VUELTA A LAS PEÑAS DE TOBÍA DESDE TOBÍA

Clásica vuelta a las peñas de Tobía con subida a la peña mayor y un añadido hasta Matute.

Justo a la salida de Tobía se abandona la carretera que lleva al Rajao y, después de pasar una langa, se toma un camino por una zona de ganado muy pisada, que cuando haya llovido será un buen barrizal. La subida es larga y sin descanso hasta el collado Londeras a través del barranco de Entripuerta. Menos mal que a primera hora casi toda se hace a la sombra de las peñas, con unas vistas espectaculares de las moles de roca y en total silencio, solo interrumpido por los buitres. En cierto momento, dejamos la senda y optamos por la subida más directa al collado. No vale la pena. Mejor una subida más tendida y más limpia que andar buscando paso entre el matorral.

Al llegar al collado el panorama cambia completamente. Subimos a un par de las peñas menores antes de dirigirnos a Peña Tobía. La subida de Peña Tobía no tiene dificultad, pero hay alguna zona un poco expuesta en la que hay que ir con cuidado, sobre todo, según dicen, si la roca no está seca. Para llegar, no hay otra que posibilidad que hacer un par de trepadas sencillas —nada que no se pueda deshacer con la clásica técnica alemana del “culenbajen”—, pero las vistas desde arriba son espectaculares. Es imposible no dedicar un buen rato a contemplar todo lo que tienes alrededor.

Nada más bajar se toma una pista muy amplia que va descendiendo hacia Matute. En una curva cerrada, en lugar de seguir por la pista, bajamos por un sendero directo hasta Matute, con el fin de hacer una parada y tomar una cerveza en el bar de la plaza, que conocíamos de una visita anterior. El bar, que cuenta como terraza con el atrio de la iglesia, está cerrado (un sábado a las 12) y lo mismo nos pasa la tarde anterior (viernes 19:30). Preguntamos a un paisano si ha cerrado el negocio y nos dice que no, pero que “abre cuando quiere”. Menos mal que hay otro bar que no conocíamos, junto al frontón y con una hermosa terraza, y podemos refrescarnos.

La vuelta a Tobía se hace por la carretera, pero el escaso movimiento de la zona, las vistas y la brisa que ha empezado a correr hacen que sea agradable.