Terril, techo de Sevilla

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Terril, techo de Sevilla.

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Estoy de turismo por Cádiz, así que aprovecho para acercarme hasta Sevilla para subir su cima más alta: el Terril.

Afortunadamente se encuentra en la zona sur de la provincia, y no tardo demasiado tiempo en llegar hasta allí. El Terril se encuentra en la Sierra del Tablón. Destaca mucho, y se distingue fácilmente al ir llegando con el coche. El último pueblo por el que paso antes de comenzar a andar es Pruna, uno de tantos pueblos blancos que hay por esta zona. Son muy bonitos.

Sigo la carretera que va a Algámitas hasta llegar a la Ermita de la Virgen de Fátima. En la siguiente curva hay un mirador donde se puede estacionar. Cruzo la carretera hasta el inicio del sendero que me va a llevar hasta la cumbre. La subida no tiene pérdida posible. Con seguir este camino, basta.

El primer tramo voy atravesando vegetación bastante cerrada. A veces casi cubre el sendero. Pero enseguida salgo al aire libre, y a partir de entonces ya solo habrá algún arbusto.

Me encuentro con un pluviómetro, de esos viejos típicos que nunca he sabido cómo se usarían cuando estaban en funcionamiento. En este punto se puede elegir entre seguir por la vertiente sur del cordal, o ir por la línea de cimas. Yo decido volver por arriba, así que ahora sigo de frente por el sendero. No hay mucha diferencia. Yendo por aquí, la subida es más suave y el descenso más brusco, y al revés.

Ya veo el Terril, al fondo de la sierra. Es más una loma que una montaña. El sendero asciende suavemente, así que le meto caña al asunto, y enseguida estoy en el collado a los pies de la cima. Un corto ascenso, y ya estoy arriba, en el vértice.

Hace muy buen día hoy y se está a gusto en la cumbre. Al norte veo el Peñón de Algámitas, que tiene muy buena estampa. Es una pena que sea unos 8 metros más bajo que el Terril, porque es bastante más bonito. Esta es simplemente una loma algo alta sin interés especial. Lástima.

Es lo que tiene de malo esto de las listas. En general, los más altos no son los más bonitos. Pero bueno, a eso he venido, así que no me quejo. Tacho otro pico más, y me doy la vuelta.

Ahora sigo por arriba, por la cumbres, que son también lomillas redondeadas sin más historia. No tardo nada en regresar junto al pluviómetro. Al volver por la parte alta, hay una bajada algo más empinada al final del cordal.

Ruta cortita y sencilla. Este es un pico provincial de los fáciles y cómodos, que se pueden hacer en media mañana y aprovechar para visitar algún pueblo por la zona.

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