y los frutales que llaman la atención antes de salir al Miní. En esta época había manzanas y peras.
Salimos al Miní a eso de las 8, como siempre bajaba duro y parejo, pero estaba planchado como aceite. Salude a unos pescadores, saque un turrón y le metimos al primer snack de la tarde flotando río abajo. Avisamos que estaba todo bien y seguimos remando con un día tan prístino como al principio y sin una gota de viento.
Con el último rayo de sol llegamos al camping Sobrenatural que está sobre la margen derecha del río aguas abajo del club 9 de Julio, justo al lado del predio del Ministerio de obras de la provincia de Bs As. Me recibió Miguel que me ayudó a ubicar el kayak y me mostró las instalaciones del lugar que era la primera vez que acampaba. Muy recomendable la atención, los servicios, el lugar y los vecinos que tienen la misma onda de no hacer demasiado barullo.
Armamos campamento para anticipar la mosquitada que con la seca que hay no está tan brava, le pedí a mi vecino un pedacito de parrilla para calentar dos morcillas, unos pancitos y un cuarto de tomates cosechados a la mañana de mi quinta. Me calenté un cortado medio lavado, aunque abundante y me lo fui a tomar al muelle con un turrón.
Dormí como en casa, con el airecito fresco que corría, bien comido y en silencio de un tirón hasta las 6 que me despertaron los tordos músico. Desayuno potente para arrancar un día incierto, nadie me supo decir si el camping del Naranjo y Guazú estaba funcionando. Ya había parado varias veces y me tiré un lance. Salí tarde porque teóricamente era un día tranqui, Me quedé hablando un rato con Miguel, la idea era salir al Río de La plata y entrar por el Manzano de Medina y el Borches dos arroyos hermosos que hacía años no visito y esperaba llegar tarde pasado mañana.
Una remontadita tranquila hasta el Club 9 de Julio, y llegamos al arroyo Méndez Grande. Ahí está una de las cortinas más impresionantes de Ciprés Calvo del delta, sacamos varias fotos y seguimos navegando muy tranquilo, en poco tiempo llegamos al Correntino. El Correntino es un arroyo prácticamente deshabitado, con sus orillas salpicadas de arbolitos nativos, de los pocos que quedan en el Delta. Es un lugar especial para ver aves, así que nos entretuvimos un rato hasta llegar al Barca. No sin antes pasar por un túnel de sauce que no sabemos cuanto va a durar, pero por ahora apreciamos la sombra casi a mediodía. Llegamos al Barca que estaba planchadísimo era un inmenso espejo que fluía apenas hacia el río de La Plata. Justo enfrente hay una islita, una curiosidad y una buena referencia para encontrar la boca del arroyo. Paso la isla y saludo a un Islero en una cabaña con palmeras, me imaginaba que mi próximo destino el Manzano de la Barca estaba más cerca, mi Maps no carga el mapa. Recorcholis, extraño la carta de papel que tengo guardada en el tambucho y debería desembarcar para sacarla. De pronto me ilumino y abro el Play Store en minutos instalo la App de Google Earth, me marca el punto exacto de mi posición y la boca del arroyo. Está mas lejos de lo que pensaba, aguas abajo el Barca se estrecha y hace como una chicana, un poco antes hay un banco tapado de pajonal y el arroyo desemboca justo antes. Doblamos hacia atrás y seguimos una larga curva, el arroyo es ancho y tranquilo. Más adelante se transforma en el Laguna del Guazú, hay algunas quintas cuidadas, saludo a los Isleros y veo dos Kayaks que vienen en sentido opuesto. Están de travesía como yo intercambiamos saludos, venían de Tigre. Ahí cometo el primer error del día, no preguntamos adonde acamparon esa noche. Sigo confiado que el camping de Washi iba a estar abierto. Llegando al Guazú hay una pequeña aldea de pescadores y la confluencia con el arroyo Naranjito del Guazú. Justo en la esquina hay una hermosa cabaña con el pasto cortado impecable. Salgo al Guazú que está planchado y corre poco, casi nada. Como algo a flote y sigo para el Naranjo que me queda muy poco. De lejos se ve que el Camping está más descuidado que lo habitual, pero hay gente. Amarro al muelle y veo que hay una pareja joven y varios perros, no es el encargado que yo conozco. Pregunto por acampar y me dicen que tienen que consultar al dueño, no son los caseros, vinieron de paso a revisar el lugar y se encontraron con la puerta reventada y que faltaban algunas cosas. No había nadie más y con ese panorama no me daba mucha tranquilidad hacer noche ahí. Seguí hasta el pontón de Prefectura de Guazucito, las últimas veces no me recibieron muy hospitalariamente, pero era la única opción. Para peor el Guazú ya no corría y con el viento en contra, si paraba de remar iba río arriba. Era pasado el mediodía y el sol pegaba de pleno. El tramo del hasta Guazucito se hizo muy largo, algo amenizado por los avistajes de varias parejas de Federales, un Lobito de río y tortugas.
Desembarque en el pontón de Prefectura que sigue igual que en los 90´, pero la zona ha cambiado mucho. De lejos se veía la barcaza en el medio de un Juncal, ahora hay como una hectárea de tierra firme rellenada, un quincho enorme un par de cabañas y una arboleda que tapa todo. Ya estaban terminando de almorzar, me puse el barbijo, me anuncié y dejé anotado mis datos y como era de esperar no me dejaron acampar en el predio. Aproveché la sombra única de un añoso sauce y me dispuse a almorzar. Me convidaron una pascualina caliente, no necesitaba comida, quería un lugarcito para acampar y salir mañana temprano tranquilo. Consulté por algún camping ó Islero que reciba pescadores y me recomendaron volver al Naranjo al camping “Amarillo” teóricamente llamaron por teléfono y les dijeron que estaba abierto. Salí de vuelta al Guazú miré a la derecha, estaba a una hora de una Pilsen helada, un chivito y una de las playas más lindas del río De la Plata. La remontada del Guazú fue doblemente dura, dos horas con la corriente en contra a pleno sol y calor que aliviamos entrando en un par de bocas con sombra, llegamos al amarillo a eso de las 4 y media pero no había nadie merendamos armamos campamento y nunca apareció nadie hasta el día siguiente. Pasamos una noche bastante intranquila, primero por los mosquitos que estaban mucho más bravos que en el Miní, después por un vecino que salió varias veces con la lancha y un reflector que iluminaba como de día, iba hasta el Guazú y volvía. Los empujes que remontaban el Guazú con el motor a fondo y el gallo del camping que estaba fuera de punto y cantaba cada media hora desde las tres de la mañana. Entre medio los gatitos que estaban enamorados y un vecino que ponía la música que temblaba el piso. Apenas salió el sol huimos lo más rápido posible por el Naranjo de vuelta a Sobrenatural. El Naranjo era más ancho de lo que imaginaba, también estaba muy deshabitado, será por eso que me crucé con cuatro parejas de carpinchos en un trayecto de una hora. El Barca estaba planchado, justo enfrente emboca el Canal Arana. Siempre con muy malos recuerdos del Arana por lo tedioso, la corriente en contra y el tránsito. Esta vez salió relajado, con sombrita, fresco y con pocas lanchas y mientras sirviera para alejarnos del campamento de anoche mejor…
