Villafranca de Córdoba: Sierrezuela. Miradores. Junta del Tamujoso. Meandro Guadalquivir. Cañón del Tamujoso. Sierrezuela
near Villafranca de Córdoba, Andalucía (España)
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Trail photos
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Itinerary description
Partimos desde la U de la antigua carretera de Adamuz, utilizando una trocha que nos permite salvar, por debajo, el viaducto de la actual carretera. Esta trocha enlaza con una vereda que cogemos hacia la izquierda en subida paralela a la alambrada.
¡¡¡¡ATENCIÓN!!!! Al pasar la alambrada (ni esta, ni ninguna en todo el camino está en perfectas condiciones) entramos en la Finca El Calvario, propiedad privada. Tenemos en cuenta este hecho y somos consecuentes, siendo extremadamente respetuosos con el entorno como siempre, más si cabe. La pista comienza atravesando un bonito pinar y continua por la parte más alta de las lomas. Al salir del pinar puede verse, en la loma más al sur, las ruinas de la Ermita del Calvario, que hoy no visitamos (Ruta Ermita del Calvario). Los mapas llaman a este sitio Las Mojoneras, aunque los lugareños llaman así a la zona del Tamujoso, algo más al norte y por la cual pasaremos en la vuelta. Poco después abandonamos la Finca El Calvario, para entrar en la parte alta de la Finca La Reyerta (o eso creo).
Al poco hacemos un pequeño desvío a la derecha para buscar el Cerro de Las Huelgas. Unos peñascos graníticos cercanos a la cima nos marcan el mapa para llevarnos a una barra de metal que sirve como mirador. Desde aquí hay una vista privilegiada al meandro del Guadalquivir, a la presa de El Salto y también a Adamuz hacia la derecha. También, desgraciamente, se ve la humareda que suelta la alpechinera El Tejar, contaminando la comarca las 24 horas de los 365 días del año.
Volvemos sobre nuestros pasos para, tras un par de desvíos y alambradas bajas (la mayoría abiertas, aunque más fácil de salvarlas por los laterales), cogemos un camino que nos va a dejar en la última parte del curso del Arroyo Tamujoso, unos metros antes de unirse al Guadalquivir. La parte más bonita del camino es la última, muy cerrada, con agradable pendiente. La idea era remontar el arroyo por la ribera, por una chopera que es muy bonita en otoño, pero el terreno estaba hecho un cenagal debido a las últimas lluvias. Así que decidimos hacer este tramo por la carretera (Adamuz-Pedro Abad), por la que no nos cruzamos con ningún coche y sí con algunos ciclistas.
Un par de kilómetros después llegamos al puente de la carretera con el Arroyo Tamujoso. En este punto podemos coger un recodo de la carretera antigua para fotografiar el arroyo y el Peñón Jituero (o Peña del Águila), que usan los lugareños para practicar la escalada. Volvemos a subir por la carretera y cogemos un camino que sale, a la derecha, en el mismo puente. Salvamos otra alambrada para entrar en una de las zonas más bonitas de toda la ruta: la desembocadura del Tamujoso. Estamos en un prado donde el serpenteante Tamujoso baja ya recto hacia su muerte en el Guadalquivir, pero se engorda haciendo un falso lago, donde levantaron el vuelo algunos patos. Buen sitio este para reponer fuerzas y hacer un descanso en los tocones cortados de antiguos chopos.
Continuamos subiendo las Laderas del Tío Salas en busca de un mirador natural donde poder observar, más de cerca, el meandro que hace el Guadalquivir. Desde aquí puede verse también la junta del Tamujoso, además de muchas aves si se tiene paciencia. Volvemos buscando la Vereda del Carpio, que encontramos al pasar la carretera, volviendo a zona pública hasta el final de la ruta (exceptuando un corto paso por un olivar que luego comentaré). Este tramo es un poco más aburrido, entre olivares, pero el camino es cómodo.
