Torres del Paine. Refugio El Chileno al Refugio Los Cuernos
near Ascencio, Region of Magallanes (Chile)
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Trail photos
Itinerary description
El ruido de las ventoleras durante la noche ha sido notable, pero el día está relativamente despejado a la hora de salir del refugio El Chileno para iniciar el descenso hacia el Refugio de Los Cuernos. Hacia el Mirador de la Base se siguen viendo nubes negras, pero menos que ayer, mientras hacia el lago el cielo está bastante despejado y eso son excelentes noticias para el caminante.
Inicio la marcha volviendo atrás por el sendero de Las Torres, que utilicé ayer para alcanzar El Chileno, con unas impresionantes pedreras a mi derecha que dejan entre medias lagunas de vegetación con muy escasos árboles, y que parecen coronadas por las altas cimas nevadas, casi fuera de mi alcance visual.
El Paso de los Vientos no ofrece ningún problema hoy, diría que sopla una débil brisa sólo, y eso me permite contemplar a mis anchas el hermosísimo valle del Río Ascencio, sin las precauciones del día anterior. Hacia atrás, la distancia me permite ver las grandes masas de hielo y nieve acumuladas en las montañas de las que me voy alejando.
Cuando llevo caminados unos 1.500 metros encuentro la bifurcación en la que debo tomar el sendero que sale hacia la derecha, para descender más directamente hacia el Lago Nordenskjold, cuya ribera seguiré -a distancia- hasta alcanzar el Refugio Los Cuernos.
A poco de iniciar esta parte del sendero ya tengo una excelente vista de la cola del Lago Nordenskjold, en el que desemboca el río Ascencio en la esquina más próxima, mientras que en la más alejada lo hace el río Paine, que llega aquí tras pasar por las cercanías de Laguna Amarga, y que más adelante saldrá de este Lago, formando una gran catarata, para llevar sus aguas al Lago Pehoe. En esta zona inicial, conocida como Sector Estancia, la vegetación sigue siendo relativamente escasa y la pendiente es bastante importante, aunque el agarre del suelo en seco es muy bueno.
A medida que sigo bajando el matorral es cada vez más denso, con flores y frutos curiosos, cuyos nombres desconozco en su gran mayoría; en un momento dado comienzan a aparecer los calafates, con sus bayas maduras, y aumentan los arbustos y árboles de no mucho porte. El paisaje al frente es magnífico pero al dirigir la mirada hacia la derecha, a la cima de la ladera, veo el monte Almirante Nieto entre las nubes, cubierto de nieve; la foto describe mejor el impacto visual que cientos de palabras.
Desde aquí la ruta es un continuo sube y baja, pero con pequeñas variaciones de desnivel que la hacen muy llevadera, y con una vegetación muy variada y atractiva, que añadida a la grandiosidad del paisaje de montañas (cada vez con mejores vistas) y lagos, y al relativamente frecuente avistamiento de aves (otros tipos de fauna han sido muy raros, aunque me han informado de que es variada y numerosa), la hacen muy agradable desde el principio.
En estos devaneos estamos cuando alcanzo el Sector Cuernos, y me doy cuenta de que hay grandes pájaros volando cerca de las altas cumbres. Su tamaño y limpio vuelo los identifican de inmediato: es el Cóndor quien ha aparecido para hacer aún más recordable mi día.
Atravieso varios riachuelos mientras sigo viendo a mi derecha el Almirante Nieto y comienzo a entrever al frente el Valle Bader, con las primeras vistas a Los Cuernos. El lago sigue ofreciendo una vista excepcional, con su telón de montañas al fondo. Cruzo lo que creo es el barranco del río del Arriero, con un impresionante glaciar en las alturas, y sigo adelante por una zona más agreste, con subidas y bajadas más pronunciadas, donde ya los Cuernos del Paine están a la vista haciendo, si cabe aún, más impresionante el paisaje. Ya veo al frente el Paine Grande, cuya cima principal es la más alta de la cordillera, y en la bahía que forma el lago por delante de él, al pie de Los Cuernos, comienzo a identificar las edificaciones del Refugio y Camping Los Cuernos, mi destino del día y final de esta etapa.
El edificio dedicado a refugio es moderno y las instalaciones son excelentes. No visito el camping, pero parece haber bastantes tiendas y todo parece muy limpio. Un pisco sour en la terraza, con excelentes vistas al lago y las montañas y, sobre todo, una buena ducha con agua caliente, son una magnífica antesala para una buena cena, que cierra un día excepcional. Magnifica ruta, de longitud media y escaso desnivel positivo (no así el negativo), y un excelente tiempo que me ha permitido disfrutar de todo ello. Gran etapa, en vísperas del primer gran desafío.
