Perú. VINICUNCA: la montaña de los Siete Colores o Montaña Arcoíris.
near Uchullucllo, Cusco (Peru)
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A Wilbert Cárdenas Vargas. Amigo incomparable, amante de la vida y peruano sin par.
La montaña de los 7 colores, la montaña arco iris, o Vinicunca (que de las tres formas se le llama), es una ruta que en pocos años se ha convertido en un clásico imprescindible en las rutas andinas cusqueñas.
Hasta hace poco más de una década esta ruta era prácticamente desconocida para la mayoría de los viajeros por las reticencias de las comunidades campesinas a permitir el acceso a espacios que se consideraban sagrados. Cada montaña tiene su apu (su espíritu), y la presencia de visitantes no era bien vista...hasta que apareció el dinero de por medio.
En la actualidad casi todas las agencias de viajes de Cuzco, y en todo Perú, ofrecen la visita guiada de esta maravillosa ruta.
El acceso para la visita se ha visto como una forma de ingreso y mejora en la economía de las comunidades que gestionan el tránsito hasta la montaña, y los “trekeros” que quieren visitarla tienen que pagar una pequeña cantidad (10 soles en el momento de nuestra visita, que al cambio era algo menos de tres euros). Para los peruanos el precio es menor.
Si está catalogada como de dificultad moderada es por la necesaria aclimatación y por el frío intenso que hay que soportar, además de un viento que puede ser fuerte y extremadamente frío.
Para personas con mala forma física, o sin aclimatación, puede llegar a ser un suplicio el llegar al final de la ruta. El mal de altura o soroche (suruqchi en quechua), puede convertirse en una dificultad añadida, incluso grave, que no hay que trivializar.
En definitiva, conviene saber que se anda por los 5000 mts de altura, y eso no hay que tomarlo a la ligera y preparase físicamente para no tener sorpresas, además de pertrecharse con una vestimenta adecuada, donde guantes, ropa térmica y buen calzado son indispensables.
Para acceder al inicio de la ruta hay que tomar la carretera de Cuzco a Puno. Al llegar al pueblo de Checacupe se toma la carretera CU 124 en dirección Pitumarca.
En esta misma carretera pasaremos sucesivamente por las pueblos de: Pitumarca, Huito, Llauilliri, Ocefina, Uchullucllo, Japura Quilca y Patahuasi Hanchipacha.
A unos 200 mts de la salida de Patahuasi veremos un desvío a la izquierda que indica el camino que utilizan todas las agencias de viaje para llegar al aparcamiento que sitúan como punto de inicio de la ruta. Este desvío sigue una pista de tierra llena de curvas, que tras la lluvia puede estar en mal estado.
Nosotros preferimos continuar por la carretera hasta llegar muy cerca de Chillca, y, un kilómetro antes de llegar a esta comunidad campesina, cogemos un desvío a la izquierda, en una curva muy cerrada, para tomar una pista de tierra totalmente recta de unos 600 mts que en cinco minutos nos deja en el punto de partida.
La salida se hace desde un pequeño bofedal, con casas y corrales para el ganado, que años atrás era el punto de partida de la ruta al Vinicunca. Aún hoy la siguen utilizando muchas personas, pues a pesar de ser más larga tiene unas hermosas vistas del Ausangate.
Desde aquí iniciamos la ruta buscando el mejor paso en el terreno encharcado. Pasamos por un pequeño puente de tablas que evita el arroyo que viene directamente de la Ausangatecocha (la laguna que se alimenta directamente del deshielo del impresionante Ausangate, la quinta cumbre más alta de Perú).
El Ausangate es llamado “Creador de las Aguas” por el gran glaciar que alberga en sus cumbres. Situado en la cordillera de Vilcanota su cima está a 6384 metros sobre el nivel del mar, y es el origen de la laguna Sibinacocha; la segunda con mayor extensión en el departamento de Cuzco.
La visión de la enorme mole nevada, rodeada de nubes, nos cautiva por un instante, pero retomamos nuestro destino aún lejano.
