Villafeliz de Babia-La Loba-Puerto El Panazal-Vega Campolamoso-Gusparrín-Valle de Naves-Valdeloscarros-San Emiliano (Travesía)

𝗦𝗶𝘁𝘂𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗚𝗲𝗼𝗴𝗿𝗮́𝗳𝗶𝗰𝗮: Sierra Los Grajos (Babia)

𝗢𝗕𝗦𝗘𝗥𝗩𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦: entamamos esta ruta con el ánimo de alcanzar la cima de estas dos elevaciones montañosas: Peña Castillo y Los Grajos.
En la excursión de hoy parece que no vamos a tener suerte con el tiempo, elemento imprevisible, pero esencial en una ruta como está en que el atractivo mayor son las vistas y, el disfrute al circular por bonitas vegas. Desechamos la idea que teníamos al principio que era coronar los mencionados picos, pero, la niebla y la lluvia, nos dieron al traste con esa idea. Otra vez será...
De momento, cuando nos deja el autobús en el Barrio de La Venta (1.175 m.), parte baja de Villafeliz, los picos están totalmente tapados y el día no presenta un aspecto demasiado prometedor.

𝗜𝗧𝗜𝗡𝗘𝗥𝗔𝗥𝗜𝗢: La Venta - Villafeliz de Babia - Refugio de Sierra Blanca (o La Loba) - Las Matas - Puerto El Panazal - Vega Campolamoso - Mayá Campolamoso - Mayáu Guzparrín - Colláu/Collado Guzparrín - Valdeloscarros - La Cabecera - San Emiliano

𝗔𝗰𝗰𝗲𝘀𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗮𝗿𝗿𝗲𝘁𝗲𝗿𝗮: 𝗔𝗰𝗰𝗲𝘀𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗮𝗿𝗿𝗲𝘁𝗲𝗿𝗮: desde Mieres, por la AP-66 dirección León hasta alcanzar la cola del embalse de Barrios de Luna en él (K. 94±). Tomamos aquí la salida 93 dirección a Villablino. Continuamos circulando por la carretera CL-626 hasta la localidad de Villafeliz de Babia

𝗗𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗽𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗺𝗶𝗻𝗼 𝗮 𝘀𝗲𝗴𝘂𝗶𝗿: comenzamos la caminata en la parte baja de Villafeliz, en el barrio de La Venta (1.175 m.) y, por carretera, nos dirigimos al centro del pueblo (1.201 m.), saliendo de él por una pista que, con rumbo (E), pronto nos llevará al refugio de Sierra Blanca o de La Loba (1.238 m.), donde la pendiente da un respiro en compañía de la lluvia y la niebla. Luego la pista sigue subiendo y nos llevara más adelante a Las Matas (1.338 m.). Accederemos luego al alargado valle de El Panazal (1.377 m.) para recorrerlo en toda su extensión, hasta alcanzar el extremo (S) de la Vega Campolamoso (1.479 m.). Giramos, ahora, a la izquierda (O), remontando entre las ruinas de corros y corralas que forman la Mayá Campolamoso (1.501 m.). Nuestra intención, aquella que, teníamos al principio, era una vez aquí, antes de llegar a la collada que tenemos enfrente de nosotros (que no vemos), giramos al (S) siguiendo un sendero que nos conduciría a una colladina al (E) de la Peña Castillo. Giraremos a la derecha y, por la cresta, alcanzaríamos la cima, conocida también como Las Planas (1.849 m.). Descenderemos por la cumbrera (O) hacia la siguiente colladina y, desde ella, acometeremos la subida a la cota más alta de la Sierra de Los Grajos o Alto Las Fanas (1.857 m.). Para bajar, podremos hacerlo al (N) hasta el Alto Guzparrín y girar al (O) para encaminarse al Valle de Naves. Otra opción sería descender, de forma más directa, por la ladera (NO) hasta el citado valle. Todo esto si la climatología fuese la apropiada que, no fue nuestro caso. Situados de nuevo en la Mayá Campolamoso (1.501 m.), nosotros continuamos valle arriba circulando entre la niebla, superando una serie de collados, alcanzamos las ruinas del Mayáu Guzparrín (1.722 m.). Luego, prácticamente en llano alcanzamos el Colláu/Collado Guzparrín (1.727 m.), giramos al (O) para encaminarnos al Valle de Naves. Seguiremos el sendero que marcha paralelo al Arroyo de Naves (1.591 m.) y que, antes de llegar al refugio de pastores, enlaza con una pista por la que continuaremos nuestro caminar. Más adelante, dejaremos a nuestra izquierda un prado cerrado con pared de piedra (La Cerca de Don Prudencio), alcanzamos las praderías de Valdeloscarros (1.300 m.), pasaremos por la nave y caseta de La Cabecera (1.219 m.) y terminamos en San Emiliano (1.181 m.).

𝗡𝗢𝗧𝗔 𝗱𝗲 𝗔𝗩𝗜𝗦𝗢: El Track aquí descrito y la información que el autor aporta, son apreciaciones personales, orientativas y sin ánimo de lucro. Las condiciones climatológicas, lo cambiante del medio así, como la preparación física y técnica de cada persona influye en el desarrollo de la actividad. Queda a la responsabilidad de cada uno la utilización correcta del mismo. Por ello, el autor queda excluido de responsabilidad alguna, ante cualquier percance acaecido a quien por voluntad propia o inducida realice esta actividad