Vereda de la Estrella-El Hornillo-Cabañas Viejas-La Hortichuela
near Cortijada Dehesa del Calvario, Andalucía (España)
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Itinerary description
Nueva ruta por la Vereda de la Estrella, abierta sobre los cortados del Genil a mediados del XIX y más tarde acondicionada por la compañía belga que explotaba las Minas de las Estrella (que le dan su nombre) para el transporte de mineral a lomos de caballerías, convertida hoy en el sendero más transitado del Parque Nacional de Sierra Nevada.
A Güéjar Sierra se llega desde Granada tomando la Ronda Sur de la circunvalación y luego la salida Sierra Nevada/Pinos Genil y, tras unos tres kilómetros y medio, la A-4026; ya en Güéjar se sigue por la carretera de Maitena y finalmente por el antiguo recorrido del Tranvía de la Sierra, hasta llegar al aparcamiento del restaurante de montaña del Barranco de San Juan, donde iniciamos ruta, en la Vegueta del Caracol, lugar de confluencia del Genil con el impetuoso arroyo de San Juan (y límite del Parque Nacional). Aquí, donde finalizaba el trazado del Tranvía de la Sierra, comienza ahora la Vereda de la Estrella.
Cruzamos el Genil por el pequeño puente de madera del Caracol (pasando al margen derecho del Barranco de San Juan) y seguimos la bien marcada senda que asciende entre robles unos 200 metros antes de suavizar su pendiente y hacerse prácticamente llana en la zona conocida como el Arrecife. La vereda discurre sobre la margen izquierda del Genil (encajonado entre los Tajos del Portachón, a su derecha, y la raspa de la Loma de las Corzas), por la ladera norte -la umbría-, donde abundan fresnos, castaños, robles, arces, helechos… que en esta estación muestran sus más bellos colores.
A unos 800 metros del Barranco de San Juan se encuentran balizas indicativas del Sendero Sulayr (de gran recorrido), en el punto donde se separa de la Vereda de la Estrella para subir hacia la Hortichuela (por aquí regresaremos). A unos 300 metros pasamos por el Puntal de los Dinamiteros (o de la Vieja), lugar donde se cuenta que, en la época de esplendor de la minería en la zona, los hijos de un dinamitero, asesinado por unos mineros para robarle, despeñaron a éstos en venganza.
Más adelante, saludamos al Castaño de la Terrera, más conocido por estos lares como "el Abuelo", árbol centenario que nos contempla desde sus 21 metros de altura (sobre un murete de piedras construido para impedir su caída) y sus 313 metros cuadrados de proyección de copa, catalogado como Árbol Singular de Andalucía.
Tras atravesar los Barrancos de las Tormentas, de la Loma del Muerto y de Cabañas Viejas (a la vuelta pasaremos por sus cabeceras), llegamos al Puntal del Vadillo (o de Vadillo Negro), sobre la unión del río Vadillo con el Genil (por su margen derecha), y a una bifurcación señalizada (Mirador del Vadillo o Cruce de Peña Partida), continuando el Sendero Sulayr en bajada hacia el Genil (subiendo luego por la Cuesta de los Presidiarios hasta Peña Partida). Nosotros proseguimos por el camino que llevamos de la Vereda de la Estrella y al poco doblamos un recodo del camino donde no por esperado deja de impactarnos la visión de los tresmiles nevadenses de la Alcazaba (3369 msnm) y del Mulhacén (techo peninsular con sus 3479 msnm): estamos en el mirador del Viso de las Nortes.
A partir de aquí el sendero se ensancha convirtiéndose en un camino carretero sinuoso soportado por muros de contención de mampostería, que nos parece increíble que pudieran levantarse en este abrupto desfiladero. El magnetismo de las altas cumbres, especialmente de la Alcazaba, nos hace constantemente alzar la vista hacia ellas mientras caminamos, llegando así a las Minas de la Probadora (o de la Explotadora), ricas en hierro (aunque los minerales que realmente tenían interés eran la plata y el cobre), explotadas en las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Hasta aquí llegaba realmente la Vereda de la Estrella, a una amplia explanada empedrada donde se almacenaba y cargaba el mineral extraído de las minas de la zona, destacando la galena argentífera y sobre todo el cobre (calcopirita) de las Minas de la Estrella, que las hacía rentables (aunque también se obtenía siderita y pirita). Ya explotadas por romanos y musulmanes, fueron la principales minas de la vertiente del Genil, pero la dificultosa extracción del mineral y el discontinuo rendimiento hicieron que se abandonasen también (aunque algunas familias aprovechaban los escasos restos de mineral que encontraban). A estas minas damos vista tras cruzar el Barranco del Lagarto (o de Cazoletas), junto al poste direccional que nos señala la subida al Cortijo del Hornillo; después tomaremos de vuelta este sendero, pero primero bajamos la estrecha senda que nos lleva a las ruinosas construcciones mineras que aún se levantan a ambos lados de la vereda, a modo de “main street”, conocidas como “La Puerta del Guarnón”. Unos metros más adelante podemos ver el Barranco del Guarnón (salvado por un puente de piedra y madera), por donde se “despeñan” las aguas procedentes de los Corrales del Veleta hasta desembocar en el Río Real y dar origen al Genil.
