Subida al Monte Olimpo desde el albergue Spilios Agapitos

La calificación de muy dificil es para la subida a la cima del Myticas
Segundo día de ascensión y bajada: Spilios Agapitos - Scala - Myticas - Spilios Agapitos - Prionia.
Al día siguiente después de un hermoso amanecer comenzamos la parte final de la ascensión. Al principio el paisaje era parecido al del día anterior, aunque la vegetación era mucho más baja y poco a poco iba desapareciendo a medida que subíamos.
El camino sigue perfectamente delimitado por los escalones y rampas despejadas que ascienden hacia la cumbre
A partir de los 2.400 m. solamente piedra y algún que otro matorral aislado dando una sensación de soledad pero de una belleza indescriptible. Las rampas se hacían cada vez más duras y la ascensión continua y sin tregua, era agotadora.
Después de un pequeño collado donde el camino se bifurca, una rampa de apenas 500 m alcanzamos cima del pico Skala de 2.866 m. en poco más de 2 horas de subida. Emocionados y satisfecho, con una sensación de victoria imposible de disimular nos hicimos las fotos de rigor y dejamos nuestro mensaje en el libro de recuerdos de la cima.
De regreso se planteaba el intentar alcanzar la cima del Myticas a pesar de saber que el camino era algo peligroso. Aunque pocos se aventuraban, la coincidencia con un grupo de senderistas alemanes de edad madura me animó al intento.
Pronto me di cuenta que el grupo al que me había unido no solamente desconocían la ruta sino que tenían poco experiencia en la montaña y simplemente eran un grupo de inconscientes
Tras dejarlos atrás en las primeras dificultades, encaré solo la subida que a cada paso se hacía más y más difícil y empezaba a dudar de mis posibilidades, no tanto físicas, sino mentales para asumir tanto riesgo innecesario.
Después de una pared bastante vertical donde dudaba de poder hacer el camino de regreso llegué al último paso comprometido antes del ascenso final. La visión de los cables de acero y las cuerdas tendidas para cruzar el estrecho paso con precipicios a ambos lados, me hizo recapacitar y asumir que mi edad y mis responsabilidades familiares no me permitían seguir adelante. Así que a apenas 50 m. de la cumbre decidí abandonar y regresar con mis compañeros.
Aunque el camino de regreso era largo y suponía un gran esfuerzo, no en vano había que descender 2.000 m. en 9 km, apenas pensé en ello dándole vueltas a la decisión tomada,
Tras una breve parada en el refugio continuamos descendiendo bajo un fuerte aguacero que dificultaba y hacía peligrosa la bajada por los resbalones en la piedra mojada. A pesar de ello llegamos a Prionia en apenas 7 horas de enorme esfuerzo pero satisfechos por haber logrado nuestro reto.