El camino es en todo momento claro, y lo vamos recorriendo sobre las huellas que ha dejado el paso de miles de personas y animales, en forma de múltiples senderos paralelos a modo de largas “trincheras”.
Si al principio teníamos que ir dando pequeños rodeos para evitar los tramos encharcados, conforme abandonamos el bofedal entramos en un terreno más estable que nos permite avanzar rápidos y seguros.
Vamos andando a lo largo de un arroyo que desciende lentamente. El terreno por el que subimos se alterna entre tramos de tierra y otros de piedras, con alguna pequeña dificultad al pasar por una pequeña garganta, que nos obliga a pasar a la margen izquierda sin mayor impedimento.
El camino pasa por donde inician la ruta las agencias de turismo, y, antes de llegar allí, entramos en otra zona humeda que nos vuelve a obligar a ir dando pequeños rodeos, para no mojarnos el calzado ni ensuciarnos de un barro oscuro. Rápidamente entramos en un terreno, de muy ligera pendiente y seco, que ya no abandonaremos hasta llegar a las proximidades de nuestro objetivo.
Llegamos al punto oficial de entrada de lo que es la montaña arco iris. Una pequeña puerta con banderas así lo indica. Allí nos encontramos en un gran valle abierto de tierras rojizas, que por efecto del agua de lluvia se tornan oscuras y contrastan con el verde intenso de los humedales del valle.
Lo vamos recorriendo sin prisa y parando regularmente para recuperar el aliento por el esfuerzo de la subida que, aún no siendo de excesiva pendiente, nos fatiga. También es un recreo ver los rebaños de vicuñas, llamas y corderos pastando junto a caballos y mulas. El valle nos envuelve entre sus cálidas laderas y la silueta de las cumbres que nos rodean.
Vamos recorriendo el tramo inferior de la ladera. Al noroeste, en la dirección que seguimos el valle, y por encima de los 5000 metros las cumbres están totalmente blancas.
Vadeamos algunos arroyos que bajan por todas las laderas, y que confluyen en el fondo del valle, sin que ninguno complique nuestra marcha.
Faltando unos tres kilómetros para llegar vamos girando paulatinamente en dirección oeste y subimos una pequeña loma para llegar a otro pequeño valle.
El terreno ahora aumenta su pendiente y se vuelve en ocasiones más dificultoso, debido a las placas de hielo que durante la noche se han formado. Tampoco el deshielo de estas ayuda mucho, puesto que dejan un camino embarrado y propicio a resbalones.
En estos últimos metros tenemos que redoblar el esfuerzo.
Por fin llegamos al abra Vinicunca. Este collado sirve de divisoria de las aguas que van al oeste y al este en estricto sentido geográfico
Frente a nosotros, al sur, tenemos la fantástica visión de la estratificación multicolor de la montaña.
A nuestra derecha, al oeste, se abre un enorme valle con tierras rojizas que contrasta con el cielo azul. Es el llamado Valle Rojo, haciendo honor a su colorido.
A nuestra izquierda el valle por el que hemos accedido.
A nuestra espalda, en dirección norte y noreste, el grandioso macizo del Ausangate colmado de nieve y rodeado de nubes que poco a poco van cubriendo el cielo.
Nos queda aún un último esfuerzo de unos 50 metros de desnivel, para situarnos a una cota mayor poder observar en toda su magnitud el impresionante entorno que nos rodea.
Logrado el objetivo es el momento de recordar a la familia y los amigos que nos esperan.
Cuando el cielo termina de cubrirse empiezan a caer algunos copos de nieve. Decidimos entonces retornar.
En el video se ofrece una vista panorámica de 360º del entorno al Vinicunca, los valles que individualiza y una vista de toda la cresta montañosa de la cordillera del Vilcanota que se prolonga hasta el apu Ausangate.
El viento se intensifica y la sensación de frío es alta. No siempre el clima acompaña y se ve tan bonito como en las fotos. Es la montaña en estado puro como diría josenm1984
El regreso lo hacemos sobre nuestros pasos, pero mirando repetidamente a nuestra espalda. Los paisajes que hemos visto nos acompañaran en nuestra marcha.
