Torrecilla en Cameros-Serradero-Torrecilla en Cameros

Tomamos la nacional 111 desde Soria en dirección a Logroño. En el camino vamos dejando a los lados lugares que merecen una marcha por la montaña: el Acebal de Garagüeta, la Sierra Cebollera desde la Venta Piqueras, las Cascadas de Puente Ra, o la Ermita de Lomos de Orio, la vía Romana… Cuando el valle del Iregua se ensancha llegamos hasta Torrecilla en Cameros. Sobre un asentamiento de Berones, repoblado en los siglos X y XI con colonos vascones, castellanos y navarros, la población fue creciendo durante el medievo gracias a la ganadería de ovejas y a los talleres de paños… Pero la ganadería trashumante, base de la vida camerana durante siglos, fue decreciendo desde los inicios del siglo XX y Torrecilla fue a menos, manteniéndose, en la actualidad una población de en torno a 500 habitantes. Conserva, no obstante, la belleza de los pueblos de Cameros, varias casas señoriales, ermitas y el bonito entorno del río Iregua.
RUTA
Desde el pueblo tomamos la pista asfaltada que asciende hacia el Serradero, quedando cortada 5 kilómetros más arriba. Aparcamos en una pequeña área recreativa ubicada junto a un estanque, a dos kilómetros de Torrecilla… Y comenzamos el ascenso. Se trata de una senda que discurre entre aliagas en flor y praderas salpicadas de matorrales. La subida es pronunciada y regular. Bordeamos el Cerro Plandero por su lado Oeste y seguimos ascendiendo hasta llegar al Serradero. La pradera en la que crecen acebos que vimos cubierta de nieve en una tarde especial, cuando al inicio del invierno ascendimos aquí desde Castroviejo, hoy se viste de primavera luce el esplendor de la primavera. Descendemos corriendo sobre la pradera y nos separamos ligeramente de la senda que discurre junto a un vallado, para retomarla después. Avanzamos hasta llegar a un hayedo. La senda se adentra en él y vuelve a salir, ofreciéndonos la vista global del bosque que se abre hacia el Valle del Najerilla. Junto al nacimiento del río Pedroso cruzamos un paso canadiense y volvemos a adentrarnos en el hayedo. Avanzamos por él para descender después en busca del camino que sube desde Castroviejo. Disfrutamos del bosque mientras ascendemos por el camino hasta llegar a las Fuentes del Río Yalde que marcan el inicio de nuestro retorno por las praderas del Serradero. Ascendemos ligeramente en camino de vuelta. Hay un momento, antes de emprender una abrupta bajada que discurre, en este caso, por el lado Este del Cerro Plandero, en el que podemos adivinar la silueta de las montañas de la Sierra Cebollera, que en su lado soriano vierten sobre el Duero, mientras a nuestra espalda queda el Valle del Ebro. El descenso, por una senda que discurre entre matorrales, se hace, a veces difícil. Un jabalí sale huyendo y lo vemos desplazarse por la ladera de la montaña.Y tras media hora de bajada, llegamos hasta el camino asfaltado. El resto de nuestro recorrido discurre por él. Finaliza nuestra ruta. Antes de retornar a Soria, disfrutamos de un breve paseo junto al Río Iregua… Y una cañita con limón. Nos la hemos ganado.