Virgen de las Nieves, Lagunillos de la Virgen y Refugio de la Carihuela desde la Hoya de la Mora (invernal).
near Sierra Nevada, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ayer nos acercamos a Sierra Nevada para hacer una ruta invernal, que para mi suponía el primer acercamiento al senderismo sobre nieve con uso de crampones y piolet. Salimos de la Hoya de la Mora y poco más arriba de la Virgen de las Nieves, sobre los 2.700 metros de altura, ya nos encontramos con las pistas de esquí y abundancia del blanco elemento, por lo que nos calzamos los crampones y continuamos caminando con mayor seguridad. La ruta nos llevaba hasta los lagunillos de la Virgen, lo que suponía extremar el cuidado para cruzar las pistas de esquí; hay que señalar que los tres que llevábamos crampones de alquiler tuvimos bastantes problemas con su ajuste y nos fueron dando problemas durante toda la ruta, lo que nos obligo a modificar el trayecto previsto.
Una vez en los Lagunillos emprendemos la subida hacia el refugio de la Carihuela; en invernal se sube por una inclinadísima pista de esquí que no da respiro, mientras que sin nieve la senda hace una serie de revueltas que dulcifican la pendiente. Así pues hay que tomar este tramo con mucha calma, parando a cada poco para recuperar el aliento, pues ya estamos por encima de los 3.000 metros y aquí cuesta más respirar. Finalmente llegamos al refugio de la Carihuela (3.200 metros), donde nos detenemos a reponer fuerzas y contemplar el maravilloso escenario que se extiende ante nosotros. Paco, Curro y yo estábamos muy molestos con los crampones y queríamos quitárnoslos lo antes posible, así que decidimos no seguir hasta el Veleta, mientras que Galo y Lara, que iban cómodos con los suyos, se mantuvieron en la ruta prevista.
Así pues, nosotros tres nos dirigimos al carril mientras que nuestros compañeros emprendían el ascenso final. Este carril sirve de conexión a las distintas pistas que bajan desde el último remonte de la estación de esquí y llegando a las posiciones del Veleta la nieve estaba en mejores condiciones, así que decidimos quitarnos esos crampones que tanto nos molestaban; eso suponía que para llegar a la Hoya de la Mora íbamos a tener que seguir el trazado de la carretera y evitar los recortes del sendero de ascenso al Veleta donde sin esa ayuda nos resbalaríamos. De esta forma, nos armamos de paciencia y compartimos la carretera con los esquiadores que la usan para conectar distintas pistas y lo hicimos en buena armonía, excepto el caso de un energúmeno que pensaba que toda la montaña era suya. Llegados a los 2.700 metros ya desaparecía la nieve y pudimos tomar los atajos hasta el final de la ruta.
Una vez en los Lagunillos emprendemos la subida hacia el refugio de la Carihuela; en invernal se sube por una inclinadísima pista de esquí que no da respiro, mientras que sin nieve la senda hace una serie de revueltas que dulcifican la pendiente. Así pues hay que tomar este tramo con mucha calma, parando a cada poco para recuperar el aliento, pues ya estamos por encima de los 3.000 metros y aquí cuesta más respirar. Finalmente llegamos al refugio de la Carihuela (3.200 metros), donde nos detenemos a reponer fuerzas y contemplar el maravilloso escenario que se extiende ante nosotros. Paco, Curro y yo estábamos muy molestos con los crampones y queríamos quitárnoslos lo antes posible, así que decidimos no seguir hasta el Veleta, mientras que Galo y Lara, que iban cómodos con los suyos, se mantuvieron en la ruta prevista.
Así pues, nosotros tres nos dirigimos al carril mientras que nuestros compañeros emprendían el ascenso final. Este carril sirve de conexión a las distintas pistas que bajan desde el último remonte de la estación de esquí y llegando a las posiciones del Veleta la nieve estaba en mejores condiciones, así que decidimos quitarnos esos crampones que tanto nos molestaban; eso suponía que para llegar a la Hoya de la Mora íbamos a tener que seguir el trazado de la carretera y evitar los recortes del sendero de ascenso al Veleta donde sin esa ayuda nos resbalaríamos. De esta forma, nos armamos de paciencia y compartimos la carretera con los esquiadores que la usan para conectar distintas pistas y lo hicimos en buena armonía, excepto el caso de un energúmeno que pensaba que toda la montaña era suya. Llegados a los 2.700 metros ya desaparecía la nieve y pudimos tomar los atajos hasta el final de la ruta.
Waypoints
Comments (1)
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Un pormenorizado y exhaustivo reportaje el que haces, Miguel. Poco más que añadir, salvo las cervezas finales con papas al viento que dulcifican y alivian extremadamente los pies. Nos vemos en otra. Un abrazo