La vuelta se hace rápida y sin ninguna complicación. Ahora el esfuerzo es prácticamente nulo.
A unos dos kilómetros antes de llegar al final del recorrido decidimos subir a un altozano, coincidiendo con una ventana en el cielo, para observar al Ausangate. No tenemos la suerte de nuestra parte y sólo parcialmente podemos intuir sus majestuosas cumbres.
Hasta el final solo queda una fácil senda que nos deja junto a nuestro vehículo para emprender el camino hasta “el ombligo del mundo”.
Nunca podremos agradecerle a nuestro amigo Wilbert Cárdenas Vargas el favor de habernos traído hasta aquí. Él y la montaña de los siete colores son una misma imagen y el mismo recuerdo para nosotros. Gracias por tu compañía, por tus fotos y hasta muy pronto en Cuzco.
Esperamos y deseamos que quienes tengan la fortuna de hacer este recorrido lo disfruten tan apasionadamente como lo hemos hecho Mari Luz y yo.
Si estás visitando Perú quizá estas rutas te pueden interesar:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=120428977
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/qeswachaka-qeswachaka-el-ultimo-puente-inca-140895535
La montaña de los 7 colores, la montaña arco iris, o Vinicunca (que de las tres formas se le llama), es una ruta que en pocos años se ha convertido en un clásico imprescindible en las rutas andinas cusqueñas.
Hasta hace poco más de una década esta ruta era prácticamente desconocida para la mayoría de los viajeros por las reticencias de las comunidades campesinas a permitir el acceso a espacios que se consideraban sagrados. Cada montaña tiene su apu (su espíritu), y la presencia de visitantes no era bien vista...hasta que apareció el dinero de por medio.
En la actualidad casi todas las agencias de viajes de Cuzco, y en todo Perú, ofrecen la visita guiada de esta maravillosa ruta.
El acceso para la visita se ha visto como una forma de ingreso y mejora en la economía de las comunidades que gestionan el tránsito hasta la montaña, y los “trekeros” que quieren visitarla tienen que pagar una pequeña cantidad (10 soles en el momento de nuestra visita, que al cambio era algo menos de tres euros). Para los peruanos el precio es menor.
Si está catalogada como de dificultad moderada es por la necesaria aclimatación y por el frío intenso que hay que soportar, además de un viento que puede ser fuerte y extremadamente frío.
Para personas con mala forma física, o sin aclimatación, puede llegar a ser un suplicio el llegar al final de la ruta. El mal de altura o soroche (suruqchi en quechua), puede convertirse en una dificultad añadida, incluso grave, que no hay que trivializar.
En definitiva, conviene saber que se anda por los 5000 mts de altura, y eso no hay que tomarlo a la ligera y preparase físicamente para no tener sorpresas, además de pertrecharse con una vestimenta adecuada, donde guantes, ropa térmica y buen calzado son indispensables.
Para acceder al inicio de la ruta hay que tomar la carretera de Cuzco a Puno. Al llegar al pueblo de Checacupe se toma la carretera CU 124 en dirección Pitumarca.
En esta misma carretera pasaremos sucesivamente por las pueblos de: Pitumarca, Huito, Llauilliri, Ocefina, Uchullucllo, Japura Quilca y Patahuasi Hanchipacha.
A unos 200 mts de la salida de Patahuasi veremos un desvío a la izquierda que indica el camino que utilizan todas las agencias de viaje para llegar al aparcamiento que sitúan como punto de inicio de la ruta. Este desvío sigue una pista de tierra llena de curvas, que tras la lluvia puede estar en mal estado.
Nosotros preferimos continuar por la carretera hasta llegar muy cerca de Chillca, y, un kilómetro antes de llegar a esta comunidad campesina, cogemos un desvío a la izquierda, en una curva muy cerrada, para tomar una pista de tierra totalmente recta de unos 600 mts que en cinco minutos nos deja en el punto de partida.
La salida se hace desde un pequeño bofedal, con casas y corrales para el ganado, que años atrás era el punto de partida de la ruta al Vinicunca. Aún hoy la siguen utilizando muchas personas, pues a pesar de ser más larga tiene unas hermosas vistas del Ausangate.
