Urdánoz-Goñi-Aizpún- Altos de Goñi, Arriaundi, Elordia, Bizkarluz y Bixkarluz. Balsas ganaderas y Ermita de San Miguel.
near Urdánoz, Navarra (España)
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Trail photos
Itinerary description
Urdánoz - Camino del Monte - Puente sobre la regata Udarbe - Abrevadero - Balsa - Portillo de Urdánoz - Abrevadero - La Balsa Chiquita - Corral - Balsa de Erna - Portillo de Goñi-Andía - Borda Nueva (ruinas) - Ermita Santa Quiteria (ruinas) - Alto de Bixkarluz (1.212 m.) - Balsa - Alto de Bizkarluz (1.220 m.) - Balsa de Zuloa - Altos de Goñi (1.265 m.) - Arriaundi (1.261 m.) - Dolmen Trekua Goñi - Elordia (1.235 m.) - Portillo de Flordi - Ermita de San Miguel - Senda de herradura - Goñi - Iglesia de San Ciriaco - Fuente y pilón - Iglesia de San Antonio - Calle San Antón - Robledal - Artzea - Cruzar NA 7030 - Artazul - NA 7030 - Aizpún - Iglesia de San Andrés - Urdánoz - Iglesia de San Román.
Fieles a nuestras excursiones que combinan pueblos y sus montañas hoy vamos a recorrer el valle navarro de Goñi, situado a los pies de la Sierra de Andía.
Salimos de Urdánoz por el camino del Monte, este primer tramo transcurre por pistas de tierra. Enseguida surgen varios abrevaderos y balsas para el ganado. Y van apareciendo las primeras hayas. Pasamos al lado de la Balsa de Erna y un cruce a la derecha nos sitúa al lado de la Borda Nueva, en ruinas. A su lado una valla que recorremos en paralelo y nos lleva hasta la ermita de Santa Quiteria, en ruinas. A su lado el Alto de Bixkarluz. En este punto pasamos la valla para internarnos en los rasos de Andía, otra balsa, y el Alto de Bizkarluz.
El Camino de San Donato nos lleva a la Balsa de Zuloa, los caballos se han concentrado al lado del cuidador y tomamos bellas imágenes con la sierra de San Donato a su espalda.
En este punto giramos hacia la derecha para coronar los Altos de Goñi, de 2.265 metros. Y obtenemos unas panorámicas de la Cuenca de Pamplona totalmente tapada por las nieblas, San Cristóbal apenas se ve su parte alta. Detrás todo el cordal de Belate, y las cumbres pirinaicas que nos sorprenden por su falta de nieve. Hacia el Norte San Donato y a sus espaldas surge Aralar.
Seguimos por el cordal para observar las Bordas Viejas a nuestros pies que con su gran tamaño constituyen un recuerdo de la forma de vivir de nuestros ancestros. Pasamos por Arriaundi y descendemos hasta el Dolmen Trekua Goñi emplazado en una bella vaguada. Pero hemos dejado en el cordal la cumbre del Elordia sin hollar por lo que campo a través subimos hasta ella, despidiéndonos de los paisajes del Norte, San Donato, Aralar...
Y campo a través regresamos al sendero oficial para entre los desnudos hayedos llegar hasta la ermita de San Miguel. Aquí vemos un sendero difuso que creemos que será de toda la vida y descendemos por él, en algún punto algo cerrado pero nos conduce por el lateral del barranco hasta Goñi. Nos detenemos a contemplar sus dos iglesias (las creíamos más separadas, porque hemos leído que la segunda se construyó por no tener que subir a la vieja, y están a 200 metros) La vieja, de San Ciriaco, es una antigua fortificación, imponente, la nueva, de San Antonio, parece una colegiata, demasiado nueva.
Regresamos a la parte alta del pueblo para dirigirnos hacia su robledal, precioso, todavía conservan hojas con tonalidades doradas. Este sendero nos lleva a cruzar la NA 7330 que baja a Arteta y nosotros continuamos por un sendero antiguo flanqueado de robles, usado por el ganado. Debemos vadear un pequeño río y llegamos de nuevo a la NA 7330 en dirección a Aizpún. Pero nos detenemos un momento para ver los precipicios que se abren a la izquierda, es la zona de la cascada Artazul.
Unos metros por el arcén de la carretera para tomar por un sendero que nos lleva hasta el pueblo de Aizpún, vemos su lavadero, fuente, sus casas de piedra y la iglesia de San Andrés. Y tomamos un carretil que nos lleva rectos hasta Urdánoz. En cuyo pueblo paramos para ver la iglesia de San Román, enclavada en lo alto del pueblo.
