Subida al Cerro de la Cabeza y Puerto de Malagón desde San Lorenzo del Escorial

Lo primero que hay que decir es que a la ruta hay que quitarle 10 Km, ya que se me olvidó desconectar el GPS al llegar al coche y por ello ha marcado 10 Km mas de carretera.
Tras aparcar el coche, (me parece que correctamente) en una zona de chalets, empecé la ruta de subida, que transcurre casi siempre por un estrecho camino, entre bosques de pinos piñoneros (creo) en la parte baja y pinos silvestres en la parte mas alta, además hay fresnos, robles y en las cercanías del Arboreto Luis Ceballos algunos arboles exóticos como cedros del Atlas y abetos de Lawson. También hay multitud de espinos, jaras y retamas, que en este frio y lluvioso dia de finales de abril estaban floridamente hermosos.
Cuando el camino empieza a ensancharse llega a una casa y un huerto del Arboreto Luis Ceballos, donde descubro un "arbol singularde la CAM": el Olmo de los LLanillos, una especie de olmo que desconocía y que al parecer es autoctona española: ulmus laevis . A partir de aquí sale un estrecho sendero que en linea recta y en dura subida nos lleva al Cerro de la Cabeza. Cuando llego esta zona está envuelta en la niebla y empieza a nevar, todo ello da un atractivo aspecto fantasmagorico, pero me impide disfrutar de las vistas. Ya en bajada y saliendo de la niebla se llega a Puerto de Malagon y desde aqui sigo bajando por la carretera cortada al trafico y me acerco al Arboreto Luis Ceballos (pasando el cruce por el que tengo que volver). para disfrutar de los arboles de la zona. Despues doy la vuelta para al volver al sendero original y tranquilamente volver al coche.
Nota: creo que la ruta hubiese sido bastante mas fácil haciendo la segunda parte de la subida por la carretera, aunque luego la bajada por el sendero haría muy recomendable el llevar bastones.
Nota 2: la calificación de las rutas es de acuerdo a unas determinadas capacidades físico-técnicas y a unas determinadas circunstancias meteorológicas, que cambian en función de cada persona y de cada día. Hacer rutas en la naturaleza supone que cada uno asume su propio riesgo.