Un paseo por la Selva de Irati y el Pantano de Irabia-2023-10-14 16:24:48

Tercer día de puente y ante las malas perspectivas del tiempo, nos trasladamos hasta Ochagavía y desde aquí hasta las Casa de Irati, para realizar una sencilla pero espectacular ruta de 14,5 km y 371 metros de desnivel acumulado, por el segundo mayor hayedo-abetal de Europa después de la Selva Negra en Alemania, La Selva de Irati, reserva natural de 18.000 hectáreas de superficie.

La única pega a mi parecer es que últimamente se ha puesto de moda este destino turístico y se está masificando, por lo que tienen que controlar el acceso a vehículos, teniendo que pagar una tasa de 6 euros para poder aparcar. Una vez llenado el aparcamiento cortan la entrada hasta que se despejen plazas y así puedan entrar otros vehículos.

Tras haber aparcado en el parking habilitado al efecto, nos dirigimos hacia las Casas de Irati y atravesamos el puente sobre en rio Irati, el cual abastece el pantano de Irabia.

Atravesado el puente tomamos la pista hacia la derecha, la cual trascurre paralela al rio hasta llegar al desvío que lleva a la cascada del Cubo.

Visitamos la pequeña pero bonita cascada, la cual se encuentra repleta de personal.

Volvemos a la pista que habíamos dejado y unos pocos metros más adelante abandonamos esta pista y nos internamos por un pequeño sendero en el majestuoso bosque en donde todos los visitantes han desaparecido y realizamos todo el recorrido por el bosque prácticamente solos, a excepción de una pareja con la que coincidimos.

El silencio solo se rompe por el trino solitario de algún tímido pájaro, envolviéndonos en una atmosfera encantada y fantasmagórica esperando que en algún rincón del bosque emerja el señor del bosque o Basajaun.

El sendero confluye con un camino que nos acerca al puente de la Cuestión y desde aquí tomamos la pista marcada como SL-NA-63A, que bordea el embalse de Irabia.

A partir de este punto ya se empieza a ver más personal, rompiendo un poco la magia del lugar.

En el waypoint “Patano de Irabia”, en un pequeño descampado producto de la bajada de las aguas del embalse, paramos un buen rato para disfrutar del lugar, el momento y la compañía.

Hora y veinte después retomamos la marcha por el camino paralelo al rio Irati hasta llegar al punto de partida.