Ahora el agua ya estaba bajando, pasando el arroyo Tuyupare la corriente empuja francamente hacia el Miní. No me hace mucha gracia, remontar el Miní con bajante es de lo más pesado que te puede pasar. Llego a la boca del Méndez Grande y me ilumino, si puedo llegar hasta el Correntino y salir al Miní justo enfrente de Sobrenatural, me ahorro un par de kilómetros y no tengo que remontar la corriente. Chequeo el mapa y en Google se puede ver incluso si el arroyo es navegable o no. Se ve todo marroncito parejo así que le metemos. Corre en contra, pero comparado con el Miní es una joda, en la segunda curva hay una casita y un sauce caído que ataja los camalotes. Se forma una tapia que pasamos fácil. Si no hay arroyos tapiados no es travesía. Sigo remando y cuando me faltan dos tercios para llegar al Correntino aparece otra tapia. Encaramos, pero es complicado pasarla y parece que arroyo arriba está más cerrado todavía. No queda otra que volver por donde vinimos, prestos porque todas las islas de camalote que pasamos iban derechito a apilarse en el Sauce caído. Tal cual, tuvimos que renegar un rato bastante más largo para pasar la tapia corriente abajo. Ya liberados buscamos un buen lugar para armar campamento y desayunar. Todo está muy alto así que sale un snack a flote y de vuelta al Arana. En un ratito llegamos al Miní de nuevo. Seguramente por la alegría no parecía tan duro remontar, hay que quedarse pegadito a la orilla y tener paciencia nomás. Debí haber tardado una hora hasta el surtidor de Aulicino, un parador obligado en toda travesía que ahora se veía abandonado, con el pasto alto, el muelle roto y los dormis que estaban atrás se notaba que habían sufrido un incendio reciente y estaban completamente destruidos. Una pena ver así un lugar tan prolijo y dónde muchas veces nos recibieron con amabilidad a pesar de que consumíamos poco y nada.
Miramos de enfrente la confluencia con el Canal 4, cómodamente pegado al juncal se veía de lejos esa curva donde siempre había fuertes remansos, árboles hundidos y casi nunca el agua estaba tranquila por el tránsito de todo tipo de embarcaciones. Parecía que faltaba poco pero la curva era interminable, dejamos atrás las dos escuelas bastante abandonadas por la pandemia y el receso de Verano, el Hospital y recién varios minutos más tarde ya se veía nuestro destino. Hay que resistir la tentación de cruzar antes. Hay que pasarse un poquito río arriba y cruzar haciendo ferry para minimizar el efecto de la correntada que es más fuerte en el medio y hacia el lado externo de la vuelta. Aterrizamos en el Canal de costado, otra vez Miguel atento me ataja apenas toco tierra firme. Ahora es más fácil alzar el kayak que tiene unos kilos menos. No es mediodía pero es como si hubiera remado 80 km, mal dormido y falto de energía.
Armo el campamento en el mismo lugar, me preparo unos zapallitos de mi huerta revueltos con huevo, unas galletas tostadas, las uvas que me quedaron de postre y ya la cosa va cambiando. Mejor aún después de la siesta en la hamaca, un chapuzón en el río, una merienda de cereal con leche y de cena unas quesadillas a las brasas y la cerveza más helada de todo el planeta. Cena a lo gringo, con el sol todavía a pleno. Después una ducha reparadora y a la hora de la invasión de mosquitos ya estoy adentro de la carpa. Corre un fresquito espectacular y me veo un capitulo en Netflix. Duermo como en casa, otra vez a las 5 y monedas me despiertan los pájaros.
Me agarra la invasión de mosquitos de la mañana, pero mucho no me afecta. Huevos revueltos, café con leche, un par de alfajores que me quedaban mientras voy desarmando el campamento. A eso de las seis y media ya estaba para zarpar, no había señales de ningún humano despierto a pesar de que el sol ya estaba alto. Tiro el kayak al agua y me dejo una naranja cortada para disfrutar a flote. Cuando termino de pasar por adelante del muelle lo veo a Miguel, no me iba a ir sin despedirme de nadie. Me arrimo cruzamos un saludo y sigo viaje. El día es impecable, fresco sin viento y el río me arrastra bastante rápido. El Canal 4 que siempre se pone bravo ahora es un paseo, me quedo mirando la islita de casuarinas donde alguna vez acampamos con Nelson. A diferencia del Domingo ahora hay movimiento, me pasa una banda de lanchas de isleros que seguramente van a trabajar a algún lado, de una chata me saludan y veo la lancha almacén que pasa. El aserradero que estaba quiero ahora está meta cortar madera y en el almacén trasbordando mercadería en tres lanchas amarradas. En el corazón del delta productivo el movimiento está en la semana. Doblo por el Canal 5 el calor empieza a apretar pero no son ni las 9 así que tengo abundante sombra. Ya es el camino de regreso habitual, pasamos el Grande, El Rico, La Casilla y la corriente ya está a pleno a nuestro favor. Ni hablar el Carabelas que baja con todo, bien el cálculo con la corriente. El cruce del Paraná de las Palmas es un paseo, encaramos el Correntino pero la bajante es tan fuerte que sale agua por el Luján y por el Correntino, así que lo tengo en contra. Vamos pasando campings y guarderías, la nueva playa del barco varado y ya se ve el cruce de cables antes del Luján. Llamo a casa para que me vengan a buscar a la toma y paleamos los últimos 15 minutos por el Luján bajando y todavía con algo de sombra. A mediodía ya estoy fresquito duchado y almorzando en casa.

