Trevijano-Clavijo-Dólmenes de Peña Guerra y Mallo
near Trevijano, La Rioja (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta es una ruta realizada en La Rioja en la que partiendo de la localidad de Trevijano nos acercamos hasta el pueblo de Clavijo y su castillo. La vuelta la hicimos por la pista que pasa por los yacimientos arqueológicos de los dolmenes de Peña Guerra y Collado del Mallo.
Discurre por pista y senda de recorridos de BTT y durante nuestra marcha no nos encontramos con ningún ciclista, aunque sí sus huellas recientes.
Partimos de Trevijano y tomamos una senda ascendente en dirección a la ermita de la Virgen del Cúpulo. El edificio está en ruinas y con señas evidentes de que es usado por el ganado para su abrigo. Aun así conserva su romanticismo y tiene muy buena panorámica de la zona.
Desde allí ascendimos hasta el cerro de la Muela desde dónde ya se divisa Clavijo, su castillo y la ermita de Santiago. Descendimos por una pista inclinada y seguramente poco transitada por peatones, aunque probablemente sí por vehículos a motor todoterreno. En la zona de El Mallo tomamos una senda bastante inclinada para poder atravesar el barranco de la Barguilla y ya desde la otra ladera coger una pista que a través de los Abejares no llevó hasta Clavijo.
En este pueblo visitamos su castillo y contemplamos la espléndida panorámica del valle del Ebro y Logroño al fondo. En ese punto aprovechamos para tomar un refrigerio y con las fuerzas renovadas iniciamos el camino de vuelta a Trevijano. Seguimos la pista que une estos pueblos y el de Nalda. Esta parte del camino discurre a tramos entre zonas de cultivo y entre pinares. Hay señalización que indica el camino hacia los dólmenes. En unas ocasiones son denominados así y en otra enterramientos.
Llegamos a los dólmenes de Peña Guerra I y II. Éstos son pequeños y parece ser que sufrieron de expoliación. Tomamos el camino, otra vez en dirección a Trevijano, pero poco más adelante, en una bifurcación decidimos tomar la senda descendente porque teníamos planificado subir por una pista de BTT que atraviesa el interior del pinar. Si se quiere acortar el camino se puede seguir por la pista ascendente hasta el dolmen de Collado del Mallo.
Nosotros continuamos nuestro descenso hasta llegar a un cortafuegos en el que comenzamos a ascender hasta toparnos con la senda ciclista. Nos llevó por el interior del bosque y al cabo de un buen ascenso nos reincorporamos a la pista hacia Trevijano. Continuamos hasta el dolmen del Mallo, que es el de mayor tamaño y el que se encuentra en mejor estado.
Los dólmenes son enterramientos de la época del neolítico realizados por tribus trashumantes en sus desplazamientos entre regiones con la variación de las estaciones. Suelen constar de un pasillo de acceso a una cámara en dónde se depositaba a los fallecidos con sus ajuares. Las paredes tanto del pasillo como la cámara mortuoria están hechas con grandes bloques de piedra con una cara plana colocados en posición vertical. Se solían cubrir con otras piedras planas a forma de cubierta y rodear de tierra.
Desde aquí ya tomamos el camino de vuelta a Trevijano en el cuál nos encontramos con varios caballos y yeguas y al final a un borriquito.
La ruta es sencilla pero larga, un poco rompe piernas si no se está en buena forma, pero la puede realizar todo el mundo. Hay que estar atento a la pista en algunos puntos y creo que el mantenimiento de la señalización hacia los dólmenes está un poco olvidado.
Algún hito más o algún poste más en cruces de pista vendría bien.
Discurre por pista y senda de recorridos de BTT y durante nuestra marcha no nos encontramos con ningún ciclista, aunque sí sus huellas recientes.
Partimos de Trevijano y tomamos una senda ascendente en dirección a la ermita de la Virgen del Cúpulo. El edificio está en ruinas y con señas evidentes de que es usado por el ganado para su abrigo. Aun así conserva su romanticismo y tiene muy buena panorámica de la zona.
Desde allí ascendimos hasta el cerro de la Muela desde dónde ya se divisa Clavijo, su castillo y la ermita de Santiago. Descendimos por una pista inclinada y seguramente poco transitada por peatones, aunque probablemente sí por vehículos a motor todoterreno. En la zona de El Mallo tomamos una senda bastante inclinada para poder atravesar el barranco de la Barguilla y ya desde la otra ladera coger una pista que a través de los Abejares no llevó hasta Clavijo.
En este pueblo visitamos su castillo y contemplamos la espléndida panorámica del valle del Ebro y Logroño al fondo. En ese punto aprovechamos para tomar un refrigerio y con las fuerzas renovadas iniciamos el camino de vuelta a Trevijano. Seguimos la pista que une estos pueblos y el de Nalda. Esta parte del camino discurre a tramos entre zonas de cultivo y entre pinares. Hay señalización que indica el camino hacia los dólmenes. En unas ocasiones son denominados así y en otra enterramientos.
Llegamos a los dólmenes de Peña Guerra I y II. Éstos son pequeños y parece ser que sufrieron de expoliación. Tomamos el camino, otra vez en dirección a Trevijano, pero poco más adelante, en una bifurcación decidimos tomar la senda descendente porque teníamos planificado subir por una pista de BTT que atraviesa el interior del pinar. Si se quiere acortar el camino se puede seguir por la pista ascendente hasta el dolmen de Collado del Mallo.
Nosotros continuamos nuestro descenso hasta llegar a un cortafuegos en el que comenzamos a ascender hasta toparnos con la senda ciclista. Nos llevó por el interior del bosque y al cabo de un buen ascenso nos reincorporamos a la pista hacia Trevijano. Continuamos hasta el dolmen del Mallo, que es el de mayor tamaño y el que se encuentra en mejor estado.
Los dólmenes son enterramientos de la época del neolítico realizados por tribus trashumantes en sus desplazamientos entre regiones con la variación de las estaciones. Suelen constar de un pasillo de acceso a una cámara en dónde se depositaba a los fallecidos con sus ajuares. Las paredes tanto del pasillo como la cámara mortuoria están hechas con grandes bloques de piedra con una cara plana colocados en posición vertical. Se solían cubrir con otras piedras planas a forma de cubierta y rodear de tierra.
Desde aquí ya tomamos el camino de vuelta a Trevijano en el cuál nos encontramos con varios caballos y yeguas y al final a un borriquito.
La ruta es sencilla pero larga, un poco rompe piernas si no se está en buena forma, pero la puede realizar todo el mundo. Hay que estar atento a la pista en algunos puntos y creo que el mantenimiento de la señalización hacia los dólmenes está un poco olvidado.
Algún hito más o algún poste más en cruces de pista vendría bien.
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