Visita e historia del Castillo de Alcalá desde los tradicionales Baños de Mula (Región de Murcia)

Ruta realizada el 1 de abril de 2024, día del Bando de la Huerta en Murcia, por lo que no tenía demasiado tiempo disponible, al tener compromisos para comer en las Barracas Huertanas con la familia. Sin duda, una ruta muy atractiva cuando el tiempo es ajustado.

En general los compañeros que me han documentado para la realización de este recorrido lo definen como fácil. Yo no seré tan optimista, creo que estoy obligado a ponerle moderado. Mi recorrido incluye una primera vuelta por la base del farallón rocoso que forma la plataforma del Castillo, que requiere experiencia al discurrir sobre taludes bastante inclinados. Quería comprobar su inaccesibilidad y efectivamente no es posible el acceso al Castillo salvo por la rampa que conduce a la puerta de entrada, pero aunque quitemos esta vuelta previa de reconocimiento, el tramo que discurre junto a la margen derecha del río Mula, no es para cualquier paladar. Se requiere capacidad de sufrimiento para ir quitando la espesa vegetación (cañaverales y tarayes o tamariscos) que van cerrando el sendero. No es descabellado traer unas tijeras de podar por si el sendero se ha cerrado por el escaso tránsito. También influye el nivel del río, que en mi caso, no representó dificultad añadida.

Para la descripción del entorno, en esta ocasión me remito al contenido del artículo publicado el 31 de marzo de 2023, por el arqueólogo José A. Zapata Parra, en el periódico El Noroeste Digital, porque cuando algo está hecho a conciencia, lo mejor es no añadir nada. En relación al Castillo de Alcalá, cuenta lo siguiente:

“A 500 metros de la pedanía de La Puebla de Mula, sobre un cerro amesetado de forma troncocónica se levantó el denominado Castillo de Alcalá. Una fortaleza qué por su posición elevada, se convirtió en un punto geoestratégico de primer orden que dominaba visualmente toda la comarca del río Mula.

Tenemos constancia de una ocupación prehistórica del lugar durante la Edad del Bronce, así como en época romana, momento en el que la muela fue explotada como cantera de travertino, estando vinculada a la ciudad de Mula, ubicada entonces en el Cerro de la Almagra, donde se encuentra un yacimiento tardorromano. Posteriormente, el asentamiento pasó a ser ocupado por un contingente militar estatal de origen árabe, cuyo objetivo era hacer cumplir el Tratado de Teodomiro o Pacto de Tudmir firmado en 713.
Con el paso de los siglos, tanto la fortaleza como la alquería que surgió a sus pies debieron ir adquiriendo importancia en el entorno. Autores como A. Bazzana, P. Cressier y P. Guichard han sugerido que, por la morfología de la fortaleza, su situación geoestratégica y por los restos hallados, se trataría de un asentamiento estatal de carácter militar, cuyas estructuras actuales fueron levantadas hacía el tercer cuarto del siglo XII, durante el gobierno de Ibn Mardanis (1147-1172), para hacer frente a las tropas almohades. Por su parte, F. Amigues también ha sugerido que el edificio debió ser un granero fortificado, donde eran concentrados y custodiados los productos que los habitantes de la comarca utilizaban para el pago del diezmo, el principal impuesto musulmán.

En la actualidad, el impresionante castillo de Alcalá conserva restos de lo que fue su fortificación. Presenta un recinto de planta ovalada adaptada a la muela rocosa que se erige en la cima del cerro. Las dimensiones que presentan es de 125 m. en sentido E-O y de 90 m. en sentido N-S, con un total de 11.250 m2. La muela rocosa donde se enclava presenta características naturales como defensa, con paredes verticales de 10 m. de alto.

En la cumbre se levantaron los muros y torreones que forman el recinto de la fortaleza, cuyos lienzos rectilíneos y torres de planta cuadrangular le dan el aspecto característico de sistema de fortificación basado en el flanqueo de la muralla. La puerta de entrada se localiza en la parte SO del recinto y fue levantada formando parte de un edificio rectangular de 25 x 13,50 m. de longitud, realizado en tapial y macizado en su interior, del que todavía se conserva restos de una torre en su ángulo NE, con 10 m. de alzado. Parte de esta estructura y la puerta fue restaurada tras el terremoto de 1999.

El acceso es uno de los más antiguos ejemplos de puerta acodada musulmana de la Región de Murcia y está formada por un estrecho pasillo cubierto, de 4 m aprox. de altura y dividido en dos tramos que conforman un doble recodo. El vano exterior tiene una anchura de 2 m. y la puerta que al interior del recinto 2,80 m., conservando el remate, integrado por un arco de medio punto de ladrillos. Aún se conserva una de las quicialeras de su umbral.

Desde el punto de vista histórico, tras la incorporación del Reino de Murcia a la corona de Castilla a mediados del siglo XIII, la fortaleza fue ocupada por una guarnición militar castellana. En 1373, el concejo de Mula vendía a Alonso Yáñez Fajardo la fortaleza y la pequeña aldea a sus pies, que se encontraba despoblada.

A comienzos del siglo XV se construyó en el interior de la fortaleza una ermita consagrada a Santa María Magdalena, muy venerada por entonces en el reino de Murcia, como lo recoge el obispo Comontes cuando narra en su obra las oficialías existentes en la Diócesis de Cartagena hacía 1450. La existencia de este eremitorio dio lugar a que el castillo fuera llamado en algún documento del XVIII, como Castillo de la Magdalena”.

El Castillo de Alcalá o de la Puebla de Mula está declarado BIC con categoría de monumento, según la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, de 25 de junio y desde marzo de 2023, es propiedad del Ayuntamiento de Mula.

Baños de Mula:

Aunque históricamente el aprovechamiento de las aguas termales del Río Mula se realizó en la margen izquierda, existiendo en el Cerro de la Almagra un asentamiento tardorromano y otro visigodo, en el último tercio del siglo XVII, un corrimiento de tierra provocó que el afloramiento cambiara su ubicación a la margen derecha del río, desplazándose también a esta margen la población.

El adelantado del reino de Murcia, Alonso Yáñez Fajardo, adquirió al Concejo de Mula unas tierras que comprendían las aguas termales. Por tanto, la posesión de las tierras pasó a manos del Marquesado de los Vélez, pero las aguas se usaban solo para riego.

Fue en 1720 cuando el alcalde de Mula, Ginés Martínez Salazar, adquirió los terrenos para explotar sus cualidades sanitarias. Sus herederos fundaron un mayorazgo y ampliaron el patrimonio con la construcción de instalaciones para Los Baños. En 1826 se edificaba la primera casa para tomar Los Baños. Por línea sucesoria la herencia paso a la familia Ladrón de Guevara. Esta familia terminó por convertir esta herencia en un próspero mayorazgo con amplios terrenos, fomentando la explotación de las aguas para usos industriales y para baños.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX se levantaron las Casas de Baños, destacando la de San Luis, construida en 1903 por la familia Llamas. El negocio de Los Baños ha proliferado con profundos altibajos hasta llegar a nuestros días, en los que ofrece un marcado carácter vintage en un entorno privilegiado.