Isla del Trocadero desde el embarcadero de C.N. de Puerto Real
near Puerto Real, Andalucía (España)
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Itinerary description
La Isla del Trocadero es un singular espacio natural ubicado en las puertas de la Bahía de Cádiz que, además de albergar gran cantidad de aves acuáticas, aglutina miles de años de historia. Más concretamente, esta isla es en realidad actualmente un espacio de marisma, que en su mayor parte queda cubierto en las pleamares, y que se sitúa entre Puerto Real y Cádiz, estando separado de tierra por el Caño del Trocadero. Hoy día tiene una consideración de Paraje Natural protegido que se encuentra integrado en el Parque Natural Bahía de Cádiz. La visita o el paseo por este excepcional enclave de alto valor histórico y medioambiental no puede realizarse si no es a través de pequeñas embarcaciones de pocos centímetros de calado, como piraguas y botes neumáticos.
Desde el punto de vista histórico, en la Isla del Trocadero se han hallado restos arqueológicos fenicios y romanos que demuestran que probablemente en este entorno hubo actividad humana relacionada con la navegación comercial desde hace más de 3000 años. En época imperial hay historiadores que comentan que el segundo puerto de la Gades romana, desde el que saldrían importantes mercancías para la ciudad de Roma y que posteriormente, tras la conquista de América, fue un importante puerto para el comercio de Indias, pudo estar situado en este enclave, si bien también hay otros que lo sitúan en la antigua Portus Gaditanus, actualmente Puerto de Santa María.
La Isla del Trocadero ha sido también un referente en lo relativo a la construcción y reparación de embarcaciones, como lo demuestran los diques e instalaciones aún visibles a simple vista. De allí saldrían galeones, fragatas y navíos que surcarían el Atlántico uniendo Europa con América y más tarde se convertiría en Astillero y Arsenal de la Armada Española, dándole soporte a la arraigada importancia que todavía tiene la Bahía Gaditana en la industria naviera.
Singular importancia estratégica tuvo también este enclave desde el punto de vista militar. Así, la fortificación del Castillo de San Luis, situada en el extremo sur-occidental de la isla, constituyó, junto con las cercanas fortificaciones de Matagorda y Puntales, un triángulo infranqueable para las tropas francesas, impidiéndole a estas la salida a mar abierto, facilitando su captura y propiciando su derrota en la Guerra de la Independencia. Años más tarde, el 31 de agosto de 1823, tuvo lugar la Batalla del Trocadero , un encuentro bélico que puso fin al Trienio Liberal español (1820-1823) y restauró al monarca absolutista Fernando VII. La intervención de tropas francesas, llamadas los Cien Mil hijos de San Luis, fue determinante en este caso, acabando el enfrentamiento entre constitucionalistas y liberales a favor del bando tradicionalista. Desde entonces y en honor a esta batalla se le llama Trocadero en París al barrio en el que también se encuentra la plaza del mismo nombre en las inmediaciones de la Torre Eiffel.
En lo que se refiere a su ecosistema, el área constituye un lugar de reposo y alimentación para una gran variedad de aves acuáticas, tanto en invernada como en sus rutas migratorias y reviste especial importancia como lugar de cría de algunas especies, fundamentalmente espátulas, garzas, flamencos, cigüeñuelas, avocetas, charranes, gaviotas y limícolas, y también como lugar de cría y alevinaje de peces, crustáceos y moluscos.
En esta mi primera incursión en este atractivo enclave me aventuré solo y embarqué y desembarqué en la rampa que hay junto al muelle del Club Naútico El Trocadero, en el paseo marítimo de Puerto Real, una hora antes de la pleamar y con viento suave de poniente. El paseo fue de 13,3 kilómetros. Como toda travesía de mar, conviene controlar la marea y su coeficiente y el viento. Queda pendiente un próximo paseo por la isla al atardecer y con la marea menos llena con idea de conocer espacios que en esta ocasión estaban inundados y observar más aves.
