TREKKING RESERVA DIOSA DE LAS AGUAS. Támesis (Antioquia)
near Támesis, Departamento de Antioquia (Republic of Colombia)
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Itinerary description
TREKKING RESERVA DIOSA DE LAS AGUAS. Támesis (Antioquia)
Este trekking es de los mejores que hemos podido realizar, por la variedad de caminos, paisajes y la inmejorable vista desde las alturas de la cuchilla Jardín-Támesis, una formación geológica que es parte de la cordillera occidental y que por fortuna es zona de reserva y por ello se conserva aún un buen porcentaje de bosque de niebla andino (o bosque altoandino) y mucho arbusto, lo cual hace que la zona sea un verdadero paraíso para avifauna, que es compartido por Jardín, Támesis, Caramanta, Jericó y Andes.
Es muy notorio en la reserva ver una cantidad de rocas de gran tamaño sobre las laderas y potreros; incluso, en la vereda San Luis, los vecinos han construido sus casas sobre rocas de gran tamaño (los mejores cimientos del mundo para un casa!). Investigando un poco, la cuchilla es una formación geológica periglaciar, lo cual explica la cantidad de rocas de origen volcánico que fueron movidas por los glaciares y que luego al éstos derretirse pues dejaron dichas rocas en los actuales terrenos de Támesis y de sus veredas. Precisamente esa condición geológica es la que ha traído a la región empresas de minería intensiva, pues en este tipo de formaciones periglaciares es factible encontrar yacimientos minerales importantes; en Támesis, Jericó y otros municipios hay un gran movimiento ciudadano de oposición a la minería y prácticamente en todo el pueblo los avisos de "No a la minería" son evidentes. La verdad, tienen toda la razón, pues en la cuchilla Jardín-Támesis nacen varios ríos muy importantes para los territorios y es apenas obvia la preocupación de los Tamesinos por la conservación de su riqueza hídrica y paisajística.
Iniciamos el recorrido desde la Calle 13, por el sector del estadio. Allí, compramos hidratación y algunos alimentos y a caminar!
El ascenso se hace por un camino ancestral prehispánico muy bien conservado y que por lo que pudimos conversar con algunos lugareños, es motivo de orgullo para los habitantes de Támesis. Este camino fué realizado por los pueblos originarios Quimbaya y en particular por la etnia Cartama, que utilizaron la abundante presencia de rocas y piedras para conformar el camino; como en la zona llueve tanto, es admirable ver como se conservan los desagües y canalizaciones para evitar que la erosión destruyera los caminos construidos, que están en pie hoy, como hace ya más de 1000 años según los estudios arqueológicos. En la zona, hay varios petroglifos y otros vestigios Quimbayas, que vale la pena conocer.
El ascenso en algunas partes es difícil por el tipo de terreno y porque nosotros lo hicimos en pleno invierno. Es recomendable programar el ascenso en temporada seca, para evitar los riesgos derivados de tanta piedra lisa y mohína, pero igual lo disfrutamos. En todo caso, es necesario llevar un buen impermeable en la mochila, pues la probabilidad de lluvias siempre es alta por efecto de la presencia del bosque de niebla. El camino en ascenso es constante y está muy bien señalizado y conservado; en la parte alta de la montaña se toma el desvío a mano derecha para ir a la hermosa cascada La Peinada, una caída de agua espectacular de 170 metros que cae por una peña en un verdadero precipicio vertical formado por la espectacular cuchilla y el cauce de la quebrada La Peinada, que es uno de los afluentes que nacen en la parte alta de la reserva. Como fuimos en invierno, el caudal estaba grande y la cascada simplemente magnífica. Todo un espectáculo!
Al seguir por el camino, llegamos a la zona en donde están las partidas hacia Jardín (a mano izquierda) y hace el cerro CristoRey (a mano derecha), tomamos el camino de la derecha y a seguir caminando. La vista desde la zona es simplemente hermosa, las ráfagas de niebla subiendo hacia la zona de páramo son increibles y la cantidad de aves que se encuentran en el camino son uno de los principales atractivos sin lugar a dudas. Esta zona es el hogar del loro frentirojo y del loro orejiamarillo, y realmente pudimos ver varias bandadas recorriendo la inmensidad del bosque adornándolo con sus colores y sus graznidos tan particulares. Las fotografías logradas con la Canon (la compañera fiel), en el perfil de facebook.
