Torredonjimeno al Molino el Cubo, con agua
near Torredonjimeno, Andalucía (España)
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Trail photos
![Photo ofTorredonjimeno al Molino el Cubo, con agua](https://s1.wklcdn.com/image_26/806974/23142027/14742442.400x300.jpg)
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Itinerary description
En bastantes ocasiones hemos caminado por este bonito paraje, cercano a Torredonjimeno, pero siempre habíamos hechado en falta el agua en los distintos arroyos existentes en la zona. Asi que aprovechando las abundantes y beneficiosas lluvias de los últimos días, hemos visitados una vez más el entorno, para por fin conocerlo con el aliciente del agua.
Iniciamos la marcha por la Vía Verde del Aceite, justo donde se ubicaba la desaparecida estación del tren de Torredonjimeno. A los 700 - 800 metros pasamos bajo el puente de piedra sobre el que transita el camino del Palomar, despues la vía verde pasa por encima del arroyo del Cubo, que aunque no se ve a por causa de la vegetación, sí que se escucha con fuerza, lo que nos hace pensar que baja caudaloso. Un poco más adelante, dejamos la vía verde por la izquierda y cruzamos la autovía por un paso subterráneo.
Una vez al otro lado de la carretera, giramos a la izquierda y comprobamos, por primera vez, la fuerza del agua que corre encauzada por un tubo de grandes proporciones, construido para que el agua salve la autovía. Ahora caminamos junto al talud de la carretera, hasta girar a la derecha por el segundo camino que nos encontramos, que ya no dejaremos hasta llegar al antigua molino. Antes, nos hemos encontrados la unión de dos arroyos: El de las Mulas y el del Cubo, junto a un puente que no cruzamos, y que prácticamente se ve desbordado con tanta agua.
El MOLINO DEL CUBO es una construcción histórica situada a unos dos kilómetros de la localidad, se trata de un molino fortificado, de dos plantas, que fue construido por la Orden de Calatrava en el año 1437, junto al arroyo cercano, para utilizar la fuerza del agua en la molienda del grano. Aunque su estado de conservación es aceptable, ya es hora de que se tomen las medidas necesarias para su restauración.
Una vez fotografiado y comprobado que el lugar mantiene su misterioso duende, continuamos hacia adelante, junto al arroyo, que hoy si bajaba con cantidad de agua embravecidas, esta opción es bastante complicada por las piedra de gran tamaño que hay que salvar y que se encontraban húmedas y muy resbaladizas. Lo más aconsejable es seguir hacia arriba, en dirección a la pared de piedra, que en realidad es el soporte sobre la que fue construida la acequia que transportaba el agua desde el rio al molino, al inicio de la acequia parte un pequeño y bonito sendero, que nos lleva al objetivo principal del día, la cascada, y que hoy se encuentra en todo su esplendor.
Retrocediendo sobre nuestros pasos unos pocos metros y girando hacia la derecha, subimos hasta encontrar pronto un mirador, desde el que se divisa Torredonjimeno, más adelante nos encontramos un pequeño refugio enclavado en la roca, continuando llegamos a un pequeño salto de agua y paramos en otro mirador desde donde se aprecia lo poco que va quedando de la Serrezuela, como consecuencia de la cantera. Por último giramos a la izquierda, donde existe otra pequeña cascada y caminando ya entre frondosos olivares, junto al rio, hasta llegar de nuevo al puente donde se unen los arroyos que vimos a la ida, y por el mismo camino regresamos a la vía verde y a la estación. Fi n de la marcha.
En resumen, un agradable paseo, en compañía de mi buen amigo Manuel Luis.
Iniciamos la marcha por la Vía Verde del Aceite, justo donde se ubicaba la desaparecida estación del tren de Torredonjimeno. A los 700 - 800 metros pasamos bajo el puente de piedra sobre el que transita el camino del Palomar, despues la vía verde pasa por encima del arroyo del Cubo, que aunque no se ve a por causa de la vegetación, sí que se escucha con fuerza, lo que nos hace pensar que baja caudaloso. Un poco más adelante, dejamos la vía verde por la izquierda y cruzamos la autovía por un paso subterráneo.
Una vez al otro lado de la carretera, giramos a la izquierda y comprobamos, por primera vez, la fuerza del agua que corre encauzada por un tubo de grandes proporciones, construido para que el agua salve la autovía. Ahora caminamos junto al talud de la carretera, hasta girar a la derecha por el segundo camino que nos encontramos, que ya no dejaremos hasta llegar al antigua molino. Antes, nos hemos encontrados la unión de dos arroyos: El de las Mulas y el del Cubo, junto a un puente que no cruzamos, y que prácticamente se ve desbordado con tanta agua.
El MOLINO DEL CUBO es una construcción histórica situada a unos dos kilómetros de la localidad, se trata de un molino fortificado, de dos plantas, que fue construido por la Orden de Calatrava en el año 1437, junto al arroyo cercano, para utilizar la fuerza del agua en la molienda del grano. Aunque su estado de conservación es aceptable, ya es hora de que se tomen las medidas necesarias para su restauración.
Una vez fotografiado y comprobado que el lugar mantiene su misterioso duende, continuamos hacia adelante, junto al arroyo, que hoy si bajaba con cantidad de agua embravecidas, esta opción es bastante complicada por las piedra de gran tamaño que hay que salvar y que se encontraban húmedas y muy resbaladizas. Lo más aconsejable es seguir hacia arriba, en dirección a la pared de piedra, que en realidad es el soporte sobre la que fue construida la acequia que transportaba el agua desde el rio al molino, al inicio de la acequia parte un pequeño y bonito sendero, que nos lleva al objetivo principal del día, la cascada, y que hoy se encuentra en todo su esplendor.
Retrocediendo sobre nuestros pasos unos pocos metros y girando hacia la derecha, subimos hasta encontrar pronto un mirador, desde el que se divisa Torredonjimeno, más adelante nos encontramos un pequeño refugio enclavado en la roca, continuando llegamos a un pequeño salto de agua y paramos en otro mirador desde donde se aprecia lo poco que va quedando de la Serrezuela, como consecuencia de la cantera. Por último giramos a la izquierda, donde existe otra pequeña cascada y caminando ya entre frondosos olivares, junto al rio, hasta llegar de nuevo al puente donde se unen los arroyos que vimos a la ida, y por el mismo camino regresamos a la vía verde y a la estación. Fi n de la marcha.
En resumen, un agradable paseo, en compañía de mi buen amigo Manuel Luis.
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