Algo menos de 2 km después, cogemos un camino que sale a la izquierda, marcado por un cartel que pone Sendero de El Carpio. Este sendero llega hasta el Peñón Jituero, pero nosotros lo abandonamos pronto para subir al laberíntico Tamujoso, arroyo arriba. Desde aquí hay que estar más pendientes del GPS, pero sin perder las preciosas vistas sobre el arroyo, que tras milenios se ha hundido en la tierra, formando un cañón, no muy profundo, pero muy amplio y bonito. Un par de postes de cemento marcan la bajada a un mirador natural, pero nosotros lo fotografiamos unos metros antes y no bajamos, aunque lo marco como waypoint.
Sigo el sendero que desemboca en la carretera, pero me doy la vuelta porque el enganche con esta no es cómodo (probablemente la Vereda de Obejo a Pedro Abad, cortada por la carretera y por la que puede comenzarse la Ruta del Agua al otro lado del esta, cerca del merendero, ver aquí). Hay que hacer una destrepada y trepada que, aunque sencillas, descarto porque iba con un niño, ya algo cansado a estas alturas. Volvemos sobre nuestros pasos para llegar al Merendero Municipal de Adamuz por un olivar de fácil acceso.
Desde el merendero, atravesamos la carretera para acceder al Puente de las Grajas, que nos ayuda a salvar el Arroyo Tamojoso. Este puente también formaba parte de la antigua carretera, la nueva pasa el arroyo con un viaducto. Desde aquí el camino tiende hacia arriba. Hay que cruzar por última vez la carretera para adentrarnos en la Sierrezuela, de nuevo por la Vereda del Carpio. La seguimos hasta que ascendemos por una trocha que sale a la izquierda, en una curva muy pronunciada de la pista. Esta veredilla asciende por una de las zonas más bonitas de la Sierrezuela, muy frondosa. Nos deja en la pista superior, muy cerca de unas ruinas de la Guerra Civil. Solo nos queda bajar hasta el punto de partida de la ruta.
¡¡¡¡ATENCIÓN!!!! Al pasar la alambrada (ni esta, ni ninguna en todo el camino está en perfectas condiciones) entramos en la Finca El Calvario, propiedad privada. Tenemos en cuenta este hecho y somos consecuentes, siendo extremadamente respetuosos con el entorno como siempre, más si cabe. La pista comienza atravesando un bonito pinar y continua por la parte más alta de las lomas. Al salir del pinar puede verse, en la loma más al sur, las ruinas de la Ermita del Calvario, que hoy no visitamos (Ruta Ermita del Calvario). Los mapas llaman a este sitio Las Mojoneras, aunque los lugareños llaman así a la zona del Tamujoso, algo más al norte y por la cual pasaremos en la vuelta. Poco después abandonamos la Finca El Calvario, para entrar en la parte alta de la Finca La Reyerta (o eso creo).
Al poco hacemos un pequeño desvío a la derecha para buscar el Cerro de Las Huelgas. Unos peñascos graníticos cercanos a la cima nos marcan el mapa para llevarnos a una barra de metal que sirve como mirador. Desde aquí hay una vista privilegiada al meandro del Guadalquivir, a la presa de El Salto y también a Adamuz hacia la derecha. También, desgraciamente, se ve la humareda que suelta la alpechinera El Tejar, contaminando la comarca las 24 horas de los 365 días del año.
Volvemos sobre nuestros pasos para, tras un par de desvíos y alambradas bajas (la mayoría abiertas, aunque más fácil de salvarlas por los laterales), cogemos un camino que nos va a dejar en la última parte del curso del Arroyo Tamujoso, unos metros antes de unirse al Guadalquivir. La parte más bonita del camino es la última, muy cerrada, con agradable pendiente. La idea era remontar el arroyo por la ribera, por una chopera que es muy bonita en otoño, pero el terreno estaba hecho un cenagal debido a las últimas lluvias. Así que decidimos hacer este tramo por la carretera (Adamuz-Pedro Abad), por la que no nos cruzamos con ningún coche y sí con algunos ciclistas.