Desde aquí iniciamos la ruta buscando el mejor paso en el terreno encharcado. Pasamos por un pequeño puente de tablas que evita el arroyo que viene directamente de la Ausangatecocha (la laguna que se alimenta directamente del deshielo del impresionante Ausangate, la quinta cumbre más alta de Perú).
El Ausangate es llamado “Creador de las Aguas” por el gran glaciar que alberga en sus cumbres. Situado en la cordillera de Vilcanota su cima está a 6384 metros sobre el nivel del mar, y es el origen de la laguna Sibinacocha; la segunda con mayor extensión en el departamento de Cuzco.
La visión de la enorme mole nevada, rodeada de nubes, nos cautiva por un instante, pero retomamos nuestro destino aún lejano.
El camino es en todo momento claro, y lo vamos recorriendo sobre las huellas que ha dejado el paso de miles de personas y animales, en forma de múltiples senderos paralelos a modo de largas “trincheras”.
Si al principio teníamos que ir dando pequeños rodeos para evitar los tramos encharcados, conforme abandonamos el bofedal entramos en un terreno más estable que nos permite avanzar rápidos y seguros.
Vamos andando a lo largo de un arroyo que desciende lentamente. El terreno por el que subimos se alterna entre tramos de tierra y otros de piedras, con alguna pequeña dificultad al pasar por una pequeña garganta, que nos obliga a pasar a la margen izquierda sin mayor impedimento.
El camino pasa por donde inician la ruta las agencias de turismo, y, antes de llegar allí, entramos en otra zona humeda que nos vuelve a obligar a ir dando pequeños rodeos, para no mojarnos el calzado ni ensuciarnos de un barro oscuro. Rápidamente entramos en un terreno, de muy ligera pendiente y seco, que ya no abandonaremos hasta llegar a las proximidades de nuestro objetivo.
Llegamos al punto oficial de entrada de lo que es la montaña arco iris. Una pequeña puerta con banderas así lo indica. Allí nos encontramos en un gran valle abierto de tierras rojizas, que por efecto del agua de lluvia se tornan oscuras y contrastan con el verde intenso de los humedales del valle.
Lo vamos recorriendo sin prisa y parando regularmente para recuperar el aliento por el esfuerzo de la subida que, aún no siendo de excesiva pendiente, nos fatiga. También es un recreo ver los rebaños de vicuñas, llamas y corderos pastando junto a caballos y mulas. El valle nos envuelve entre sus cálidas laderas y la silueta de las cumbres que nos rodean.
Vamos recorriendo el tramo inferior de la ladera. Al noroeste, en la dirección que seguimos el valle, y por encima de los 5000 metros las cumbres están totalmente blancas.
Vadeamos algunos arroyos que bajan por todas las laderas, y que confluyen en el fondo del valle, sin que ninguno complique nuestra marcha.
Faltando unos tres kilómetros para llegar vamos girando paulatinamente en dirección oeste y subimos una pequeña loma para llegar a otro pequeño valle.
El terreno ahora aumenta su pendiente y se vuelve en ocasiones más dificultoso, debido a las placas de hielo que durante la noche se han formado. Tampoco el deshielo de estas ayuda mucho, puesto que dejan un camino embarrado y propicio a resbalones.
En estos últimos metros tenemos que redoblar el esfuerzo.
Por fin llegamos al abra Vinicunca. Este collado sirve de divisoria de las aguas que van al oeste y al este en estricto sentido geográfico
Frente a nosotros, al sur, tenemos la fantástica visión de la estratificación multicolor de la montaña.
A nuestra derecha, al oeste, se abre un enorme valle con tierras rojizas que contrasta con el cielo azul. Es el llamado Valle Rojo, haciendo honor a su colorido.
A nuestra izquierda el valle por el que hemos accedido.
A nuestra espalda, en dirección norte y noreste, el grandioso macizo del Ausangate colmado de nieve y rodeado de nubes que poco a poco van cubriendo el cielo.