Desde el punto de vista histórico, en la Isla del Trocadero se han hallado restos arqueológicos fenicios y romanos que demuestran que probablemente en este entorno hubo actividad humana relacionada con la navegación comercial desde hace más de 3000 años. En época imperial hay historiadores que comentan que el segundo puerto de la Gades romana, desde el que saldrían importantes mercancías para la ciudad de Roma y que posteriormente, tras la conquista de América, fue un importante puerto para el comercio de Indias, pudo estar situado en este enclave, si bien también hay otros que lo sitúan en la antigua Portus Gaditanus, actualmente Puerto de Santa María.
La Isla del Trocadero ha sido también un referente en lo relativo a la construcción y reparación de embarcaciones, como lo demuestran los diques e instalaciones aún visibles a simple vista. De allí saldrían galeones, fragatas y navíos que surcarían el Atlántico uniendo Europa con América y más tarde se convertiría en Astillero y Arsenal de la Armada Española, dándole soporte a la arraigada importancia que todavía tiene la Bahía Gaditana en la industria naviera.
Singular importancia estratégica tuvo también este enclave desde el punto de vista militar. Así, la fortificación del Castillo de San Luis, situada en el extremo sur-occidental de la isla, constituyó, junto con las cercanas fortificaciones de Matagorda y Puntales, un triángulo infranqueable para las tropas francesas, impidiéndole a estas la salida a mar abierto, facilitando su captura y propiciando su derrota en la Guerra de la Independencia. Años más tarde, el 31 de agosto de 1823, tuvo lugar la Batalla del Trocadero , un encuentro bélico que puso fin al Trienio Liberal español (1820-1823) y restauró al monarca absolutista Fernando VII. La intervención de tropas francesas, llamadas los Cien Mil hijos de San Luis, fue determinante en este caso, acabando el enfrentamiento entre constitucionalistas y liberales a favor del bando tradicionalista. Desde entonces y en honor a esta batalla se le llama Trocadero en París al barrio en el que también se encuentra la plaza del mismo nombre en las inmediaciones de la Torre Eiffel.
En lo que se refiere a su ecosistema, el área constituye un lugar de reposo y alimentación para una gran variedad de aves acuáticas, tanto en invernada como en sus rutas migratorias y reviste especial importancia como lugar de cría de algunas especies, fundamentalmente espátulas, garzas, flamencos, cigüeñuelas, avocetas, charranes, gaviotas y limícolas, y también como lugar de cría y alevinaje de peces, crustáceos y moluscos.
En esta mi primera incursión en este atractivo enclave me aventuré solo y embarqué y desembarqué en la rampa que hay junto al muelle del Club Naútico El Trocadero, en el paseo marítimo de Puerto Real, una hora antes de la pleamar y con viento suave de poniente. El paseo fue de 13,3 kilómetros. Como toda travesía de mar, conviene controlar la marea y su coeficiente y el viento. Queda pendiente un próximo paseo por la isla al atardecer y con la marea menos llena con idea de conocer espacios que en esta ocasión estaban inundados y observar más aves.
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Comments (7)
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Muy interesante. Sin duda un lugar que visitar que apuntaremos en nuestro cuaderno de Bitácora. Gracias por la la información y la calidad con la que hace la descripción.
Me alegro de que te interese y quieras vivir la experiencia, Lobezno. Si la hacemos juntos, como otras aventurillas, mejor que mejor. Gracias. Un abrazo.
Un par de preguntas. Priemer, el acceso al lugar del embarque es libre o hace falta autorización? Se puede aparcar allí el coche?
Segunda pregunta, hay que tener en cuenta las mareas? Muchas gracias
El acceso al lugar de embarque es libre y se puede aparcar, según qué hora. Si no siempre se puede dejar la piragua y aparcar lo más cerca posible.
Las mareas siempre hay que tenerlas en cuenta cuando se hace un ruta marítima, sobretodo por las corrientes mareales. Yo esta ruta la hice partiendo una hora antes de la pleamar, es decir, paleé por la Isla del Trocadero en torno a la pleamar. Como consecuencias negativas me encontré con la mar algo picada en las inmediaciones de la Punta de San Luis y también gran parte de la isla estaba inundada. Por ello tengo pendiente volver a realizar la ruta con marea media o incluso baja.
No es complicado controlar los parámetros a tener en cuenta en el mar, pero sí hay que tenerlos muy en cuenta. Me alegro de que hayas disfrutado ayer en El Puerto. Yo estoy también por aquí. Saludos.