En la parte alta de la cuchilla encontramos un pequeño reducto de bosque de pino muy bien conservado; por supuesto, es una pequeña sección de bosque cultivado pero que extrañamente nunca ha sido maderado (por ser ya una reserva, claro); este tipo de bosques de pino tienen siempre un origen lamentable: Se tala el bosque nativo para luego sembrar los especímenes de pino, con fines de tala posterior, lo cual desplaza a la fauna original y seca los terrenos; en éste caso, puedo decir que tal vez el único caso en el cual el pequeño reducto de pinos le da un toque de belleza al entorno y las especies se han adaptado muy bien. En la zona del bosquesito de pinos es muy fácil acampar y adicionalmente, se ha formado de manera natural una cueva por efectos de las escorrentías, que ha tomado el nombre casi jocoso de "Cueva del oso", con una profundidad de unos 20 metros, muy interesante.
Para llegar al cerro CristoRey continuamos el sendero y de manera casi mágica sobre el mediodía comenzó a despejarse la vista! El cerro es un sitio de peregrinación religiosa en donde hay una estatua de Cristo con las manos abiertas, que apunta hacia Támesis. Estando en la cima, pudimos ver fácilmente los municipios de Santa Bárbara, La Pintada, Valparaíso, Aguadas, el corregimiento de Palermo, el cañón del río Cartama y a lo lejos el río Cauca. En el cerro fué el almuerzo, que en ésta ocasión fué un delicioso fiambre en hoja de "bijao" que habíamos encargado la noche anterior. Estando en el cerro nos tocó la fortuna de ver varias parejas de aves rapaces migratorias en plena cacería, muy emocionante verlas ascender por las corrientes térmicas y como descienden para capturar una presa.
Luego del almuerzo, el descenso lo hicimos por la vereda San Antonio, en un recorrido de gran belleza por las características paisajísticas y naturales de la zona, hasta llegar a la zona del jardín botánico de Támesis, por la Calle 15.
Este recorrido es definitivamente imperdible estando en Támesis, y lo volvería a hacer muchas veces, por todas las cosas increibles que ofrece la naturaleza en esa reserva natural. Una belleza!
Este trekking es de los mejores que hemos podido realizar, por la variedad de caminos, paisajes y la inmejorable vista desde las alturas de la cuchilla Jardín-Támesis, una formación geológica que es parte de la cordillera occidental y que por fortuna es zona de reserva y por ello se conserva aún un buen porcentaje de bosque de niebla andino (o bosque altoandino) y mucho arbusto, lo cual hace que la zona sea un verdadero paraíso para avifauna, que es compartido por Jardín, Támesis, Caramanta, Jericó y Andes.
Es muy notorio en la reserva ver una cantidad de rocas de gran tamaño sobre las laderas y potreros; incluso, en la vereda San Luis, los vecinos han construido sus casas sobre rocas de gran tamaño (los mejores cimientos del mundo para un casa!). Investigando un poco, la cuchilla es una formación geológica periglaciar, lo cual explica la cantidad de rocas de origen volcánico que fueron movidas por los glaciares y que luego al éstos derretirse pues dejaron dichas rocas en los actuales terrenos de Támesis y de sus veredas. Precisamente esa condición geológica es la que ha traído a la región empresas de minería intensiva, pues en este tipo de formaciones periglaciares es factible encontrar yacimientos minerales importantes; en Támesis, Jericó y otros municipios hay un gran movimiento ciudadano de oposición a la minería y prácticamente en todo el pueblo los avisos de "No a la minería" son evidentes. La verdad, tienen toda la razón, pues en la cuchilla Jardín-Támesis nacen varios ríos muy importantes para los territorios y es apenas obvia la preocupación de los Tamesinos por la conservación de su riqueza hídrica y paisajística.
Iniciamos el recorrido desde la Calle 13, por el sector del estadio. Allí, compramos hidratación y algunos alimentos y a caminar!
El ascenso se hace por un camino ancestral prehispánico muy bien conservado y que por lo que pudimos conversar con algunos lugareños, es motivo de orgullo para los habitantes de Támesis. Este camino fué realizado por los pueblos originarios Quimbaya y en particular por la etnia Cartama, que utilizaron la abundante presencia de rocas y piedras para conformar el camino; como en la zona llueve tanto, es admirable ver como se conservan los desagües y canalizaciones para evitar que la erosión destruyera los caminos construidos, que están en pie hoy, como hace ya más de 1000 años según los estudios arqueológicos. En la zona, hay varios petroglifos y otros vestigios Quimbayas, que vale la pena conocer.
