Videmonte-Pasarelas Mondego-Caldeirao
near Videmonte, Guarda (Portugal)
Viewed 1333 times, downloaded 63 times
Trail photos
Itinerary description
Encaramos el viaje hacia Portugal con ánimo de contrabandistas en la época del estraperlo, desde Ciudad Rodrigo.
En Ciudad Rodrigo, establecemos nuestro campamento base
Algo traviesos y juguetones, fantaseamos con que traficar para enriquecernos. A falta de algo mejor con que matar el tiempo en la aproximación, investigamos como funcionan las autopistas lusitanas de pago. Nuestro compañero, que en su día pagó todo el recorrido por desconocimiento, nos informa de que hay unos apartaderos donde enlazar el coche con la tarjeta de crédito, para pagar el recorrido exacto realizado. Como el actual vehículo de nuestro colega conductor dispone de Teletac, el diseñador de rutas aclara que no hacen falta mas trámites, ya que lo aceptan como medio de pago y control. Acordamos aparcar en Barragem do Caldeirao, para donde llamando un taxi desplazarnos al inicio elegido en Videmonte. De esta forma, al acabar el recorrido, no deberemos esperar a ese medio de transporte, y ademas Guarda, que luego visitaremos, estará mas cerca. Así acontece, y aparecemos en el control de acceso sin demoras. Los jóvenes encargados, nos ayudan a adquirir las entradas al precio de 1€ cada una, navegando entre los múltiples obstáculos de la app y sorteando las trampas tendidas por vendedores no oficiales. Casi todas las rutas de referéncia, iban acompañadas de fotos en tiempo nublado, con lluvia y con capelinas los caminantes. Nos sigue acompañando la flor de nuestro hacedor de rutas, y tenemos sol y cielos despejados en estos momentos. Se inicia el trayecto con una empinada bajada por los incontables escalones que llevan hasta la cascada y el molino, que inauguran el reportaje fotográfico. Encajonado en un verde y frondoso valle, el Río Mondego donó su fuerza para crear energía, transformada y recogida mediante "Engenhos", ideados para la ocasión y utilizados para las explotaciones textiles. Sigue apretando el astro rey, y agradecemos los tramos de sombra, refrescándonos por sugestión, mirando el fresco cauce al pasar los puentes. Acaba el primer tramo de pasarelas, pisando ahora enguijarrado camino, tramo algo menos espectacular, que dedicamos a hacer, seguramente nefastas, comparaciones con otras rutas con pasarelas. Mont-rebei, Caminito del Rey, Alquézar, son algunas, que siendo como somos fanáticos del acuático cauce, tenemos en mayor estima. Las Pasarelas del Mondego, resplandecientes y con aspecto de ser una gran obra de artesanía, permitien hacer el recorrido por lugares por los que no sería factible transitar, por ausencia de practicables senderos, nos regalan maravillosos paisajes, aunque el cauce no está en estos momentos a la altura de semejante espectáculo. Un nuevo puente nos introduce al segundo tramo, y otro puente colgante remata la faena. Pasando junto a la Presa de Pateiro y haciendo una pausa en el Mirador del Alto Mondego, llegamos al final del segundo tramo. Algo mas abundante su cauce, nos distraemos con las vistas del río, y asaeteamos a fotos, río, montañas, rocas, árboles, arbustos y hasta a una humilde rata, que nadando por el canal auxiliar, intenta mantenerse oculta a nuestras miradas, entre la vegetación que crece en el agua. Rápidamente nos ventilamos el , algo mas corto, tercer tramo de pasarelas, en las proximidades de Vila Soeiro, entrada opcional para recorridos mas cortos. Alternando polvoriento camino, cemento y algo de carretera, sucumbimos ante la tentación de nuestro gourmet colega, que empezando con una fresca cerveza, pronto acompaña con embutidos, bocadillos y un apetitoso guisado local. Sentados frente al Puente de Mizarela, en una mesa a la sombra, observamos a lo lejos los mas de seiscientos escalones de subida, que nos esperan en el cuarto y último tramo de pasarelas. Con aspecto compungido, encaramos el ascenso, peldaño a peldaño, resignados ante lo inevitable. Diferentes ritmos y objetivos, disgregan el grupo en dos. Tres hacia el pie de la cascada, uno subiendo por la escalera hacia el cielo. Se acaba la suerte y empieza a llover, el uno llega a destino, donde le retienen, amablemente, en la salida por no llevar la entrada. Los otros tres se disgregan a su vez. Uno se dirige al Mirador del Búho Real, se extravían hacia ninguna parte los otros dos. Llamados a gritos, con el teléfono después, reencaminan sus pasos y consiguen orientarse sin resbalones ni mas dilaciones. No consiguen explicar porque siguieron trepando hacia la cima de la montaña cuando se acabaron los escalones, en lugar de seguir los que, formando un camino de piedra, llevaban a la salvación. Chanzas, bromas y escarnios preceden a la salida hacia Guarda, para realizar sin demora la visita, ya que vamos bien alimentados.
