Valle del Silencio, Viñales

El Valle de Viñales se trata de un valle declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1999; un paisaje exclusivo enclavado en la Sierra de los Órganos, donde podemos ver los famosos mogotes, pequeños montes escarpados de piedra caliza con cimas redondeadas.

Viñales cuenta con el mejor ejemplo de valle kárstico que existe en toda la isla. Este envidiable paisaje tiene su origen durante el Cretácico, hace unos 100 millones de años. Desde entonces el agua fue modelando la roca, tanto en superficie como en el subsuelo, conformando una orografía característica provista de grandes cuevas y los propios mogotes que son una de sus principales señas de identidad. Gran parte de dichas cavernas terminaron por derrumbarse dejando únicamente las características paredes desgastadas que pueden verse hoy en día.

Durante la ruta por el Valle del Silencio, podemos disfrutar en todo momento, además de los mencionados mogotes, de la flora única del lugar como el pino macho y la mazorquilla, además de la prehistórica Palmera palma Corcho, declarada Monumento Nacional.

La ruta la comenzamos desde nuestro alojamiento a escasos 4 minutos andando desde el centro de Viñales. Cogemos la via asfaltada principal dirección este, y la abandonamos llegado el momento girando hacia la izquierda, empezando a encarar el valle y sus mogotes.

En todo momento vamos viendo la característica vida de los viñaleros, primero en sus residencias (la mayoría adaptadas para acoger turistas) y después en las destinadas al ámbito rural, como agricultura, tabaco o café.

Siguiendo el track no tardamos en encontrarnos con la primera granja de tabaco (visitas a parte) y en seguida damos con la entrada al Valle del Silencio, nuestro objetivo del día.

En esta época, previa a las lluvias, el lago de la entrada presenta un aspecto apocalíptico bastante atractivo por otra parte. Habíamos leído que aquí se bañaba la gente pero claramente no era el momento.

Además del encanto del lago a medio llenar y la vegetación tan exigüa, es impresionante pasar el cartelón de entrada al Valle y acercarnos a la caseta que tenemos a mano derecha, desde donde poder vislumbrar el espectáculo aviar:

Cientos de Tiñosas sobrevuelan el lago, junto a otras aves, convirtiendo la parada técnica para repostar en un auténtico espectáculo natural.

Pilas recargadas y mil fotos y vídeos después de ver a las Tiñosas, nos adentramos en el Valle del Silencio, contemplando los Mogotes recubiertos de vegetación en todo su esplendor.

Gran protagonista del lugar tras estos últimos es la Cueva del Silencio, con enormes estalactitas y estalagmitas, una temperatura refrescante y la posibilidad de atravesar la montaña de lado a lado previo pago al paisano que la vigila (o a otro guía).

Visto esto visitaremos otra granja, con sus plantaciones y ganadería como punto final, antes de poner rumbo a casa de nuevo.

En época lluviosa se embarra todo el valle... Nosotros solo tuvimos problemas para vadear un pequeño arroyo enfangado a través de unas ramas (y zapatillas rebozadas aún así).

Salvado el pequeño obstáculo, ya si vuelta a casa echando un último vistazo a las maravillas de la población viñalera por el camino... Y parando en un bar del centro a tomar un refrigerio ;) (de ahí las 4 horas de ruta, sin estás paradas en apenas dos horas se hace, pero hay que disfrutarla hasta el último segundo).

PD: llevad mucha agua, protección solar y gorra, que el sol es criminal en todo el Valle.