Al Fondeadero por el Desaguadero 43,17 Km

Salimos de la rampa del Hispano aguas abajo por el Luján. La idea original era ingresar por el Pacú, seguir por el Baltico y despues por Las Floridas hasta el Canal del Este. Sucede que el Río de La plata estaba tan tranquilo que era una tentación muy grande. Bordeamos el primer juncal a la boca del San Antonio y le apuntamos al segundo que está casi frente al Canal del Este. Hay una entrada grande del río que hay que cortar bien por afuera. El agua estaba alta y esta bueno tener las mareas en mente ya que es bastante bajo, pasamos varios incipientes juncales por arriba y se ven unos cuantos árboles varados. Con agua baja y viento se puede poner bastante feo... Como avanzamos algo más de lo previsto, decidimos seguir un poco más y entrar por el Desaguadero.
Antes del Desaguadero hay una boca falsa y después el arroyo está claro al ver sobre la márgen izquierda los albardones de tierra en lugar de juncales. Puede confundir la segunda boca más al Norte, pero en este caso el agua había empezado a bajar y la corriente salía bien fuerte.
El desaguadero es perfectamente navegable, está deshabitado hasta el primer recodo y después está muy habitado los últimos 1000 mts. antes del Canal del este. Llegamos al canal del este casi de noche y remontamos hasta el Fondeadero.
El Fondeadero es un lugar limpio y ordenado, con una buena playa para desembarcar, lindo parque para acampar, baños en condiciones y un precio razonable para lo que ofrece... No pudimos probar el restaurante, que estaba cerrado, pero aparenta seguir la misma línea. Lo único incomodo es que el camping está atrás, y hay que caminar lindo trecho con todos los bártulos, cosa que no pasa cuando uno acampa por ahí en las islas. Tampoco hay leña como en todos los camping, lo que con los 6°C que hacían hubiera estado bueno.
La vuelta es muy fácil, por el Arroyón, angosto y sin visitantes porque el día estaba gris y muy frío. Despues no hay muchas variantes para el mismo camino de siempre, Sarmiento, Abra Vieja, Rompani, Gambado. Esta vez las lanchas en el Samiento me perdonaron la vida y llegamos bien secos a Tigre.