SUBIDA AL PICO URBIÓN (2.228 m)

Después de mucho tiempo esperando poder realizar la ruta, por fin hemos podido quedar y salir desde Valencia para realizar, entre otros, este muy anhelado recorrido. Aunque en septiembre ya está abierto el aparcamiento de arriba para los turistas, entre semana porque los fines de semana sigue funcionando el autobús, nosotros aparcamos en el de abajo. De esta manera aprovechamos la pista asfaltada para calentar. Tampoco se tarda mucho en alcanzar la preciosa Laguna Negra. En este punto ya podemos disfrutar de ese heradado paisaje glaciar que ha dado una geomorfología singular de lagunas y grandes cantos angulosos.

Disfrutamos un buen rato de la laguna antes de emprender la subida. El recorrido está indicado y con marcas de pintura de GR (blanco y rojo), así que no es difícil seguirlo. A medida que íbamos ascendiendo la niebla iba apareciendo. Llegó un momento en el que no pudimos tener vistas panorámicas, pero eso también es una excusa para volver a repetirla.

Pasamos primero por prados y después por terreno pedregoso, y más rápido de lo que me había imaginado habíamos llegado al collado que se desvía hacia el pico o al nacimiento del río Duero. Evidentemente, fuimos al pico, aunque debido al espesor de la niebla, desde este punto tan cercano no éramos capaces de verlo. Primero llegamos a la cruz y poco después hasta el punto más elevado de esta sierra a caballo entre las provincias de Burgos, Soria y La Rioja: el pico Urbión a 2.228 metros de altitud.

Tras las fotos de rigos descendemos por el mismo sitio hasta el collado. En esta ocasión decidimos no desviarnos al nacimiento del Duero, así que continuamos recto de regreso. La bajada cómoda y volviendo a disfrutar de lagunas. A mitad de descenso comenzó a desvanecerse la niebla hasta que finalmente se dejó ver un cielo soleado. Un tramo final hasta la Laguna Negra coincide con a subida, pero a partir de la laguna hasta el parking del Paso de la Serrá cogemos la "senda del Bosque", una preciosa senda junto al Arroyo de la Laguna Negra que va paralela a la pista asfaltada.

Bajo la sombra de grandes pinos y hayas llegaremos, como en un paisaje de cuentos de hadas, hasta el aparcamiento. Una ruta que, sin lugar a dudas, nos invita a repetirla tantas veces como haga falta.