Trinidad - Cascada de Javira - El Cubano

Bonita ruta que parte de Trinidad y que nos permite adentrarnos en uno de los numerosos parques nacionales de la zona, El Cubano.

Nuestra idea era seguir la ruta que usan los cubanos y con la cual se supone que no pagas los 10€ de entrada que cobra el estado al no pasar por la entrada, pero tuvimos que pagar igualmente a pesar de seguir las indicaciones que nos fueron dando los vecinos.

Sea como fuere, la ruta la comenzamos temprano, 8:15, haciendo una parada a comprar crema solar en el hotel Iberostar (ya que se nos acabó y es imposible encontrar ciertos productos con la enorme crisis de desabastecimiento del país), que el sol pega y mucho en este país.

La ruta la tomamos en dirección norte, saliendo del pueblo a través de la Plaza Tres Cruces, siguiendo hasta el final la calle Real del Jigüe, hasta que damos con el ramal que desciende.

Una vez aquí, lo mejor es guiarse por el track del mapa, pues hay que seguirlo casi en línea recta dirección a La Pastora, y justo antes de la hacienda del Papayal, tornamos a nuestra izquierda y cruzamos el antiguo ferrocarril.

Aquí es donde la ruta cobra diversión y abandonamos el camino para seguir la famosa ruta secreta de los cubanos, cruzando granjas y sembrados pasando una primera verja de hierro, que se abre empujando (da la impresión de que nos metemos en casa de alguien pero tras confirmar con los vecinos del lugar no había problema, ese era el camino), una verja de madera después y pasando sucesivamente por dos huecos en las vayas para aparecer en pleno parque nacional de El Cubano!!

A nuestra izquierda habremos dejado el acceso al parque, donde vemos el restaurante Los Almendros y varios coches aparcados.

Como llegando temprano, tuvimos el privilegio de recorrer el sendero hasta la cascada en soledad, parando antes a contemplar la enorme colonia de avispas y la diversa fauna.

Una vez llegamos al Bohío Campesino marcado en el mapa, en mitad del sendero e imposible de flanquearlo ,salió un vigilante que vive literalmente ahí y nos pidió los tickets, que no teníamos, pero sin problema nos los vendió el, de modo que nuestro gozo en un pozo, si existe manera de llegar a la cascada a darse un chapuzón sin pagar 10 eurazos debe de ser machete en mano y atravesando la selva cual Indiana Jones.

Una vez pagado y visitado el bohío, cruzamos un par de veces el río por piedras y cuerda de acero para ayudarnos y llegamos a la cascada.

Esta la verdad que es bastante pequeña y la charca o piscina más de lo mismo, y el agua no se veía muy limpia, por lo que preferimos no bañarnos, solo disfrutar del entorno y emprender camino de vuelta para que nos diese tiempo a visitar Playa Ancón en el mismo día 😎

La vuelta, una vez ya habíamos pagado, la hicimos por la entrada del parque y siguiendo unos 5 km por la carretera principal, hasta que, hartos de ir por ese camino a pleno sol, optamos por atajar a mano izquierda para volver a Trinidad por el mismo camino de inicio.