El ascenso en algunas partes es difícil por el tipo de terreno y porque nosotros lo hicimos en pleno invierno. Es recomendable programar el ascenso en temporada seca, para evitar los riesgos derivados de tanta piedra lisa y mohína, pero igual lo disfrutamos. En todo caso, es necesario llevar un buen impermeable en la mochila, pues la probabilidad de lluvias siempre es alta por efecto de la presencia del bosque de niebla. El camino en ascenso es constante y está muy bien señalizado y conservado; en la parte alta de la montaña se toma el desvío a mano derecha para ir a la hermosa cascada La Peinada, una caída de agua espectacular de 170 metros que cae por una peña en un verdadero precipicio vertical formado por la espectacular cuchilla y el cauce de la quebrada La Peinada, que es uno de los afluentes que nacen en la parte alta de la reserva. Como fuimos en invierno, el caudal estaba grande y la cascada simplemente magnífica. Todo un espectáculo!
Al seguir por el camino, llegamos a la zona en donde están las partidas hacia Jardín (a mano izquierda) y hace el cerro CristoRey (a mano derecha), tomamos el camino de la derecha y a seguir caminando. La vista desde la zona es simplemente hermosa, las ráfagas de niebla subiendo hacia la zona de páramo son increibles y la cantidad de aves que se encuentran en el camino son uno de los principales atractivos sin lugar a dudas. Esta zona es el hogar del loro frentirojo y del loro orejiamarillo, y realmente pudimos ver varias bandadas recorriendo la inmensidad del bosque adornándolo con sus colores y sus graznidos tan particulares. Las fotografías logradas con la Canon (la compañera fiel), en el perfil de facebook.
En la parte alta de la cuchilla encontramos un pequeño reducto de bosque de pino muy bien conservado; por supuesto, es una pequeña sección de bosque cultivado pero que extrañamente nunca ha sido maderado (por ser ya una reserva, claro); este tipo de bosques de pino tienen siempre un origen lamentable: Se tala el bosque nativo para luego sembrar los especímenes de pino, con fines de tala posterior, lo cual desplaza a la fauna original y seca los terrenos; en éste caso, puedo decir que tal vez el único caso en el cual el pequeño reducto de pinos le da un toque de belleza al entorno y las especies se han adaptado muy bien. En la zona del bosquesito de pinos es muy fácil acampar y adicionalmente, se ha formado de manera natural una cueva por efectos de las escorrentías, que ha tomado el nombre casi jocoso de "Cueva del oso", con una profundidad de unos 20 metros, muy interesante.
Para llegar al cerro CristoRey continuamos el sendero y de manera casi mágica sobre el mediodía comenzó a despejarse la vista! El cerro es un sitio de peregrinación religiosa en donde hay una estatua de Cristo con las manos abiertas, que apunta hacia Támesis. Estando en la cima, pudimos ver fácilmente los municipios de Santa Bárbara, La Pintada, Valparaíso, Aguadas, el corregimiento de Palermo, el cañón del río Cartama y a lo lejos el río Cauca. En el cerro fué el almuerzo, que en ésta ocasión fué un delicioso fiambre en hoja de "bijao" que habíamos encargado la noche anterior. Estando en el cerro nos tocó la fortuna de ver varias parejas de aves rapaces migratorias en plena cacería, muy emocionante verlas ascender por las corrientes térmicas y como descienden para capturar una presa.
Luego del almuerzo, el descenso lo hicimos por la vereda San Antonio, en un recorrido de gran belleza por las características paisajísticas y naturales de la zona, hasta llegar a la zona del jardín botánico de Támesis, por la Calle 15.
Este recorrido es definitivamente imperdible estando en Támesis, y lo volvería a hacer muchas veces, por todas las cosas increibles que ofrece la naturaleza en esa reserva natural. Una belleza!
Waypoints
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Gracias por compartir, caminata hermosa con vistas increíbles! (Y casacas y un charco refrescantes.)
valentina.jill.alice@gmail.com, me alegra mucho que la información sea de utilidad. Hay que disfrutar y compartir, de eso se trata la vida! Slds