Villarroya (La Rioja). Subida al Gatún (1156 mts) y regreso por el parque eólico y el carrascal. Muy majilla.

Paseo por el término de Villarroya, pasando por varios parajes emblemáticos como son el pico Gatún, el nevero restaurado, la cresta del parque eólico y su famoso carrascal.

En sí, se trata de una ruta bastante asequible para cualquier aficionado/a al senderismo, por cuanto el desnivel acumulado, apenas alcanza los cuatrocientos metros, y la distancia total no suponen más de doce kilómetros. El único tramo algo esforzado se encuentra en un cortafuegos empinado que elegimos para subir a la cima del Gatún por su lado oeste, cuando en realidad, también es posible llegar por el lado Este con menos esfuerzo, simplemente realizando un rodeo un poco más largo.

El itinerario comienza en la localidad de Villarroya, justo en el punto en que la carretera conecta con el pueblo, de forma que tomaremos dirección noroeste hacia el pico Gatún (foto1).

El único camino que encontraremos nos lleva hasta una chopera aledaña al barranco principal del término, de modo, que empezaremos a flanquear el mismo siguiendo un camino perfectamente trazado, para seguidamente situarnos en las inmediaciones de un amplio romeral que ocupa la ladera de la falda baja del Gatún, hasta que localicemos a la derecha, una senda que comienza a ascender en dirección norte y que atraviesa la falda inferior hasta llegar a la pista ancha utilizada por los vehículos para subir al parque eólico.

Tomamos dicha pista pero en dirección oeste, hasta que lleguemos junto a un cortafuegos que asciende hacia la cumbre. Subimos por dicho dicho cortafuegos, y sin llegar al extremo superior, nos desviamos a la izquierda para bordear un minibosquecillo, de forma, que así podremos disfrutar de una buena panorámica presidida por Peña Isasa.

Bordeamos el bosquecillo para alcanzar enseguida una pista forestal que llega hasta el mismo pico del Gatún, pero antes nos acercaremos a un excelente mirador situado en la cara norte y que nos ofrece una preciosa vista del Valle del Cidacos.

Volvemos a remontar por la pista los apenas doscientos cincuenta metros que nos quedan para llegar a la cumbre, y allí, nos detendremos a contemplar unas buenas vistas del Moncayo, el Alcarama, Peña Isasa, y algo más alejados, otros picos de la zona soriana de Oncala y la Sierra del Hayedo de Enciso.

Seguidamente proseguimos la ruta por la senda que sigue a la pista por la que hemos venido, de forma que enseguida, tras haber descendido unos pocos metros en dirección Este, localizaremos un antiguo nevero restaurado, en el cual, haremos otra pequeña parada, y acto seguido, iremos hacia el primero de los aerogeneradores del parque eólico que hemos de recorrer a continuación.

La siguiente etapa se resume en caminar por el parque eólico (foto 4) y aprovechar para contemplar buenas panorámicas tanto al norte como al sur de la cresta donde se alinean todos los aerogeneradores, en un recorrido de unos dos kilómetros y medio, hasta localizar un senda que desciende en dirección sur para adentrarse en el bosque del carrascal.

Una forma de cercionarnos de que la senda de bajada es la correcta, es, que hemos de contabilizar dieciséis molinos desde el extremo en que iniciamos el tramo de cresta hasta llegar al punto donde nos desviamos por dicha senda.

Un vez comenzado el descenso, seguiremos otros dos kilómetros y medio de bajada, por un tramo en que transitaremos por una senda con poca anchura pero muy bien trazada, para posteriormente y tras llegar a un cruce, situarnos en una gran explanada de la que parte una pista bastante ancha que se dirige al Corral de Ordoyo (foto 5), el cual queda fuera de nuestra ruta.

Desde aquí seguimos en dirección sur bordeando el carrascal, hasta que lleguemos a un cruce en el que hay algún panel informativo.

Desde dicho cruce, cambiamos el rumbo en dirección oeste para emprender camino de regreso a Villarroya.

En esta última etapa de retorno, primeramente hemos de caminar entre carrascas durante algo más de un kilómetro, pasando previamente por un cruce, con cuidado de no desviarnos a la derecha, de modo, que conservemos siempre rumbo oeste (no olvidarse nunca la brújula, ni dejar de mirar el Gps).

Casi al final del tramo por el carrascal, llegaremos a otro cruce de caminos, con un cartel informativo que indica la dirección para ir hacia una encina centenaria, que a priori, no forma parte de nuestro recorrido, pero cuya visita es factible.

A continuación, seguimos por el mismo camino que llevábamos, para llegar a una zona más abierta con cultivos, y por la que seguiremos caminando medio kilómetro hasta pasar junto a una pequeña balsa, en la que podemos detenernos para realizar una pequeña pausa (foto 6).

Seguidamente, reanudaremos la marcha y terminaremos de recorrer el kilómetro de camino que nos queda para llegar a Villarroya. Este último tramo se encuentra también en campo abierto, y el camino a seguir no ofrece ningún género de dudas. De hecho, también constituye parte de una ruta anunciada en los paneles turísticos, y que tiene como objetivo llegar a unos antiguos abejares (partiendo de Villarroya en sentido contrario al que llevamos nosotros).