Desandamos el camino para llegar a la vereda que en pronunciado ascenso entre robles melojos nos sube a la Dehesa de San Juan. Llegamos al Corral Bajo de Cazoletas, lugar despejado junto a una prominencia rocosa donde en el terreno aterrazado quedan algunas ruinas de las viviendas de algunos de los antiguos trabajadores de las Minas de la Estrella; aprovechamos para hacer un breve alto disfrutando de las vistas, antes de proseguir el exigente (pero muy bonito) ascenso por el robledal. Tras salir del mismo, alcanzamos el punto más alto de nuestra ascensión, a 1845 msnm, llegando a una fuente-abrevadero (seca). Seguimos junto a la Acequia del Hornillo, ya dando vistas al Cortijo del Hornillo, situado en un idílico paraje que transmite una fuerte sensación de paz; sus chozas han sido habilitadas como refugio libre donde poder pernoctar.
Tras solearnos en su magnífica era mientras hacemos una pequeña colación, subimos unos metros hasta el Mirador del Hornillo, para muchos el mejor mirador natural de toda Sierra Nevada; ciertamente nos depara una bellísima panorámica de los Cortijos del Hornillo y sus praderas con el telón de fondo de las altas cumbres de Sierra Nevada: de izquierda a derecha podemos contemplar las Lomas de los Cuartos y la del Calvario, el Cerro del Mojón Alto, el Cuervo, el Collado y el Puntal de Vacares, el Puntal del Goterón, la Alcazaba, el Puntal de la Cornisa, el Mulhacén y su Collado, que lo separa del Puntal de la Caldera, y la Loma del Lanchar que los precede.
Desde aquí el sendero baja y se introduce en el Robledal de Cazoletas, el más alto de la Península Ibérica, hasta alcanzar otra llanura donde se levanta el refugio de Cabañas Viejas (que lo fue para el botánico y geógrafo austríaco Moritz Willkomm en 1844-45, mientras herborizaba la zona alta de Sierra Nevada). Desde el refugio subimos en dirección suroeste hasta alcanzar la Fuente de Cabañas Viejas y luego seguimos un senderillo que cruza sucesivamente el Barranco de Cabañas Viejas y el de la Loma del Muerto (con una fuentecita junto a un muro del camino, conocida como el Rezume del Hornillo, de pequeño pero inagotable caudal), atravesando entre medio la Loma de la Paranza (donde quedan restos de su antiguo cortijo); continuamos por la Loma del Muerto, pasando junto a la Fuente Carmona (o de las Chorreras) y junto a una rústica acequia, antes de salvar el Barranco de las Tormentas y los barranquillos que forman la cabecera de la Cañada de Hervía (en un tramo algo aéreo). Al poco llegamos a las ruinas del Cortijo del Hoyo, junto a unos verdes prados situados bajo La Morra o el Puntal de las Cazoletas, que antaño fueron tierras de labor donde se cultivaba sobre todo centeno y patata copo de nieve (o papa de la sierra, variedad muy apreciada como sementera en la Vega de Granada), que se guardaban en unos hoyos durante el invierno.
Un sendero a la izquierda se dirige en ascenso hacia Haza Mesa y el Puntal de las Cazoletas; nosotros seguimos el que baja zigzagueando por la Loma de las Rascas, entre rebollos y cipreses, hasta desembocar en una
pista (junto a un picadero). Por la pista se llega a un cruce donde dejamos el camino que lleva a las Casas de la Hortichuela por una senda que desciende hacia el noreste, conectando nuevamente con el Sendero del Sulayr que, bajando entre robles, se une a la Vereda de la Estrella, ya cerca de su arranque en el Barranco de San Juan. En su mesón, como el año pasado por las mismas fechas, ponemos broche de oro a una sensacional ruta por paisajes que nunca defraudan.