Nos queda aún un último esfuerzo de unos 50 metros de desnivel, para situarnos a una cota mayor poder observar en toda su magnitud el impresionante entorno que nos rodea.
Logrado el objetivo es el momento de recordar a la familia y los amigos que nos esperan.
Cuando el cielo termina de cubrirse empiezan a caer algunos copos de nieve. Decidimos entonces retornar.
En el video se ofrece una vista panorámica de 360º del entorno al Vinicunca, los valles que individualiza y una vista de toda la cresta montañosa de la cordillera del Vilcanota que se prolonga hasta el apu Ausangate.
El viento se intensifica y la sensación de frío es alta. No siempre el clima acompaña y se ve tan bonito como en las fotos. Es la montaña en estado puro como diría josenm1984
El regreso lo hacemos sobre nuestros pasos, pero mirando repetidamente a nuestra espalda. Los paisajes que hemos visto nos acompañaran en nuestra marcha.
La vuelta se hace rápida y sin ninguna complicación. Ahora el esfuerzo es prácticamente nulo.
A unos dos kilómetros antes de llegar al final del recorrido decidimos subir a un altozano, coincidiendo con una ventana en el cielo, para observar al Ausangate. No tenemos la suerte de nuestra parte y sólo parcialmente podemos intuir sus majestuosas cumbres.
Hasta el final solo queda una fácil senda que nos deja junto a nuestro vehículo para emprender el camino hasta “el ombligo del mundo”.
Nunca podremos agradecerle a nuestro amigo Wilbert Cárdenas Vargas el favor de habernos traído hasta aquí. Él y la montaña de los siete colores son una misma imagen y el mismo recuerdo para nosotros. Gracias por tu compañía, por tus fotos y hasta muy pronto en Cuzco.
Esperamos y deseamos que quienes tengan la fortuna de hacer este recorrido lo disfruten tan apasionadamente como lo hemos hecho Mari Luz y yo.
Si estás visitando Perú quizá estas rutas te pueden interesar:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=120428977
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/qeswachaka-qeswachaka-el-ultimo-puente-inca-140895535
Waypoints
Waypoint
14,852 ft
Paisajes.
A lo largo del camino se suceden valles transversales llenos de belleza.
Waypoint
14,916 ft
Crestas occidentales de la cordillera
Vista occidental de la cordillera del Vilcanota
Panorama
15,541 ft
Descanso en el camino.
Aprovechando que se despejan las nubes para disfrutar de las vistas y reponer fuerzas.
Waypoint
15,933 ft
Última subida antes de llagar al abra de Vinicunca
El sendero está embarrado del deshielo.
Intersection
14,770 ft
Desvio
Comments (27)
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Gran experiencia, vimos en ese momento lo difícil y complicado que era el tramo, con un camino de herradura y sin trazos específicos, recién salíamos de la época de lluvias y esto ayudaba a que esta caminata sea mas emocionante, gracias Paco y Mariluz por permitir acompañarlos en tan bella aventura.
Como siempre, Paco, un relato magnífico de una aventura extraordinaria; se te queda pequeño el planeta. No puedo alcanzar a imaginar lo emocionante que debe ser caminar por esas montañas tan remotas y tan distintas.
Anímate a subir más rutas de tus andanzas por América.
Un abrazo.
Malpaso
Paco un caminante empedernido e impresionante, no tiene límites.
Muchas gracias Joaquín.
Me cuesta ponerme, y tengo material para unas cuantas. Sabes, porque lo hemos hablado, que no soy de subir rutas que ya se han subido por otras personas. No me gusta repetir y siempre busco algo novedoso.
En este caso la he subido porque las que habían no tienen una descripción acorde con lo que esta maravillosa ruta requiere. Ese es el motivo.
Un abrazo.
No puedo más que añadir, la maravilla vivida en ese recorrido tan bien descrito por mi waiki(hermano) .
Lo vivido al llegar a la cima,es un regalazo para los sentidos.
Mi valoración,es la máxima
Gracias Mari Luz.
