Upo 573 Goikogane 537 Artanda 550 desde Barrio Zaldiaran/Miraballes(Bizkaia)
near Ugao / Miraballes, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Tomando como punto de salida el barrio de Zaldiaran(Ugao/Miravalles)ruta por GOIKOGANA y los Centenarios UPO y ARTANDA.A pesar de ser alturas “modestas” nos encontraremos con “fuertes” pendientes en los últimos tramos.Durante la ruta tendremos vistas de:Oiz,Erlo,Kurutzebakarra,Belatxikieta,Mugarra,Leungane,Ganguren,Jata,Sollube,Kamaraka,Gallarraga,Ganekogorta,Eretza…..
En el recorrido se puede ver alguna indicación del “Cinturón de Hierro”
*CINTURÓN DE HIERRO
En septiembre de 1936, el recién creado Eusko Gudarostea (Ejército vasco), ejército dirigido por el también recientemente formado Gobierno vasco de José Antonio Aguirre y formado por batallones de distintas ideologías, se mantenía ante las tropas del general Mola tan solo en Vizcaya, la zona oeste de Guipúzcoa y parte del noroeste de Álava. Y en el plano militar, la superioridad militar de los sublevados era patente. Para tratar de evitar la caída de Vizcaya en manos de los sublevados, el Gobierno vasco levantó el denominado Cinturón de Hierro, una línea defensiva estática, destinado a la defensa de Bilbao, siguiendo las instrucciones del general Alberto de Montaud y Noguerol. De todos modos, como concepción militar, esta línea de trincheras y búnkeres respondía a la estrategia de defensa estática procedente de los altos mandos franceses en la Primera Guerra Mundial (quienes después de esa guerra construyeron la Línea Maginot) compartida entonces por la mayoría de los estados mayores en ejércitos de muchos países del mundo. Como ejemplos de fortificaciones construidas bajo esa premisa durante esta época, caben citar la Línea Mannerheim en Finlandia, la Línea Mareth en Túnez, la Línea Sigfrido en la Alemania nazi, la Línea Metaxas en Grecia o la Línea XYZ en la propia guerra española.
El presupuesto ascendió a 50 millones de pesetas,[2] con un perímetro proyectado de 80 kilómetros[cita requerida] y contaría con búnkeres, trincheras y numerosos puestos de ametralladoras y artillería. En su construcción participaron trece arquitectos, doce ingenieros industriales, dos ingenieros de minas, un ingeniero agrónomo, tres aparejadores y dieciséis contratistas, todos coordinados por el capitán de Ingenieros Alejandro Goicoechea, posterior inventor del tren "Talgo", y con la ayuda su ayudante, el capitán Pedro Murga. Trabajaron en esta obra 8500 trabajadores habituales desde noviembre de 1936, si bien a inicios de 1937 esta cifra disminuyó sustancialmente a poco menos de 3000 operarios. A pesar del ingente esfuerzo invertido, cuando se produjo la ofensiva final de los rebeldes gran parte de la línea defensiva está todavía sin finalizar y solo el 28 % de las defensas estaba en condiciones óptimas de resistir un ataque.[2]
Los oficiales Murga y Anglada ya habían sido fusilados a fines de 1936 después de ser descubiertos por las autoridades republicanas intentando entregar planos a agentes rebeldes. El promonárquico Goicoechea tuvo más éxito y consiguió pasar las líneas del frente en febrero de 1937, llevándose consigo todos los planos e información que pudo recolectar sobre el entramado defensivo.[1] De esta forma, los mandos del Ejército franquista pudieron saber que en el sector del monte Gaztelumendi, a unos 12 kilómetros al este de Bilbao, el cinturón poseía una sola línea de defensa en deficiente estado. A inicios de mayo los sublevados lanzaron un potente ataque apoyado por aviones, principalmente italianos de la Aviación Legionaria y de los alemanes de la Legión Cóndor, que pulverizó las defensas bilbaínas y desorganizó las líneas del Cinturón de Hierro. Hasta entonces gran parte de los soldados del Eusko Gudarostea, bajo influencia de la propaganda republicana, creían que el Cinturón era una línea casi inexpugnable, siendo sorprendidos por la fragilidad de las defensas.
El asalto y caída del Cinturón de Hierro El 11 de junio el Ejército sublevado lanzó su ofensiva final contra Bilbao, comenzando esta con un bombardeo preliminar de 150 piezas de artillería que se vio acompañado por los ataques aéreos de la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria. Aquel golpe quebrantó la resistencia de los defensores vascos que se habían concentrado en la última cota de terreno inmediatamente anterior al "Cinturón". Al anochecer de aquel día los coroneles sublevados García Valiño, Bautista Sánchez y Bartomeu, al mando de tres brigadas navarras, alcanzaron la línea defensiva.[3] Los bombardeos aéreos y artilleros se prolongaron durante toda la noche.[4] El 12 de junio, una vez que las baterías y las oleadas de aviones habían machacado el Cinturón de hierro durante horas, los navarros de Sánchez Bautista atacaron las defensas del monte Gaztelumendi(LARRABETZU) en el que era conocido que el sistema defensivo era más débil e incompleto. Los franquistas lanzaron un nuevo bombardeo de artillería, por lo que los defensores vascos no pudieron distinguir en qué momento preciso terminaban los bombardeos y empezaba el ataque. En medio del humo y la confusión, las unidades vascas sintieron la amenaza de verse rodeadas y se retiraron precipitadamente de sus defensas.[4] La resistencia del Cinturón de hierro había durado menos de dos días y aunque solo había caído una sección del frente, las tropas de otros sectores abandonaron las defensas de toda la línea del Cinturón.