A Güéjar Sierra se llega desde Granada tomando la Ronda Sur de la circunvalación y luego la salida Sierra Nevada/Pinos Genil y, tras unos tres kilómetros y medio, la A-4026; ya en Güéjar se sigue por la carretera de Maitena y finalmente por el antiguo recorrido del Tranvía de la Sierra, hasta llegar al aparcamiento del restaurante de montaña del Barranco de San Juan, donde iniciamos ruta, en la Vegueta del Caracol, lugar de confluencia del Genil con el impetuoso arroyo de San Juan (y límite del Parque Nacional). Aquí, donde finalizaba el trazado del Tranvía de la Sierra, comienza ahora la Vereda de la Estrella.
Cruzamos el Genil por el pequeño puente de madera del Caracol (pasando al margen derecho del Barranco de San Juan) y seguimos la bien marcada senda que asciende entre robles unos 200 metros antes de suavizar su pendiente y hacerse prácticamente llana en la zona conocida como el Arrecife. La vereda discurre sobre la margen izquierda del Genil (encajonado entre los Tajos del Portachón, a su derecha, y la raspa de la Loma de las Corzas), por la ladera norte -la umbría-, donde abundan fresnos, castaños, robles, arces, helechos… que en esta estación muestran sus más bellos colores.
A unos 800 metros del Barranco de San Juan se encuentran balizas indicativas del Sendero Sulayr (de gran recorrido), en el punto donde se separa de la Vereda de la Estrella para subir hacia la Hortichuela (por aquí regresaremos). A unos 300 metros pasamos por el Puntal de los Dinamiteros (o de la Vieja), lugar donde se cuenta que, en la época de esplendor de la minería en la zona, los hijos de un dinamitero, asesinado por unos mineros para robarle, despeñaron a éstos en venganza.
Más adelante, saludamos al Castaño de la Terrera, más conocido por estos lares como "el Abuelo", árbol centenario que nos contempla desde sus 21 metros de altura (sobre un murete de piedras construido para impedir su caída) y sus 313 metros cuadrados de proyección de copa, catalogado como Árbol Singular de Andalucía.
Tras atravesar los Barrancos de las Tormentas, de la Loma del Muerto y de Cabañas Viejas (a la vuelta pasaremos por sus cabeceras), llegamos al Puntal del Vadillo (o de Vadillo Negro), sobre la unión del río Vadillo con el Genil (por su margen derecha), y a una bifurcación señalizada (Mirador del Vadillo o Cruce de Peña Partida), continuando el Sendero Sulayr en bajada hacia el Genil (subiendo luego por la Cuesta de los Presidiarios hasta Peña Partida). Nosotros proseguimos por el camino que llevamos de la Vereda de la Estrella y al poco doblamos un recodo del camino donde no por esperado deja de impactarnos la visión de los tresmiles nevadenses de la Alcazaba (3369 msnm) y del Mulhacén (techo peninsular con sus 3479 msnm): estamos en el mirador del Viso de las Nortes.
A partir de aquí el sendero se ensancha convirtiéndose en un camino carretero sinuoso soportado por muros de contención de mampostería, que nos parece increíble que pudieran levantarse en este abrupto desfiladero. El magnetismo de las altas cumbres, especialmente de la Alcazaba, nos hace constantemente alzar la vista hacia ellas mientras caminamos, llegando así a las Minas de la Probadora (o de la Explotadora), ricas en hierro (aunque los minerales que realmente tenían interés eran la plata y el cobre), explotadas en las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Hasta aquí llegaba realmente la Vereda de la Estrella, a una amplia explanada empedrada donde se almacenaba y cargaba el mineral extraído de las minas de la zona, destacando la galena argentífera y sobre todo el cobre (calcopirita) de las Minas de la Estrella, que las hacía rentables (aunque también se obtenía siderita y pirita). Ya explotadas por romanos y musulmanes, fueron la principales minas de la vertiente del Genil, pero la dificultosa extracción del mineral y el discontinuo rendimiento hicieron que se abandonasen también (aunque algunas familias aprovechaban los escasos restos de mineral que encontraban). A estas minas damos vista tras cruzar el Barranco del Lagarto (o de Cazoletas), junto al poste direccional que nos señala la subida al Cortijo del Hornillo; después tomaremos de vuelta este sendero, pero primero bajamos la estrecha senda que nos lleva a las ruinosas construcciones mineras que aún se levantan a ambos lados de la vereda, a modo de “main street”, conocidas como “La Puerta del Guarnón”. Unos metros más adelante podemos ver el Barranco del Guarnón (salvado por un puente de piedra y madera), por donde se “despeñan” las aguas procedentes de los Corrales del Veleta hasta desembocar en el Río Real y dar origen al Genil.
