Sierra Norte de la Sierra II-Cazalla-Cartujja-Castillejo-La las Laderas-Cazalla

El tiempo nos ha respetado más, pero hemos tenido de todo en esta fantástica ruta circular por la Sierra Norte de Sevilla, que tiene su inicio y fin en la población de Cazalla de la Sierra, famosa entre otras cosas, por su excelente anis.

A primera hora de la mañana salimos desde nuestro punto de alojamiento: la Posada del Moro, para callejear por calles y plazas en suave ascenso para finalmente salir de la localidad por el carril de Los Recachos. Desde el primer momento, el recorrido se muestra totalmente señalizado con indicaciones e hitos de madera que nos van marcando a la perfección el camino a seguir.

Encontraremos multitud de cancelas y puertas de ganado, que no tienen dificultad para abrirse, pero que debemos siempre dejar bien cerradas para evitar perjuicios al abundamte ganado de la zona.

Superado este primer carril en dirección noroeste, llegamos a la carretera A-455, para unos metros a la derecha abandonarla por su margen derecho y tomar un carril en descenso que en medio de un barranco de densos castaños, impresionantes alcornoques y espesos musgos nos adentran en otro mundo y nos ponen todos los sentidos al máximo de deleite. Llegamos a las inmediaciones de un aula de la naturaleza y de nuevo nos encontramos con la carretera A-455 que seguimos ahora hasta llegar al cruce con las indicaciones de Cartuja de Cazalla, que tomamos a la izquierda y abandonando la carretera. Notamos aquí la falta de hito señalizador, pero con las indicaciones de la Cartuja no hay miedo a perderse.

Unos kilómetros más adelante llegamos a este Monumento declarado de interés Nacional, un monasterio del siglo XV que bien vale la pena conocer dada su importancia histórica (la visita son 3 euros).

Abandonamos el monasterior y continuamos por el carril que dejamos a la puerta del mismo, primero en suave ascenso hasta la villa turística hoy abandonada, para luego empezar a zigzaguear en descenso entre inmenso alcornoques y piaras de cerdos ibéricos que hacen muy divertido el recorrido.

Pronto nos adentramos en un fantástico valle, de verde frondoso y con multicolores alfombras de flores silvestres. Los espectaculares cantos de los pájaros ponen la música de fondo a un paisaje de ensueño.

Atravesamos el Cortijo de la Quinta (ojo con el mastín suelto en la puerta) y nos encontramos dos hitos señalizadores y a partir de este punto, inexplicablemente desaparecen.

De forma intuitiva, decidimos tomar el primer carril que encontramos a la derecha, superando la concebida cancela, para llegar al paraje del Cortijo de Valdecuco y seguir el carril que a partir de ahora va teniendo como referente al arroyo de Castillejo, de límpidas aguas, con una vegetación de rivera excelente y que nos hace sentirnos en otro mundo.

Ya no dejamos la dirección que nos marca el arroyo, bien por el carril o por su orilla derecha siempre, atravesando cercas y pasos de ganado hasta llegar a la última puerta de la finca de La Quinta justo en la carretera A.455 que abandonamos anteriormente.

Pasamos el puente y buscamos un sendero bajo el mismo que nos devuelve a la orilla izquierda del arroyo Castillejo, que vamos siguiendo sin abandonarlo hasta llegar a un gran puente por el que pasa el ferrocarril y encontramos diversas señalizaciones de otras rutas. Hay que buscar el paso del arroyo pegado a la base del puente y de esa forma accedemos al aparcamiento y desde allí hasta el inicio de la ruta de Las Laderas que, ahora perfectamente señalizado, nos trae en continuado ascenso primero, de vuelta hasta Cazalla.