Por las calles de Guarda paseando y sus monumentos admirando
En Ciudad Rodrigo, establecemos nuestro campamento base
Algo traviesos y juguetones, fantaseamos con que traficar para enriquecernos. A falta de algo mejor con que matar el tiempo en la aproximación, investigamos como funcionan las autopistas lusitanas de pago. Nuestro compañero, que en su día pagó todo el recorrido por desconocimiento, nos informa de que hay unos apartaderos donde enlazar el coche con la tarjeta de crédito, para pagar el recorrido exacto realizado. Como el actual vehículo de nuestro colega conductor dispone de Teletac, el diseñador de rutas aclara que no hacen falta mas trámites, ya que lo aceptan como medio de pago y control. Acordamos aparcar en Barragem do Caldeirao, para donde llamando un taxi desplazarnos al inicio elegido en Videmonte. De esta forma, al acabar el recorrido, no deberemos esperar a ese medio de transporte, y ademas Guarda, que luego visitaremos, estará mas cerca. Así acontece, y aparecemos en el control de acceso sin demoras. Los jóvenes encargados, nos ayudan a adquirir las entradas al precio de 1€ cada una, navegando entre los múltiples obstáculos de la app y sorteando las trampas tendidas por vendedores no oficiales. Casi todas las rutas de referéncia, iban acompañadas de fotos en tiempo nublado, con lluvia y con capelinas los caminantes. Nos sigue acompañando la flor de nuestro hacedor de rutas, y tenemos sol y cielos despejados en estos momentos. Se inicia el trayecto con una empinada bajada por los incontables escalones que llevan hasta la cascada y el molino, que inauguran el reportaje fotográfico. Encajonado en un verde y frondoso valle, el Río Mondego donó su fuerza para crear energía, transformada y recogida mediante "Engenhos", ideados para la ocasión y utilizados para las explotaciones textiles. Sigue apretando el astro rey, y agradecemos los tramos de sombra, refrescándonos por sugestión, mirando el fresco cauce al pasar los puentes. Acaba el primer tramo de pasarelas, pisando ahora enguijarrado camino, tramo algo menos espectacular, que dedicamos a hacer, seguramente nefastas, comparaciones con otras rutas con pasarelas. Mont-rebei, Caminito del Rey, Alquézar, son algunas, que siendo como somos fanáticos del acuático cauce, tenemos en mayor estima. Las Pasarelas del Mondego, resplandecientes y con aspecto de ser una gran obra de artesanía, permitien hacer el recorrido por lugares por los que no sería factible transitar, por ausencia de practicables senderos, nos regalan maravillosos paisajes, aunque el cauce no está en estos momentos a la altura de semejante espectáculo. Un nuevo puente nos introduce al segundo tramo, y otro puente colgante remata la faena. Pasando junto a la Presa de Pateiro y haciendo una pausa en el Mirador del Alto Mondego, llegamos al final del segundo tramo. Algo mas abundante su cauce, nos distraemos con las vistas del río, y asaeteamos a fotos, río, montañas, rocas, árboles, arbustos y hasta a una humilde rata, que nadando por el canal auxiliar, intenta mantenerse oculta a nuestras miradas, entre la vegetación que crece en el agua. Rápidamente nos ventilamos el , algo mas corto, tercer tramo de pasarelas, en las proximidades de Vila Soeiro, entrada opcional para recorridos mas cortos. Alternando polvoriento camino, cemento y algo de carretera, sucumbimos ante la tentación de nuestro gourmet colega, que empezando con una fresca cerveza, pronto acompaña con embutidos, bocadillos y un apetitoso guisado local. Sentados frente al Puente de Mizarela, en una mesa a la sombra, observamos a lo lejos los mas de seiscientos escalones de subida, que nos esperan en el cuarto y último tramo de pasarelas. Con aspecto compungido, encaramos el ascenso, peldaño a peldaño, resignados ante lo inevitable. Diferentes ritmos y objetivos, disgregan el grupo en dos. Tres hacia el pie de la cascada, uno subiendo por la escalera hacia el cielo. Se acaba la suerte y empieza a llover, el uno llega a destino, donde le retienen, amablemente, en la salida por no llevar la entrada. Los otros tres se disgregan a su vez. Uno se dirige al Mirador del Búho Real, se extravían hacia ninguna parte los otros dos. Llamados a gritos, con el teléfono después, reencaminan sus pasos y consiguen orientarse sin resbalones ni mas dilaciones. No consiguen explicar porque siguieron trepando hacia la cima de la montaña cuando se acabaron los escalones, en lugar de seguir los que, formando un camino de piedra, llevaban a la salvación. Chanzas, bromas y escarnios preceden a la salida hacia Guarda, para realizar sin demora la visita, ya que vamos bien alimentados.
Por las calles de Guarda paseando y sus monumentos admirando
Waypoints
Comments (4)
You can add a comment or review this trail
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ideal para realizarla de Videmonte a Caldeirao
Gracias por la valoración y el comentario.
Muy detallada
Maravillosa experiéncia