Desandamos el camino para llegar a la vereda que en pronunciado ascenso entre robles melojos nos sube a la Dehesa de San Juan. Llegamos al Corral Bajo de Cazoletas, lugar despejado junto a una prominencia rocosa donde en el terreno aterrazado quedan algunas ruinas de las viviendas de algunos de los antiguos trabajadores de las Minas de la Estrella; aprovechamos para hacer un breve alto disfrutando de las vistas, antes de proseguir el exigente (pero muy bonito) ascenso por el robledal. Tras salir del mismo, alcanzamos el punto más alto de nuestra ascensión, a 1845 msnm, llegando a una fuente-abrevadero (seca). Seguimos junto a la Acequia del Hornillo, ya dando vistas al Cortijo del Hornillo, situado en un idílico paraje que transmite una fuerte sensación de paz; sus chozas han sido habilitadas como refugio libre donde poder pernoctar.
Tras solearnos en su magnífica era mientras hacemos una pequeña colación, subimos unos metros hasta el Mirador del Hornillo, para muchos el mejor mirador natural de toda Sierra Nevada; ciertamente nos depara una bellísima panorámica de los Cortijos del Hornillo y sus praderas con el telón de fondo de las altas cumbres de Sierra Nevada: de izquierda a derecha podemos contemplar las Lomas de los Cuartos y la del Calvario, el Cerro del Mojón Alto, el Cuervo, el Collado y el Puntal de Vacares, el Puntal del Goterón, la Alcazaba, el Puntal de la Cornisa, el Mulhacén y su Collado, que lo separa del Puntal de la Caldera, y la Loma del Lanchar que los precede.
Desde aquí el sendero baja y se introduce en el Robledal de Cazoletas, el más alto de la Península Ibérica, hasta alcanzar otra llanura donde se levanta el refugio de Cabañas Viejas (que lo fue para el botánico y geógrafo austríaco Moritz Willkomm en 1844-45, mientras herborizaba la zona alta de Sierra Nevada). Desde el refugio subimos en dirección suroeste hasta alcanzar la Fuente de Cabañas Viejas y luego seguimos un senderillo que cruza sucesivamente el Barranco de Cabañas Viejas y el de la Loma del Muerto (con una fuentecita junto a un muro del camino, conocida como el Rezume del Hornillo, de pequeño pero inagotable caudal), atravesando entre medio la Loma de la Paranza (donde quedan restos de su antiguo cortijo); continuamos por la Loma del Muerto, pasando junto a la Fuente Carmona (o de las Chorreras) y junto a una rústica acequia, antes de salvar el Barranco de las Tormentas y los barranquillos que forman la cabecera de la Cañada de Hervía (en un tramo algo aéreo). Al poco llegamos a las ruinas del Cortijo del Hoyo, junto a unos verdes prados situados bajo La Morra o el Puntal de las Cazoletas, que antaño fueron tierras de labor donde se cultivaba sobre todo centeno y patata copo de nieve (o papa de la sierra, variedad muy apreciada como sementera en la Vega de Granada), que se guardaban en unos hoyos durante el invierno.
Un sendero a la izquierda se dirige en ascenso hacia Haza Mesa y el Puntal de las Cazoletas; nosotros seguimos el que baja zigzagueando por la Loma de las Rascas, entre rebollos y cipreses, hasta desembocar en una
pista (junto a un picadero). Por la pista se llega a un cruce donde dejamos el camino que lleva a las Casas de la Hortichuela por una senda que desciende hacia el noreste, conectando nuevamente con el Sendero del Sulayr que, bajando entre robles, se une a la Vereda de la Estrella, ya cerca de su arranque en el Barranco de San Juan. En su mesón, como el año pasado por las mismas fechas, ponemos broche de oro a una sensacional ruta por paisajes que nunca defraudan.
Waypoints
Panorama
5,978 ft
Collado y Puntal de Vacares, Cerro del Mojón Alto, el Cuervo y Lomas del Calvario y de los Cuartos desde el Mirador del Hornillo
Panorama
5,978 ft
Cortijos del Hornillo con el Puntal de la Cornisa, el Mulhacén y el Puntal de la Caldera al fondo, desde el Mirador del Hornillo
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