En el recorrido se puede ver alguna indicación del “Cinturón de Hierro”
*CINTURÓN DE HIERRO
En septiembre de 1936, el recién creado Eusko Gudarostea (Ejército vasco), ejército dirigido por el también recientemente formado Gobierno vasco de José Antonio Aguirre y formado por batallones de distintas ideologías, se mantenía ante las tropas del general Mola tan solo en Vizcaya, la zona oeste de Guipúzcoa y parte del noroeste de Álava. Y en el plano militar, la superioridad militar de los sublevados era patente. Para tratar de evitar la caída de Vizcaya en manos de los sublevados, el Gobierno vasco levantó el denominado Cinturón de Hierro, una línea defensiva estática, destinado a la defensa de Bilbao, siguiendo las instrucciones del general Alberto de Montaud y Noguerol. De todos modos, como concepción militar, esta línea de trincheras y búnkeres respondía a la estrategia de defensa estática procedente de los altos mandos franceses en la Primera Guerra Mundial (quienes después de esa guerra construyeron la Línea Maginot) compartida entonces por la mayoría de los estados mayores en ejércitos de muchos países del mundo. Como ejemplos de fortificaciones construidas bajo esa premisa durante esta época, caben citar la Línea Mannerheim en Finlandia, la Línea Mareth en Túnez, la Línea Sigfrido en la Alemania nazi, la Línea Metaxas en Grecia o la Línea XYZ en la propia guerra española.
El presupuesto ascendió a 50 millones de pesetas,[2] con un perímetro proyectado de 80 kilómetros[cita requerida] y contaría con búnkeres, trincheras y numerosos puestos de ametralladoras y artillería. En su construcción participaron trece arquitectos, doce ingenieros industriales, dos ingenieros de minas, un ingeniero agrónomo, tres aparejadores y dieciséis contratistas, todos coordinados por el capitán de Ingenieros Alejandro Goicoechea, posterior inventor del tren "Talgo", y con la ayuda su ayudante, el capitán Pedro Murga. Trabajaron en esta obra 8500 trabajadores habituales desde noviembre de 1936, si bien a inicios de 1937 esta cifra disminuyó sustancialmente a poco menos de 3000 operarios. A pesar del ingente esfuerzo invertido, cuando se produjo la ofensiva final de los rebeldes gran parte de la línea defensiva está todavía sin finalizar y solo el 28 % de las defensas estaba en condiciones óptimas de resistir un ataque.[2]
Los oficiales Murga y Anglada ya habían sido fusilados a fines de 1936 después de ser descubiertos por las autoridades republicanas intentando entregar planos a agentes rebeldes. El promonárquico Goicoechea tuvo más éxito y consiguió pasar las líneas del frente en febrero de 1937, llevándose consigo todos los planos e información que pudo recolectar sobre el entramado defensivo.[1] De esta forma, los mandos del Ejército franquista pudieron saber que en el sector del monte Gaztelumendi, a unos 12 kilómetros al este de Bilbao, el cinturón poseía una sola línea de defensa en deficiente estado. A inicios de mayo los sublevados lanzaron un potente ataque apoyado por aviones, principalmente italianos de la Aviación Legionaria y de los alemanes de la Legión Cóndor, que pulverizó las defensas bilbaínas y desorganizó las líneas del Cinturón de Hierro. Hasta entonces gran parte de los soldados del Eusko Gudarostea, bajo influencia de la propaganda republicana, creían que el Cinturón era una línea casi inexpugnable, siendo sorprendidos por la fragilidad de las defensas.
El asalto y caída del Cinturón de Hierro El 11 de junio el Ejército sublevado lanzó su ofensiva final contra Bilbao, comenzando esta con un bombardeo preliminar de 150 piezas de artillería que se vio acompañado por los ataques aéreos de la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria. Aquel golpe quebrantó la resistencia de los defensores vascos que se habían concentrado en la última cota de terreno inmediatamente anterior al "Cinturón". Al anochecer de aquel día los coroneles sublevados García Valiño, Bautista Sánchez y Bartomeu, al mando de tres brigadas navarras, alcanzaron la línea defensiva.[3] Los bombardeos aéreos y artilleros se prolongaron durante toda la noche.[4] El 12 de junio, una vez que las baterías y las oleadas de aviones habían machacado el Cinturón de hierro durante horas, los navarros de Sánchez Bautista atacaron las defensas del monte Gaztelumendi(LARRABETZU) en el que era conocido que el sistema defensivo era más débil e incompleto. Los franquistas lanzaron un nuevo bombardeo de artillería, por lo que los defensores vascos no pudieron distinguir en qué momento preciso terminaban los bombardeos y empezaba el ataque. En medio del humo y la confusión, las unidades vascas sintieron la amenaza de verse rodeadas y se retiraron precipitadamente de sus defensas.[4] La resistencia del Cinturón de hierro había durado menos de dos días y aunque solo había caído una sección del frente, las tropas de otros sectores abandonaron las defensas de toda la línea del Cinturón.
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