Torre de la Represa (o los Alcores) y Martinete de la Chopea (Arrabal de Benablón, Caravaca de la Cruz)
near Arrabal de Benablón, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Se trata de un paseo muy sencillo y sin dificultad técnica alguna. El único contratiempo es el tramo final por asfalto, pero es corto y la carretera tiene poco tráfico.
Arrancamos junto a las casas del Arrabal de Benablón, en el camino de la empresa Grupo Moya, tomando un camino de tierra entre almendros que nos adentra en el pinar. Ignorando los caminos y senderos menores que surjan, no tardaremos en llegar a la Torre de la Represa (o de los Alcores).
Datada en los años finales del siglo XIV, tiene una hermana gemela en la Torre Jorquera, situada a pocos kilómetros, en el entorno del río Quípar. Ésta de la Represa se ubica cerca del Argos, el otro afluente del Segura que discurre por tierras caravaqueñas.
Lo curioso de esta torre es que no tiene acceso a nivel del suelo, sino que había que entrar por medio de una escala. Curiosamente, esta torre de vigilancia (estamos en lo que fueron tierras fronterizas con el reino musulmán de Granada) está oculta entre los pinos, y de hecho sólo la veremos prácticamente cuando estemos pegados a ella.
Aquí finaliza el camino de tierra, pero arranca una sugerente y sinuosa senda que desciende por un bosque muy bonito. Además, hemos venido después de varios días de lluvias, de modo que el ambiente está limpio, puro, deslumbrante.
Tras el prolongado y cómodo descenso llegamos a un pequeño collado. Nos acercamos unos metros hasta la valla que impide entrar a una gran balsa de riego y que vemos a lo lejos. Regresamos al collado y seguimos por otro sendero en dirección oeste, hasta desembocar en un camino de servicio de las canalizaciones de agua de uso agrícola.
Hacemos un pequeño desvío para visitar las ruinas del Cortijo de la Represa. Encinas de buen porte, nogales, álamos y hasta un roble adornan el lugar, así como la desmedido proliferación de enredaderas y trepadoras.
Antes de salir al Camino Viejo de Archivel, el camino baja decidido hasta vadear una rambla tapizada de vinca, de vistosas flores lilas. Quizás lo más cómodo sea subir a la carretera por el camino, pero hemos visto una senda que conduce directamente a la Casa de la Tejera. Es algo abrupta, pero se salva sin dificultades. Esta casa, tristemente semiabandonada, tiene bajo ella un amplio aljibe.
Ahora sí, salimos a la carretera, y vemos que entre ésta y la casa hay despeñado un coche, un Ford que, quizás, anduviera más deprisa de lo debido por este camino repleto de curvas.
A los pocos metros oímos el siempre agradable sonido del agua. Es el brazal que viene de la Fuente del Piojo. Junto a ella, un tosco balsón de piedras en desuso, pero que mantiene su encanto.
Seguimos por la carretera, siempre con precaución, y enseguida vemos los llamativos arcos del Martinete de la Chopea, una construcción de principios del siglo XVIII, mancillada por una pintada de SE VENDE. Merece la pena bajar a explorar el lugar, pero hoy no es el día, con todo embarrado por las lluvias recientes.
Pocos metros más adelante dejamos el Camino Viejo de Archivel para girar a la izquierda por otro camino asfaltado que nos lleva -pasando junto al Cortijo de las Peñas- a la carretera de Benablón. Aquí giramos a la izquierdo, hacia las casas del Arrabal, cerrando una ruta para todos los públicos, bonita por su entorno y con dos elementos patrimoniales muy interesantes: la Torre de la Represa y el Martinete de la Chopea.
Arrancamos junto a las casas del Arrabal de Benablón, en el camino de la empresa Grupo Moya, tomando un camino de tierra entre almendros que nos adentra en el pinar. Ignorando los caminos y senderos menores que surjan, no tardaremos en llegar a la Torre de la Represa (o de los Alcores).
Datada en los años finales del siglo XIV, tiene una hermana gemela en la Torre Jorquera, situada a pocos kilómetros, en el entorno del río Quípar. Ésta de la Represa se ubica cerca del Argos, el otro afluente del Segura que discurre por tierras caravaqueñas.
Lo curioso de esta torre es que no tiene acceso a nivel del suelo, sino que había que entrar por medio de una escala. Curiosamente, esta torre de vigilancia (estamos en lo que fueron tierras fronterizas con el reino musulmán de Granada) está oculta entre los pinos, y de hecho sólo la veremos prácticamente cuando estemos pegados a ella.
Aquí finaliza el camino de tierra, pero arranca una sugerente y sinuosa senda que desciende por un bosque muy bonito. Además, hemos venido después de varios días de lluvias, de modo que el ambiente está limpio, puro, deslumbrante.
Tras el prolongado y cómodo descenso llegamos a un pequeño collado. Nos acercamos unos metros hasta la valla que impide entrar a una gran balsa de riego y que vemos a lo lejos. Regresamos al collado y seguimos por otro sendero en dirección oeste, hasta desembocar en un camino de servicio de las canalizaciones de agua de uso agrícola.
Hacemos un pequeño desvío para visitar las ruinas del Cortijo de la Represa. Encinas de buen porte, nogales, álamos y hasta un roble adornan el lugar, así como la desmedido proliferación de enredaderas y trepadoras.
Antes de salir al Camino Viejo de Archivel, el camino baja decidido hasta vadear una rambla tapizada de vinca, de vistosas flores lilas. Quizás lo más cómodo sea subir a la carretera por el camino, pero hemos visto una senda que conduce directamente a la Casa de la Tejera. Es algo abrupta, pero se salva sin dificultades. Esta casa, tristemente semiabandonada, tiene bajo ella un amplio aljibe.
Ahora sí, salimos a la carretera, y vemos que entre ésta y la casa hay despeñado un coche, un Ford que, quizás, anduviera más deprisa de lo debido por este camino repleto de curvas.
A los pocos metros oímos el siempre agradable sonido del agua. Es el brazal que viene de la Fuente del Piojo. Junto a ella, un tosco balsón de piedras en desuso, pero que mantiene su encanto.
Seguimos por la carretera, siempre con precaución, y enseguida vemos los llamativos arcos del Martinete de la Chopea, una construcción de principios del siglo XVIII, mancillada por una pintada de SE VENDE. Merece la pena bajar a explorar el lugar, pero hoy no es el día, con todo embarrado por las lluvias recientes.
Pocos metros más adelante dejamos el Camino Viejo de Archivel para girar a la izquierda por otro camino asfaltado que nos lleva -pasando junto al Cortijo de las Peñas- a la carretera de Benablón. Aquí giramos a la izquierdo, hacia las casas del Arrabal, cerrando una ruta para todos los públicos, bonita por su entorno y con dos elementos patrimoniales muy interesantes: la Torre de la Represa y el Martinete de la Chopea.
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