Vestigios de la Guerra Civil en Zamoranos

Continuando con el senderismo “bélico” por la Subbética, me desplazo a la aldea prieguense de Zamoranos (llegando por la N-432, que dejo por la CO-7201 y, tras 6 kilómetros por ella, girando a la derecha para aparcar a la entrada de la localidad). El nombre de la pedanía parece que le viene de la época de la conquista castellana de estas tierras por Alfonso XI, en 1341, que para favorecer su repoblación otorgó beneficios como la cesión de tributos; Diego Ordóñez Zamorano, alférez de su caballería procedente de Zamora que había participado en la conquista de Priego, fue de los que se quedaron y un descendiente suyo, Juan Zamorano, salvó la vida en el asalto de Güéjar a don Pedro Fernández de Córdoba y Pacheco (hijo del señor de Aguilar Alfonso Fernández de Córdoba), futuro heredero del señorío y I Marqués de Priego, por lo que éste, en agradecimiento, le otorgó (además de la alcaldía de Carcabuey, el alferazgo de a caballo a perpetuidad y el cargo de alguacil mayor de Priego) la heredad de Zamoranos y un pendón conmemorativo de la gesta (el Pendón de los Zamoranos), con las fechas de 1501 (año del hecho de armas) y de 1517 (año de fallecimiento de don Pedro).

Durante toda la Guerra Civil, tras la ofensiva de diciembre del 36 planificada por Queipo del Llano, el frente quedó establecido aproximadamente en el límite provincial entre Córdoba y Jaén (en el lado republicano), fortificándose las sierras subbéticas. La primera posición que visito es la del Cerro de la Taberna, a 549 msnm, que es la que conserva las obras militares más espectaculares del frente de guerra del término municipal de Priego.

Para llegar desde Zamoranos, salgo por la carretera de Priego hasta llegar a la A-333, junto al Museo de la Almendra, cruzando la carretera e internándome en el olivar; tras salvar dos pequeñas zanjas, subo al cerro encontrando primeramente un refugio antiaéreo: un estrecho habitáculo abovedado, con dos entradas en recodo que daban protección ante disparos rasantes o la onda expansiva de una explosión y una extensión de unos 10 metros de galería subterránea; cerca de la salida norte se conserva la leyenda “VIVA FRANCO” y en el lado sur otra con los nombres de Paterna del Campo y de un probable ocupante del refugio (con su firma).
Una trinchera, muy colmatada y oculta casi por la vegetación, comunica el refugio con un nido de ametralladoras (el Búnker Sur), a 40 metros al este, con la bóveda parcialmente derruida.
La alineación de trincheras lleva a otro nido de ametralladoras al norte del cerro, de planta poligonal y sección vertical en hongo, con dos troneras de embudo escalonado para evitar la entrada de balas por rebote (por una de ellas puede observarse Alcaudete, población que estaba situada en el lado republicano); las patas delanteras de las ametralladoras se apoyaban en una base elevada hecha con madera o sacos de arena.
La cuarta estructura de hormigón armado (con mampostería) es un puesto de fusileros de planta semicircular, aprovechando como abrigo una formación rocosa y dotada con seis aspilleras para fusilería; sobre la superficie de hormigón que remata por arriba las troneras se puede leer (con dificultad) la leyenda:
“ARRIBA ESPAÑA. 22 CÑIA 1a SIÓN ZAPADORES 3o AÑO TRIUNFAL 7-2-1939” (el tipo de construcción de estas fortificaciones puede fecharse entre 1938 y 1939).

Bajo del Cerro de la Taberna por el olivar, hacia el norte hasta salir a un camino, que sigo dirección oeste alcanzando el Camino Zamoranos. Lo sigo hacia la derecha, llegando a un pinar de repoblación (plantado en los cincuenta) y atrochando después por un cortafuegos. Más adelante retomo el camino hasta las cercanías de las posiciones republicanas del Cerro de los Molares, que protegían el flanco este de la carretera Priego-Alcaudete, junto con el cerro Almanzora (flanco oeste), además de servir de cabeza de puente que fijaba la línea del frente en el cauce del río San Juan (a sus espaldas), que separa Priego de Córdoba de Alcaudete, frente a la línea sublevada conformada por Luque, Zamoranos, Fuente Tójar y Almedinilla; la posición estuvo defendida por la 76 Brigada Mixta del Ejército Popular de la República.
Para llegar a las posiciones hay que recorrer unos metros campo a través, hacia un afloramiento granítico que está horadado por una mina o galería artificial, usado como refugio antiaéreo y como camino de entrada al frente (su acceso norte está abierto a la zona republicana mientras que el sur se orienta al sector controlado por los nacionales).Se conserva una línea de trincheras defensivas y de comunicación, que se extiende sobre unos 150 metros, con restos de muros, mampostería y espacios más grandes habilitados para refugio, puesto de mando y ubicación de armas automáticas. Se tienen referencias bibliográficas de la existencia de grafitos grabados sobre la roca, con leyendas como “VIVA LA CNT”.

Dejo el Cerro de los Molares bajando por el cortafuegos hasta un camino que sigo hacia el sur (avistando luego la Torre del Morchón, atalaya de origen nazarí), hasta llegar a la A-333; al otro lado de la carretera, se continúa por el Camino de la Junta de los Ríos hasta la pequeña aldea de Campo Nubes. Tras cruzarla y salir por la CO-7200, se conecta con la CO-7201, por la que recorro unos 200 metros antes de salir por una pista que sube hasta el Cerro del Cercado, pequeña elevación dentro de un olivar; es terreno privado por lo que se debe pedir permiso a la propiedad, que estaba allí trabajando y amablemente me indicó la localización de una estructura de hormigón con varios bloques dispuestos en posición circular (con una oquedad excavada en una de las partes de esta construcción probablemente para almacenamiento de munición, víveres…). Hay sendos grafitos hechos por los zapadores que los construyeron: el yugo y las flechas y las leyendas “SALUDO A FRANCO”, “ARRIBA ESPAÑA” y “22 CÑIA DE / ZAPADORES / 1a [SCIÓN] / 16-3-1[939] / III AÑO TRIUNFAL”; como indican los grafitis (cada vez más ininteligibles), pudo ser la última fortificación militar construida durante la guerra en la provincia, incluso quedar inconclusa. Podría tratarse de un observatorio o puesto de vigilancia franquista (según la documentación del Archivo General Militar de Ávila, la posición contaba con una alambrada dispuesta en su frente y flanco a unos 50 metros de distancia y estaba defendida por parapetos de piedra, tras los que se dispusieron una ametralladora y un fusil ametrallador); las trincheras aquí están muy colmatadas y son difíciles de encontrar.

Bajo por el olivar al Camino de Zamoranos, ya en las proximidades de la aldea, para ir concluyendo esta ruta por nuestro reciente pasado histórico, un patrimonio bastante desconocido.