Waypoints
Iglesia de San Andrés
La parroquia de San Andrés es un edificio de estilo protogótico, construido a comienzos del siglo XIII; se ha conservado íntegro y sin modificaciones sustanciales. Tiene una nave única de dimensiones reducidas y ábside semicircular, aún de tradición románica, al fondo. La nave se cubre por cuatro tramos de bóveda de medio cañón apuntado con arcos fajones que se apoyan en pilares o ménsulas de rollos, a cuya altura corre por todo el perímetro de la iglesia una imposta lisa, todo ello de clara influencia cisterciense. El ábside está cubierto por una bóveda de cuarto de esfera, bajo la que se abre una ventana de medio punto abocinada. Sus muros son de sillarejo y sólo se decoran con la cornisa correspondiente al ábside; ésta lleva canes lisos o con bolas, aunque muchos de ellos no pueden verse por quedar la mayor parte de la cabecera oculta por la sacristía, adosada detrás de ella. El templo conserva su primitiva portada por el lado de la Epístola. Es de comienzos del siglo XIII, de esquema apuntado, abocinada en tres arquivoltas cóncavas con baquetones entre ellas. La exterior incorpora flores con cuatro pétalos en puntas de diamante, y sus soportes repiten dicha molduración. Esta portada está protegida por un pórtico renacentista con arco caseto nado que debió construir a finales del siglo XVI el cantero Francisco de Amézqueta. Los exteriores del templo se completan con una torre prismática, elevada a los pies y con la misma anchura de la nave, característica de los edificios de esta época. En el interior destacan las pinturas murales del ábside, de estilo gótico y fechables en el siglo XIV, que aparecen compartimentadas en registros longitudinales por franjas decoradas y con enmarques arquitectónicos de arquillos trilobulados. El conjunto está centrado por un Juicio Final con la Gloria y el Infierno, mientras que por el resto se distribuyen distintas escenas, algunas de la Infancia de Cristo y otras con San Andrés, obispos y una Misa. Estas pinturas están escondidas tras el retablo mayor, obra neogótica de poco valor, aunque en él se localizan diversas tallas antiguas; merece especial mención una gótica de San Andrés, de estilo hispano-flamenco, que data del siglo XV. Existen, además, los retablos laterales de la Virgen del Rosario y Santa Ana, ambos romanistas de hacia 1.600, con tallas de la época.
Iglesia de San Román
La iglesia de San Román se remonta al último cuarto de siglo XII y es de estilo románico tardío influido ya por los cirtercienses. Sin embargo, ha recibido posteriores retoques que han transformado su estructura original. La planta ofrece una nave rectangular muy longitudinal, jalonada por cuatro tramos y un ábside pentagonal. Capillas rectangulares se abren a ambos lados del último trecho generando un pequeño crucero. A la del lado del Evangelio se adosa la capilla bautismal. La cabecera se cubre con bóveda de horno mientras que sobre la nave corre una de medio cañón peraltada y con potentes arcos fajones, que marcan los tramos. A los pies del templo se eleva el coro, del siglo XIII, sobre un arco rebajado que se apunta levemente. Al exterior resulta un bloque de fuerte horizontalidad quebrada tan sólo por la torre que se levanta a los pies. Una sencilla portada románica de principios del XIII, protegida por un pórtico nicho ojival, se abre en el lado de la Epístola. Ocupa la cabecera del templo el retablo mayor, fechable en torno a 1570, de estilo de transición del primer Renacimiento al Romanismo, en el que convive el carácter expresivista de algunas figuras con estudios de anatomía. La factura es a veces tosca. Ha sido atribuido a Pedro de Aizpún y Pedro de Gabiria sucesivamente. Sin embargo, se conocen noticias documentales de que en 1589 se pagaron tres retablos al entallador Juan de Aizpún, uno de los cuales será seguramente el retablo mayor. Éste se organiza en tres calles y dos entrecalles que montan sobre un pequeño banco y remata en un ático también de triple calle, coronada la central por un frontón triangular. Un guardapolvo lo flanquea en los laterales. Los soportes son diversos; columnas de capitel jónico en el primer cuerpo, de capitel compuesto en el segundo, tercero y ático, adosándose en este último al fuste, seres antropomórficos. El código decorativo alterna ángeles portando carteles de cueros retorcidos, querubes y molduras geométricas, y se dispone en los frisos que separan los distintos cuerpos. La iconografía es compleja combinando escenas de la pasión de Jesucristo, de la vida de la Virgen, de San Román, el titular, así como de otros santos. Son bultos y relieves, a los que una deficiente policromía moderna desvirtúa. Destacan el grupo de la Virgen con el Niño y el titular San Román de expresivo rostro. Sobresale en el ajuar del templo un cáliz de plata dorada gótico tardío, con punzón de Pamplona, cuya base es lobulada con decoración perlada y de astil poligonal partido por nudo labrado con rosetas y cardina. La copa se abre sobre una subcopa de pétalos.
Iglesia de San Ciriaco
Destaca por su emplazamiento en alto y por su severo aspecto de fortaleza. A pesar de su abandono, aún permanece en pie la fábrica construida entre los años finales del siglo XII y los inicios del XIII según modelos románicos tardíos. Presenta una nave rectangular con dos tramos medievales y otro, el del coro, añadido posteriormente que culmina en un ábside semicircular; a la altura del crucero se abren dos pequeñas capillas. Sobre la nave románica se extiende una bóveda de medio cañón apuntado sobre arcos fajones que descansan en pilastras, mientras que la capilla mayor se cubre con una bóveda de horno. Al exterior sorprende la gran altura de la nave y del gran semicírculo absidal, lo cual, unido a la macicez de los muros salpicados por saeteras, inciden en el papel defensivo de este templo, en clara relación con el de Azanza.
Iglesia de San Antonio
Construida en sustitución de la otra en 1935 por el arquitecto Javier Esparza de San Julián. Pieza importante es la cruz parroquial de plata, obra documentada del platero Gabriel de Ochoa, quien la realizó a comienzos del siglo XVII. Su traza bajorrenacentista une una vistosa decoración manierista de ces, cartelas, espejos y costillas a una completa iconografía con los Evangelistas y Padres de la Iglesia presididos por la hermosa figura del Crucificado y el delicado tondo de la Virgen con el Niño. Al mismo momento, comienzos del siglo XVII, corresponde una casulla y capa pluvial roja, bordadas con motivos “a candelieri” y bellas cartelas de cueros retorcidos, en un brillante colorido de rojos y oros.
Illarral Alto
Línea de Manzana19
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