Sierra de Sasiburu al completo desde Irauregi (Alonsotegi)

He venido a la sierra de Sasiburu en varias ocasiones: subiendo desde Irauregi, desde El Regato, desde Cruces o desde el Puente del Diablo. Sin embargo nunca la había hecho completa de una tirada como yo entiendo que es la sierra completa. Me refiero a subir desde Irauregi (como es el caso de hoy) y ascender primeramente al Ganeroitz para hacer después el cordal completo desde Peñas Blancas hasta el Arroletza, para descender hasta Irauregi por la ermita de Santa Águeda. Esta ruta sigue en un 80% la PR BI-101, que esta bien marcada y señalizada, por lo que el riesgo de equivocación es mínimo.

Hace un buen día aunque un poco caluroso, por ello madrugo y a las ocho estoy en el parking de Irauregi junto a la antigua estación de tren. He subido por aquí varias veces, así que conozco el camino a la perfección.

Salgo del parking y camino unos metros hacia la izquierda pasando ante la ermita de San Antolín y girando de inmediato a la derecha para cruzar el paso a nivel, siguiendo hacia arriba por una carreterita cementada hasta llegar a una trifurcación cercana. En ella tengo que elegir el camino de la izquierda. Por el camino que queda a mi derecha bajaré después.

Sigo un rato por la carretera pasando al lado de dos bonitos chalets y llegando enseguida a una bifurcación. De frente hay una carreterita que sube con un cartel donde pone Zamundi auzoa, que es por donde hay que ir. La carretera se va empinando, teniendo a mi izquierda unas vistas espectaculares sobre el pueblo, y llegando al poco a otra bifurcación en donde hay que tomar la curva hacia la derecha, desechando la pista que sigue de frente. La carreterita sigue en ascenso durante un rato, y a veces en fuerte ascenso, llegando a un cruce de caminos señalizado con numerosos carteles. En el cruce hay que seguir de frente, hacia delante, sin desvío alguno, hacia el barrio de Zamundi, distante ya menos de un kilómetro.

Tras andar unos 800 m desde el cruce anterior llego a una casa de piedra con una fuente delante, girando allí mismo la carretera a la izquierda. A unos metros hay una zona recreativa y una coqueta ermita. Es la ermita de Santa Quiteria, de comienzos del s. XX., y que según rezan las leyendas religiosas referentes a la santa, ésta era protectora contra la rabia y, según he leído, Quiteria tuvo otras ocho hermanas, todas nacidas en el mismo parto. Su festividad se celebra en Mayo y aquí suele organizarse una animada romería. A unas decenas de metros de la ermita encontramos unas pequeñas casas que fueron hogares de los mineros que trabajaban en alguna de las minas de la zona. Alguna de ellas esta muy bien arreglada.

En el cruce hay una señal que indica la dirección hacia Peñas Blancas y Sasiburu, y lógicamente la sigo. Se acabó la estrecha carreterita cementada que sube desde Irauregi. Empieza ahora un camino de tierra y rocas que discurre durante un buen rato dentro de un precioso bosque de encinas. En todo este tramo, hasta llegar al camino que se dirige al Sasiburu, encontraremos frecuentes señales blancas y amarillas de la PR BI–101que van señalando el camino.

Al poco de salir de Zamundi llego a una valla para el ganado que cierra el camino con paso por una puerta lateral. El sendero de tierra rojiza y bastante pisado serpentea entre las rocas bajo las encinas, ascendiendo poco a poco. Tras subir un rato accedo a un camino más ancho apto para vehículos todo terreno por el que hay que seguir hacia la derecha, para abandonarlo unas decenas de metros más adelante desviándonos hacia la izquierda. En este mismo punto abandono la PR BI–101, que sigue adelante por la pista en dirección al Sasiburu. Hay un poste de señales que lo indica.

Me desvío a la izquierda subiendo entre rocas por un sendero que se ve bastante menos que el anterior, pero que se intuye bastante bien. También encuentro por aquí restos de marcas blancoamarillas bastante desleídas por el paso del tiempo, pero que me indican los mejores pasos entre el roquedo del terreno kárstico. Hay que estar atento. Cuando el sendero ha dejado de ascender tengo que bajar una pequeña vaguada y llego a una parte mas llana pero igual de rocosa, pasando por encima de una sima de extracción de mineral. Enseguida paso al lado de la boca de una antigua mina de mineral de hierro situada a mi derecha. Esta pequeña mina esta situada exactamente bajo la cumbre de Peñas Blancas, a la que accederemos más tarde tras subir al Ganeroitz. Entro un poco a su interior para sacar una foto y su frescor me reconforta. La cueva de la mina se ve claramente que es usada como refugio del ganado, ya que su entrada es un barrizal macerado con excrementos por las pezuñas de los animales. Tras salir de la mina sigo un poco más el sendero y llego al espacio abierto del collado herboso entre el Ganeroitz y Peñas Blancas.

Sin parar ni un momento sigo de frente y afronto los primeros tramos de la dura ladera del Ganeroitz. Sin duda este tramo es el mas duro de toda la ruta de hoy. Con paciencia voy ganando altura hasta acceder al borde de un bosque de hayas y en su parte final paso al lado de unos magníficos ejemplares de pinos autóctonos, llegando a la cima claveteada por varios buzones y un poste geodésico. Estamos en la cumbre del Ganeroitz, también llamado Apuko, de 561 m de altitud (aunque dicen que este nombre pertenece a Peñas Blancas). Estamos en la cumbre de los montes de la sierra de Sasiburu.

