Travesía arista NE del Lucero y Cerro de la Mota (Sierra de Almijara)

Trazado circular que nos llevará al espectacular ascenso al Pico del Lucero, 1.782m, por su arista NE, enlazando en la travesía con la el Cerro de la Mota, 1.656m, y cerrando por la vereda y cortafuegos de la Azuzadilla, todo ello desde la barrera de Puente Cambril.

En este recorrido utilizaremos sendas y carriles conocidos, dejando para los tramos fuera de pista el ascenso de la arista al Lucero y el paso sobre el Cerro de la Mota. En ambos casos nos moveremos íntegramente sobre roca, con una variedad de trepadas y pasos donde tendremos que tirar de manos e intuición para avanzar en nuestro rumbo

Como en otras tantas incursiones al norte de la Almijara, iniciamos la marcha junto a la barrera de Puente Cambril, remontando como de costumbre los primeros metros sobre la pista forestal que lleva al Puerto de Frigiliana.
En esta ocasión, optando por la aproximación rápida a los pies del Lucero, nos desviaremos por la vereda de Cuesta Parda que arranca frente a la caseta.





Senda perfectamente definida que nos hará ganar altura rápidamente y nos mostrará el espolón donde da comienzo la arista NE del Lucero, a la altura del Mirador del Agua.
Para su ataque, primero deberemos dejar atrás el cortafuegos de Cuesta Parda y situarnos sobre el Collado Cacines.
De las dos opciones que parten a nuestra izquierda nos quedamos con la que nos hace virar nuestro rumbo al este, la que remonta al sur va dirigida al Collado de la Perdiz y el sendero balizado del Raspón de los Moriscos (Lucero).





La senda que llevamos ahora se dibuja por todo el flanco norte y este del Lucero, acabando su recorrido en el Puerto de Frigiliana tras sobrepasar el Cerro Caracolillo.
Esta magnífica vereda, trazada sobre la misma curva de nivel, nos dejará de camino en el Mirador del Agua, mirador sobre el barranco del Arroyo de la Venta y el vecino Pico de los Machos.





Ya nos situamos en el mirador, desde aquí dará comienzo nuestro ataque a la arista NE del Lucero. Una pequeña rampa y de momento comenzamos a avanzar sobre roca.
Nuestra intención será recorrer íntegramente la arista por su espina dorsal, lo que nos llevará en todo momento a ir buscando los pasos a nuestro antojo para caminar siempre a su lomo.





Se trata de una arista quebrada, aserrada, con varios sobresaltos, con la incómoda y quebradiza roca de la Almijara como único punto de apoyo.
Pronto comprobaremos que la roca de la parte alta de la arista es fiable en los agarres, así que no sopesamos en ningún momento abandonar su cota durante el ascenso.





Durante el ascenso ganaremos cada punto alto sobre la arista o por su flanco derecho según la marcha cuando nos topamos con paredes verticales.
Ganamos cada prominencia del perfil aserrado siempre en ascenso, con algunas cortas treguas de desnivel, hasta que sobre sobre nuestras cabezas asoma el maltrecho muro que corona la cumbre del Lucero.
Unas últimas trepadas y completamos el ascenso integral por su arista NE.





Ya en la cumbre obtenemos la magnánimas visuales a nuestro alrededor, con prácticamente el resto de cumbres almijarenses a este, despuntando en la lejanía la omnipresente Sierra Nevada y sus techos blancos.





Al oeste, la vecina Sierra Tejeda con la Maroma acaparando toda la visual. A medio camino el Cerro de Malascamas y la Chapa, a nuestros pies el conjunto de cerrillos que acompañan al Lucero, quedándonos con la imagen del Cerro de la Mota y que lo marcamos como nuestro siguiente hito.





Al sur nos acompañará en los primeros metros de descenso el amplio valle del Río Higuerón que hoy se pierde en el mar de brumas costeras.
La magnífica senda nos desciende rápidamente a tierra firme a la altura de la encrucijada del Collado de la Perdiz, mirada atrás inevitable al flanco suroeste del Lucero y su súbdito el Cerro Panaderos o Lucerillo.





Por ahora avanzamos unos metros más sobre la senda hacia el Puerto de Cómpeta, mientras a nuestra derecha va ganando importancia el cono pétreo del Cerro de la Mota,
Sobrepasado un pequeño collado, cuando la senda inicia su descenso, nos toca dejar las comodidades y entrarle de lleno al cerro.
Nos moveremos a la busca de lo que parece la dorsal que remonta desde el sur, de momento nos metemos de lleno en trepes y pasos sobre grandes lascas, no tardamos mucho en adivinar la cumbre y conseguir su cota.





Momento para la parada técnica con las vistas "inusuales" al flanco del Lucero acompañada por la estampa lejana de Sierra Nevada.





Toca descender, y tras echar un vistazo a las posibles vías de escape al oeste para completar la travesía al cerro, nos decidimos por una empinada canal desmoronada en nuestro rumbo.
Aunque se antoja comprometida, una vez metidos en su descenso siempre pegados a su pared no resulta especialmente compleja y nos permite abandonar la cumbre en pocos minutos.





Abajo aparece la pista forestal que une el Puerto de Cómpeta y la Resinera de Fornes, camino que nos servirá para enlazar nuestro trazado circular.
Continuamos la bajada, más trabajosa a cada paso, dejándonos caer sobre una vaguada a nuestra derecha que nos facilita el avance.
Eso hasta los metros finales antes de pisar el camino, ya que nos toparemos de lleno con una franja de aulagas que animará los últimos pasos hasta tierra firme.





En el camino, mirada atrás a contraluz para dibujar nuestro descenso imposible.
Nosotros al cierre, donde hilaremos pistas forestales y cortafuegos para retornar al camino de Puente Cambril.
Por delante tendremos que acertar con los pasos a seguir para acabar en las inmediaciones del Venta de Vicario Vicario y el arroyo de la Azuzadilla.





Nos basta caminar delante del abandonado rancho para volver a pisar el camino que va a Puente Cambril, finalizando nuestro recorrido de vuelta al punto de partida.

Nos vemos en las montañas.