Inicio la marcha volviendo atrás por el sendero de Las Torres, que utilicé ayer para alcanzar El Chileno, con unas impresionantes pedreras a mi derecha que dejan entre medias lagunas de vegetación con muy escasos árboles, y que parecen coronadas por las altas cimas nevadas, casi fuera de mi alcance visual.
El Paso de los Vientos no ofrece ningún problema hoy, diría que sopla una débil brisa sólo, y eso me permite contemplar a mis anchas el hermosísimo valle del Río Ascencio, sin las precauciones del día anterior. Hacia atrás, la distancia me permite ver las grandes masas de hielo y nieve acumuladas en las montañas de las que me voy alejando.
Cuando llevo caminados unos 1.500 metros encuentro la bifurcación en la que debo tomar el sendero que sale hacia la derecha, para descender más directamente hacia el Lago Nordenskjold, cuya ribera seguiré -a distancia- hasta alcanzar el Refugio Los Cuernos.
A poco de iniciar esta parte del sendero ya tengo una excelente vista de la cola del Lago Nordenskjold, en el que desemboca el río Ascencio en la esquina más próxima, mientras que en la más alejada lo hace el río Paine, que llega aquí tras pasar por las cercanías de Laguna Amarga, y que más adelante saldrá de este Lago, formando una gran catarata, para llevar sus aguas al Lago Pehoe. En esta zona inicial, conocida como Sector Estancia, la vegetación sigue siendo relativamente escasa y la pendiente es bastante importante, aunque el agarre del suelo en seco es muy bueno.
A medida que sigo bajando el matorral es cada vez más denso, con flores y frutos curiosos, cuyos nombres desconozco en su gran mayoría; en un momento dado comienzan a aparecer los calafates, con sus bayas maduras, y aumentan los arbustos y árboles de no mucho porte. El paisaje al frente es magnífico pero al dirigir la mirada hacia la derecha, a la cima de la ladera, veo el monte Almirante Nieto entre las nubes, cubierto de nieve; la foto describe mejor el impacto visual que cientos de palabras.
Desde aquí la ruta es un continuo sube y baja, pero con pequeñas variaciones de desnivel que la hacen muy llevadera, y con una vegetación muy variada y atractiva, que añadida a la grandiosidad del paisaje de montañas (cada vez con mejores vistas) y lagos, y al relativamente frecuente avistamiento de aves (otros tipos de fauna han sido muy raros, aunque me han informado de que es variada y numerosa), la hacen muy agradable desde el principio.
En estos devaneos estamos cuando alcanzo el Sector Cuernos, y me doy cuenta de que hay grandes pájaros volando cerca de las altas cumbres. Su tamaño y limpio vuelo los identifican de inmediato: es el Cóndor quien ha aparecido para hacer aún más recordable mi día.
Atravieso varios riachuelos mientras sigo viendo a mi derecha el Almirante Nieto y comienzo a entrever al frente el Valle Bader, con las primeras vistas a Los Cuernos. El lago sigue ofreciendo una vista excepcional, con su telón de montañas al fondo. Cruzo lo que creo es el barranco del río del Arriero, con un impresionante glaciar en las alturas, y sigo adelante por una zona más agreste, con subidas y bajadas más pronunciadas, donde ya los Cuernos del Paine están a la vista haciendo, si cabe aún, más impresionante el paisaje. Ya veo al frente el Paine Grande, cuya cima principal es la más alta de la cordillera, y en la bahía que forma el lago por delante de él, al pie de Los Cuernos, comienzo a identificar las edificaciones del Refugio y Camping Los Cuernos, mi destino del día y final de esta etapa.
El edificio dedicado a refugio es moderno y las instalaciones son excelentes. No visito el camping, pero parece haber bastantes tiendas y todo parece muy limpio. Un pisco sour en la terraza, con excelentes vistas al lago y las montañas y, sobre todo, una buena ducha con agua caliente, son una magnífica antesala para una buena cena, que cierra un día excepcional. Magnifica ruta, de longitud media y escaso desnivel positivo (no así el negativo), y un excelente tiempo que me ha permitido disfrutar de todo ello. Gran etapa, en vísperas del primer gran desafío.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Etapa amable, de longitud media e impresionantes vistas.
Es difícil competir con el valle del Frances, pero esta es una impresionante etapa.