Vértice geodésico Lobos y Piedra de la Rendija (Puebla de Don Fadrique)
near Puebla de Don Fadrique, Andalucía (España)
Viewed 138 times, downloaded 9 times
Trail photos
Itinerary description
La Sagra se lleva todas las visitas y todos los honores del senderista que se acerca a estos territorios. Es comprensible, esta montaña bien merece el cariño que se le muestra y somos miles quienes la veneramos cada año.
Sin embargo, semejante protagonismo tiene el grave inconveniente de eclipsar a un montón de sierras cercanas que albergan rincones y cumbres espectaculares, como la Guillimona, el Peñón del Toro, El Banderín (estas dos aún pendientes de conocer por mi parte), o la que nos ocupa hoy: la Sierra Jorquera, en cuya cima se encuentra la Piedra de la Rendija.
Esta ruta es bonita desde su mismo comienzo, en la Ermita del Santo Ángel, muy cerca de una vistosa antena. El primer tramo consiste en atravesar las terrazas de almendros, y la primera referencia es la Casa del Calar, que destaca aislada en mitad de los árboles. Da gusto mirar a la sierra, a los almendros, a la Puebla de Don Fadrique y a los inmensos campos que se extienden a su alrededor.
Finaliza el camino justo en el corte donde comienza el monte propiamente dicho, con arbolado silvestre, sobre todo pino y carrasca. Como decía, finaliza el camino y nos adentramos en un sendero perfectamente delimitado.
Es una senda montañera, de las que se disfrutan. Se nota que está muy cuidada y que ha sido restaurada en los últimos tiempos. Un verdadero lujo.
Nos introducimos de lleno en la sierra, siempre ganando altitud. Salvo algunas vistas al sur y al sureste (hacia la Sierra de María), todo lo que vemos es montaña. Tendremos que llegar más arriba de las paredes de delante, y nos preguntamos si habrá que salvar algún paso comprometido, pero ya os adelanto que no. Simplemente ascenderemos por otra zona apartada de dichas paredes.
La parte final del sendero de ascenso es más relajada, y ya intuimos la planicie a la que desembocaremos enseguida, conectando con el camino que, a la izquierda, muere en la caseta y antena de telefonía junto al vértice geodésico Lobos, a 1798 msnm.
Desde el camino, ya arriba, se ve la otra vertiente de la sierra. De repente emerge La Sagra, pero también la densa masa forestal a nuestros pies, y alcanzamos a ver sin dificultad Huéscar, e incluso su enorme iglesia.
Este camino nos servirá para bajar tranquilamente desde el vértice geodésico, pero antes es obligatorio acercarse a la singular caseta de vigilancia de incendios que corona el extremo norte de la sierra. Para acceder a ella hay que subir unos escalones, y una barandilla rodea la caseta. Las vistas no tienen precio.
La caseta está construida sobre una de las paredes de la Piedra de la Rendija, uno de los emblemas de Puebla de Don Fadrique. Se trata de un vertiginoso canal o pasadizo entre dos paredes verticales. Desde esa ventana natural se ve el pueblo, allá abajo en el fondo.
Los más intrépidos tienen a su disposición una vía ferrata que sube hasta la mismísima cumbre.
Tras la contemplación, inicio la bajada por la pista. Es cierto que una pista ancha no es tan divertida de caminar como un sendero, pero las vistas son tan hermosas que ir por la "monotonía" de un camino no supone el menor problema.
Poco antes de llegar a la bifurcación de pistas nos aparecerá a la derecha un camino menor, que es el nuestro. A los pocos metros veremos el panel de la vía ferrata antes citada, a la que se accede desde aquí.
Se acaba el camino y tomamos un sendero desdibujado pero evidente. Un cuco cercano me invita a parar un minuto para escucharlo. Son la siete de la tarde y la ruta no puede ser más perfecta.
Entre viejas terrazas avanzo sin complicaciones. Sólo hay un punto con cierto riesgo, cuando hay que cruzar un pequeño barranco arcilloso, pues al otro lado la erosión ha borrado la senda, pero podemos subir por cualquier sitio, con precaución y sin gran dificultad, pues el suelo es seguro y un pino nos servirá de apoyo, tanto su tronco como sus raíces.
Alcanzamos así una bifurcación en la que veremos mojones al frente y a la izquierda. Aquí habría que girar a la izquierda, aunque por error yo he seguido de frente unos metros para bajar por el cauce de un ramblizo, pero es más incómodo, así que enseguida me he salido por la izquierda y en unos metros ya estaba transitando por el sendero correcto.
Así hemos salido nuevamente a los campos de almendros. Desde ahora sólo iremos por caminos en un trazado algo laberíntico, pero como tenemos a la vista el pueblo sólo hay que ir hacia allí. Además, una gran antena a pocos metros de la ermita del inicio de la ruta nos de la ubicación exacta del sitio al que ir.