He tenido la suerte de hacer rutas maravillosas contigo, y las que nos quedan aún por hacer. Ya he dicho de ti que eres la compañera ideal para viajar, como decía un pariente: "hasta la fin del mundo".
Muchos besos.
Wilbert: desde que me hablaste de esta montaña no pasó un día en que no me viera andando por esos valles.
No solo es de agradecer que nos guiaras; es tu compañía, tu conversación y tu sabiduría lo que más agradecemos. Y tu sonrisa.
Eres muy grande amigo.
Por todo lo que nos has enseñado, y por todos los sitios que hemos andado: muchas gracias.
E visto llorar a niños, niñas y mujeres y varones por caprichos , ese día al llegar a los 5,200 msnm vi lágrimas de emoción, alegría, esfuerzo y gritar a los cuatro vientos tarea cumplida, gracias Mariluz por esas lágrimas de alegría.
Muchas gracias a Wilbert,por su acogida por su compañía y por su gran amor a esa patria suya inigualable,qué es Perú .
Gente maravillosa,y muchos sitios para disfrutar.
Gracias Wilbert siempre estas,en nuestro recuerdo.
Qué gran ruta, y qué bien la describes, Paco. Como siempre, vas marcando el camino a seguir.
Una ruta espectacular
Muchas gracias Victoria.
El secreto es disfrutar siempre cualquier paseo, y cuando la compañía es grata resulta siempre mucho más enriquecedora.
Nos vemos andando.
Leer la descripción dan ganas de buscar un vuelo a Lima y empezar a explorar por allí.
Espero que más pronto que tarde hagamos ésta y otras excursiones en Perú.
Gracias por compartir tus aventura con Wilbert y Mari Luz.
Abrazo.
Es un deseo recurrente. Ya sabes; se dice que lo que se desea fervientemente al final se consigue.
Muchas gracias Gabi.
Paco!!! pues ya me has creado la necesidad de viajar a Perú jeje ...así, de buena mañana!! impresionante🔝 !! una auténtica maravilla 👌
Perú es un país maravilloso.
Hay lugares inimaginables. Tiene muchísimas culturas antiguas que conocer. Arte, naturaleza, gastronomía...y lo mejor de todo: los peruanos.
Te lo recomiendo.
Muchas gracias.
Pacofélix, coincido con tu valoración de este gran país.
Ascendimos a la montaña Vinikunka por la otra vertiente unos días más tarde que vosotros. Y me alegro que hayas descrito esta otra alternativa porque la más común está demasiado frecuentada, y eso en temporada baja. Aunque en la cima sea inevitable coincidir con tal gentío.
Es un placer leer tu brillante descripción.
Muchísimas gracias Manu.
Me alegro mucho que te haya gustado. Realmente Perú se ha convertido en un sueño permanente para mi. Solo quien ha estado puede comprenderlo; eso sí, con la mente abierta porque es un país de muchos contrastes.
Saludos y muchas gracias por tu valoración.
Hola, una pregunta ¿en qué fecha hiciste la ruta?
El 7 de mayo.
Gracias por tu valoración Raquel.
Saludos.
Que excelente guía. Yo realicé con unos amigos la ruta clásica al Vinicuna y luego Valle Rojo. Para la próxima que vaya a Cusco realizaré tu caminata!
Gracias Alfredo Huanes.
He visto alguna de tus rutas que las tengo en cuenta para un próximo viaje a Perú.
Espectacular lugar lleno de belleza, pero no menos bella es tu minuciosa descripción. Enhorabuena a los dos por haber disfrutado de un paraje único y haberte tomado el tiempo y el esfuerzo en narrarlo con tantísimo detalle! No descarto visitarlo a medio plazo y parte de la "culpa" la tendrás tú ☺️
Lo dicho, muchas gracias y enhorabuena Paco!
Un saludo!
Muchas gracias Ángel.
Ciertamente es un sitio mágico. Si vas no te defraudará.
Saludos.
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Paco un caminante empedernido e impresionante, no tiene límites.
Muchas gracias Wilbert.
Repetir una y otra vez ese camino es una mágica ilusión renovada.