Un par de kilómetros después llegamos al puente de la carretera con el Arroyo Tamujoso. En este punto podemos coger un recodo de la carretera antigua para fotografiar el arroyo y el Peñón Jituero (o Peña del Águila), que usan los lugareños para practicar la escalada. Volvemos a subir por la carretera y cogemos un camino que sale, a la derecha, en el mismo puente. Salvamos otra alambrada para entrar en una de las zonas más bonitas de toda la ruta: la desembocadura del Tamujoso. Estamos en un prado donde el serpenteante Tamujoso baja ya recto hacia su muerte en el Guadalquivir, pero se engorda haciendo un falso lago, donde levantaron el vuelo algunos patos. Buen sitio este para reponer fuerzas y hacer un descanso en los tocones cortados de antiguos chopos.
Continuamos subiendo las Laderas del Tío Salas en busca de un mirador natural donde poder observar, más de cerca, el meandro que hace el Guadalquivir. Desde aquí puede verse también la junta del Tamujoso, además de muchas aves si se tiene paciencia. Volvemos buscando la Vereda del Carpio, que encontramos al pasar la carretera, volviendo a zona pública hasta el final de la ruta (exceptuando un corto paso por un olivar que luego comentaré). Este tramo es un poco más aburrido, entre olivares, pero el camino es cómodo.
Algo menos de 2 km después, cogemos un camino que sale a la izquierda, marcado por un cartel que pone Sendero de El Carpio. Este sendero llega hasta el Peñón Jituero, pero nosotros lo abandonamos pronto para subir al laberíntico Tamujoso, arroyo arriba. Desde aquí hay que estar más pendientes del GPS, pero sin perder las preciosas vistas sobre el arroyo, que tras milenios se ha hundido en la tierra, formando un cañón, no muy profundo, pero muy amplio y bonito. Un par de postes de cemento marcan la bajada a un mirador natural, pero nosotros lo fotografiamos unos metros antes y no bajamos, aunque lo marco como waypoint.
Sigo el sendero que desemboca en la carretera, pero me doy la vuelta porque el enganche con esta no es cómodo (probablemente la Vereda de Obejo a Pedro Abad, cortada por la carretera y por la que puede comenzarse la Ruta del Agua al otro lado del esta, cerca del merendero, ver aquí). Hay que hacer una destrepada y trepada que, aunque sencillas, descarto porque iba con un niño, ya algo cansado a estas alturas. Volvemos sobre nuestros pasos para llegar al Merendero Municipal de Adamuz por un olivar de fácil acceso.
Desde el merendero, atravesamos la carretera para acceder al Puente de las Grajas, que nos ayuda a salvar el Arroyo Tamojoso. Este puente también formaba parte de la antigua carretera, la nueva pasa el arroyo con un viaducto. Desde aquí el camino tiende hacia arriba. Hay que cruzar por última vez la carretera para adentrarnos en la Sierrezuela, de nuevo por la Vereda del Carpio. La seguimos hasta que ascendemos por una trocha que sale a la izquierda, en una curva muy pronunciada de la pista. Esta veredilla asciende por una de las zonas más bonitas de la Sierrezuela, muy frondosa. Nos deja en la pista superior, muy cerca de unas ruinas de la Guerra Civil. Solo nos queda bajar hasta el punto de partida de la ruta.
Waypoints
![Photo ofDerecha de la derecha](https://s0.wklcdn.com/image_204/6139620/65674404/43409667.400x300.jpg)
![Photo ofDerecha de la derecha](https://s2.wklcdn.com/image_204/6139620/65674404/43409684.400x300.jpg)
Derecha de la derecha
Aquí el camino se divide en dos claramente, pero nosotros no cogemos ninguna de las dos opciones, sino una vereda que sale a la derecha de la derecha y que baja hasta la carretera.
Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Una ruta muy buena aunque algunas partes nos costo un poquillo