Y ciertamente que no tardaremos mucho en conseguirlo. Este último tramo, con la dorada luz del final del día cayendo sobre los almendros, los campos y las sierras de Granada, Albacete y Murcia, es el colofón a una ruta perfecta. Porque lo que hemos hecho es una ruta sencillamente perfecta.
Sin embargo, semejante protagonismo tiene el grave inconveniente de eclipsar a un montón de sierras cercanas que albergan rincones y cumbres espectaculares, como la Guillimona, el Peñón del Toro, El Banderín (estas dos aún pendientes de conocer por mi parte), o la que nos ocupa hoy: la Sierra Jorquera, en cuya cima se encuentra la Piedra de la Rendija.
Esta ruta es bonita desde su mismo comienzo, en la Ermita del Santo Ángel, muy cerca de una vistosa antena. El primer tramo consiste en atravesar las terrazas de almendros, y la primera referencia es la Casa del Calar, que destaca aislada en mitad de los árboles. Da gusto mirar a la sierra, a los almendros, a la Puebla de Don Fadrique y a los inmensos campos que se extienden a su alrededor.
Finaliza el camino justo en el corte donde comienza el monte propiamente dicho, con arbolado silvestre, sobre todo pino y carrasca. Como decía, finaliza el camino y nos adentramos en un sendero perfectamente delimitado.
Es una senda montañera, de las que se disfrutan. Se nota que está muy cuidada y que ha sido restaurada en los últimos tiempos. Un verdadero lujo.
Nos introducimos de lleno en la sierra, siempre ganando altitud. Salvo algunas vistas al sur y al sureste (hacia la Sierra de María), todo lo que vemos es montaña. Tendremos que llegar más arriba de las paredes de delante, y nos preguntamos si habrá que salvar algún paso comprometido, pero ya os adelanto que no. Simplemente ascenderemos por otra zona apartada de dichas paredes.
La parte final del sendero de ascenso es más relajada, y ya intuimos la planicie a la que desembocaremos enseguida, conectando con el camino que, a la izquierda, muere en la caseta y antena de telefonía junto al vértice geodésico Lobos, a 1798 msnm.
Desde el camino, ya arriba, se ve la otra vertiente de la sierra. De repente emerge La Sagra, pero también la densa masa forestal a nuestros pies, y alcanzamos a ver sin dificultad Huéscar, e incluso su enorme iglesia.
Este camino nos servirá para bajar tranquilamente desde el vértice geodésico, pero antes es obligatorio acercarse a la singular caseta de vigilancia de incendios que corona el extremo norte de la sierra. Para acceder a ella hay que subir unos escalones, y una barandilla rodea la caseta. Las vistas no tienen precio.
La caseta está construida sobre una de las paredes de la Piedra de la Rendija, uno de los emblemas de Puebla de Don Fadrique. Se trata de un vertiginoso canal o pasadizo entre dos paredes verticales. Desde esa ventana natural se ve el pueblo, allá abajo en el fondo.
Los más intrépidos tienen a su disposición una vía ferrata que sube hasta la mismísima cumbre.
Tras la contemplación, inicio la bajada por la pista. Es cierto que una pista ancha no es tan divertida de caminar como un sendero, pero las vistas son tan hermosas que ir por la "monotonía" de un camino no supone el menor problema.
Poco antes de llegar a la bifurcación de pistas nos aparecerá a la derecha un camino menor, que es el nuestro. A los pocos metros veremos el panel de la vía ferrata antes citada, a la que se accede desde aquí.
Se acaba el camino y tomamos un sendero desdibujado pero evidente. Un cuco cercano me invita a parar un minuto para escucharlo. Son la siete de la tarde y la ruta no puede ser más perfecta.
Entre viejas terrazas avanzo sin complicaciones. Sólo hay un punto con cierto riesgo, cuando hay que cruzar un pequeño barranco arcilloso, pues al otro lado la erosión ha borrado la senda, pero podemos subir por cualquier sitio, con precaución y sin gran dificultad, pues el suelo es seguro y un pino nos servirá de apoyo, tanto su tronco como sus raíces.
Alcanzamos así una bifurcación en la que veremos mojones al frente y a la izquierda. Aquí habría que girar a la izquierda, aunque por error yo he seguido de frente unos metros para bajar por el cauce de un ramblizo, pero es más incómodo, así que enseguida me he salido por la izquierda y en unos metros ya estaba transitando por el sendero correcto.
Así hemos salido nuevamente a los campos de almendros. Desde ahora sólo iremos por caminos en un trazado algo laberíntico, pero como tenemos a la vista el pueblo sólo hay que ir hacia allí. Además, una gran antena a pocos metros de la ermita del inicio de la ruta nos de la ubicación exacta del sitio al que ir.
Y ciertamente que no tardaremos mucho en conseguirlo. Este último tramo, con la dorada luz del final del día cayendo sobre los almendros, los campos y las sierras de Granada, Albacete y Murcia, es el colofón a una ruta perfecta. Porque lo que hemos hecho es una ruta sencillamente perfecta.
Waypoints
You can add a comment or review this trail
Comments