Waypoints

PictographWaypoint Altitude 15 ft

Canal 5 y Arroyo de la Casilla

PictographWaypoint Altitude 21 ft

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PictographWaypoint Altitude 11 ft

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PictographWaypoint Altitude 23 ft
Photo ofArroyo Grande y Paraa Miní

Arroyo Grande y Paraa Miní

PictographWaypoint Altitude 9 ft

Boca Carabelas

PictographWaypoint Altitude 18 ft

Boca de La viuda

PictographWaypoint Altitude 23 ft

Boca del Rico

PictographWaypoint Altitude 6 ft

Man

PictographWaypoint Altitude 20 ft

Boca Pacífico

PictographWaypoint Altitude 35 ft

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PictographWaypoint Altitude 35 ft

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PictographWaypoint Altitude 18 ft

Correntino y Parana

PictographWaypoint Altitude 5 ft

Cruce Barca Grande

Desdee el Naranjo al Canal Arana que están prácticamente enfrentados

PictographWaypoint Altitude 26 ft

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PictographWaypoint Altitude 19 ft

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PictographWaypoint Altitude 12 ft

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PictographWaypoint Altitude 28 ft

Horqueta del Arroyo Grande

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Panaderia

PictographWaypoint Altitude 4 ft

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PictographWaypoint Altitude 20 ft

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PictographWaypoint Altitude 19 ft

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PictographWaypoint Altitude 11 ft

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PictographWaypoint Altitude 28 ft

Remanso Grande Carabelas

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