Vertiente oriental del Yelmo por la Cañada del arroyo de los Yeros hasta la Fuente del Avellanar desde aldea El Batán (Jaén)

El Yelmo de Segura constituye una de las montañas más altas y con mayor renombre de todo el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas; muy reconocible además tanto por su perfil como por las antenas de telecomunicaciones de su cima.

La ruta transitará por el antaño boscoso y verde valle del arroyo de los Yeros, pero actualmente deslucido en belleza con motivo del devastador incendio que sufrió la zona en el verano de 2017. A causa precisamente de aquel incendio, hay trazados que se encuentran muy perdidos, invadidos por la vegetación baja que se deja desarrollar naturalmente para recuperar la zona, y de difícil tránsito por la presencia continua de troncos quemados tumbados sobre el terreno. No obstante la percepción de la abrupta vertiente oriental de esta montaña, compensará parte de la percepción desoladora del paisaje adyacente.

Partiremos próximos a la aldea de El Batán, en un puente que se sitúa sobre el río Trujala al final de un vial asfaltado conocido como Camino de Puente Moro. Desde aquí comenzaremos siguiendo por un carril que nos sitúa, en primera instancia, a la derecha del propio río Trujala, y unos metros más adelante, a la derecha del arroyo de los Yeros. Durante los primeros compases de nuestro itinerario, éste será coincidente con el GR-147 Sendero de la Sierra Profunda y como tal, lo atestiguan las marcas que encontramos, aunque en breve se apartará por nuestra izquierda vadeando el arroyo.

Seguiremos la pista hasta alcanzar un altozano desde el que tendremos unas bonitas vistas a nuestra espalda, del pueblo de Segura de la Sierra y su imponente fortaleza de los Caballeros de la Orden de Santiago.

Tras vadear un poco más adelante las aguas del arroyo, continuaremos por la pista para volverlas a vadear y situarnos nuevamente en la margen orográfica izquierda del arroyo. Continuando por el camino más o menos definido, vadearemos el cauce seco de un arroyo secundario de escorrentía, el cual es afluente del arroyo de los Yeros.

Llegamos frente a unos campos, antaño de cultivo, pertenecientes al cortijo adyacente del que sólo quedan ruinas y se halla al amparo de un espigón rocoso aislado; en este punto intentamos llevar a cabo una exploración por la vertiente opuesta del arroyo, pero la dificultad del tránsito debida a la inexistencia de sendero y a la gran cantidad de maleza y troncos volcados, hace que tengamos que desistir de nuestro intento y dar la vuelta al llegar al abrupto barranco del arroyo Borracho.

Regresamos pasando los terrenos cultivados de olivar hasta llegar a los campos aterrazados de antaños cultivos, desde donde continuamos por la traza de una especie de camino que desemboca en el arroyo y por cuyo cauce, en esta parte sin presencia de agua, remontamos por grandes bloques de piedras y acompañados por la densa vegetación de ribera a ambos lados.

Salimos del arroyo en el lugar donde se encuentran las ruinas de varias construcciones pertenecientes al Cortijo de los Yeros. Tras atravesar todo este conjunto de edificaciones, seguimos un camino que pasa bajo la copa de una encina tras la última de las construcciones y vamos ascendiendo por el valle mientras por nuestra derecha, los abruptos farallones rocosos de la vertiente nororiental del Yelmo, nos sobrecogen por su espectacularidad y salvaje belleza.

Al poco, alcanzamos una pista y tras atravesarla, seguimos de frente por un camino de saca de madera, que nos hace desviarnos hacia la derecha en un tramo acanalado por el correr de las aguas de un pequeño nacimiento, situado unas decenas de metros más arriba. Aparecen algunas desviaciones de nuestro camino, pero seguimos más o menos en horizontal o en leve ascenso y en paralelo al arroyo.

Llegamos así en ascenso con dirección sureste (SE) hasta encontrarnos con la Fuente del Avellanar, donde unos abrevaderos de obra han sustituido a los originales tornajos de madera, de uso tanto para la fauna ganadera como salvaje de la zona. Éste lugar será nuestro punto de inflexión para el regreso, sin poder aprovisionarnos de agua de la fuente ya que apenas un escaso goteo la mantiene.

El regreso lo realizaremos más o menos por el mismo camino de la ida, excepto con alguna variación, aunque sí afrontaremos una variante importante que parte de la zona de ruinas del Cortijo de los Yeros, que nos lleva por un monte de firme arenoso y que tras una fuerte pendiente descendente, nos vuelve a situar en la traza ya conocida que desandaremos hasta donde dimos comienzo a la ruta.

PUNTOS DE REFERENCIA :
- Fuente del Avellanar (8.5 km)