Solamente me entretengo para sacar una foto de los buzones con el Eretza detrás y echar unos buenos tragos de agua de la cantimplora, iniciando el descenso de inmediato. Llego al collado y sigo de frente para ascender tras un pequeño repecho a la cumbrecita rocosa de Peñas Blancas, de 463 m, llamada así por el color blanquecino de la roca caliza que caracteriza a todo este sistema kárstico. La cima esta situada justo sobre la mina anteriormente comentada, teniendo una sima al lado de ella medio tapada por la profusa vegetación. Ojo con ello.

El camino, o mas bien senda, sigue de frente desdendiendo poco a poco serpenteando entre el roquedo y saltando a veces de roca en roca, aunque sin peligro alguno si uno esta lo suficientemente atento. Tras un rato de descenso suave llego hasta una pista que cruzo casi de frente. Es la pista que da servicio a los ganaderos que dejan sus animales por todos estos pastos.

Sin hacer caso a la pista atajo una pequeña loma campo a través para llegar enseguida a una hermosa y voluminosa cruz blanca con una hornacina en el frente, es lo que se denomina "El Humilladero". Paso al lado del mismo y enseguida desciendo de la loma para llegar a un cruce señalizado clave en la ruta de hoy. La PR BI–101 llega hasta aquí desde donde la hemos dejado antes. Hay que seguir de frente sin hacer caso a la pista atajando una curva y pasando enseguida al lado de lo que llaman la "Peña del Diablo", otra especie de tachuela herbosa sin nada que la caracterice. El camino sigue subiendo por las amplias campas hasta llegar a la cumbre del Sasiburu, de 459 m, que da nombre a toda la sierra. Tiene en la cumbre un buzón y un bloque de piedras con una barra en su ápice. Las vistas desde la cima sobre Alonsotegi, que se ve pequeñito allí abajo, son espectaculares.

El caminito sigue hacia abajo desde la cumbre bordeando un viejo pinar autóctono. Paso junto a un pequeño "mugarri", uno de los muchos que se ven en la cresta y que señalan la muga o frontera entre los municipios de Alonsotegi y Barakaldo. Al poco llego a otro mugarri junto a una roca con un escrito en una madera donde se indica "El Buzón", 458 m. y que imagino que se refiere al Pico El Buzón. La madera con el escrito esta rota, por lo que pienso que no durará mucho. Y al poco llego a la cima del Tellitu, con un buzoncito junto a otro munarri donde pone su altura: 455 m. Y siguiendo la cresta llego a la última cima de la sierra de Sasiburu y de la ruta, el Arroletza, de 454 m y un buzón sobre una roca además de una fotografía de un montañero fallecido.

Estoy seco y necesito reponer líquidos, por lo que en la cumbre me ventilo lo que queda en la cantimplora mas otra más pequeña, esperando encontrar después más agua por el camino. También apaño un par de piezas de fruta, que siempre vienen bien.

Tras el corto refrigerio inicio el descenso (hay un poste de señales) girando a la izquierda para bajar por la fuerte vertiente herbosa que mira hacia Cruces. No tiene pérdida, ya que se ven varios postes amarillos de la conducción de Enagás. Al llegar abajo, al collado, hay que girar a la derecha (también hay un poste de señales), entrando en un bosque por el que el sendero descendente, muy pisado, me va bajando – tras cruzar de frente dos caminos forestales perpendiculares – hacia Santa Águeda. Enseguida llego a un camino tras un portillo abierto y al poco, siguiendo hacia la derecha llego a un refugio cerrado. Paso ante el refugio y girando a la izquierda, en unas decenas de metros estoy en el entorno de la ermita de Santa Águeda. Hay una fuente con abrevadero de la que bebo abundantemente, rellenando una de las cantimploras.

Al lado se encuentra la famosa e histórica ermita de Santa Águeda, del s. XVI, a la que se acudía con ofrendas de aceite para sanar los males de los pechos y los dolores de cabeza. Esta ermita está enclavada en la ruta de la costa del Camino de Santiago de Bizkaia, a la que se accedía desde tiempos inmemoriales por la cercana Calzada Medieval, y por la que pasaré en pocos minutos. La ruta sigue hacia abajo por la carretera (hay un poste de señales frente a la ermita), y tras bajar por ella unos cientos de metros giro a la derecha (hay un cartel informativo), andando unos metros por la referida Calzada Medieval, para girar a la derecha por un sendero en una esquina de la Calzada.

El sendero, dentro del bosque, llega al poco a un recodo por el que bajan las escasas aguas de un arroyo, siguiendo por el camino y llegando enseguida a un camino más ancho por el que seguimos de frente. Este camino amplio, herboso y poco pisado bordea la ladera del monte, teniendo desde arriba una vista curiosa sobre la autopista AP–8 y cuyos túneles están bajo mis pies. Tras bajar una fuerte pendiente hay que girar a la derecha (hay un poste de señales), para subir al poco hasta una cercana barrera metálica doble de color verde que hay que cruzar haciendo una especie de zigzag en su interior. Superada ésta el camino asciende un centenar de metros hasta otra valla metálica verde situada a la izquierda que hay que cruzar por una abertura algo forzada haciendo un poco de contorsión corporal. Sigo hacia arriba y hacia la izquierda para llegar en pocos metros a una pista cerca de una caseta con una antena por la que ya sin problema alguno y siguiendo todo el rato por ella llego en un par de kilometros al cruce de la mañana. Una vez llegado al cruce solo tengo que seguir un poco hacia abajo, cruzar el paso a nivel y por la izquierda llegar al aparcamiento. Curiosamente, en este último tramo de cómoda pista cementada me cae una tormenta encima que me moja de lo lindo, llegando al coche empapado.

Fin de una ruta sencilla y fácil que no llega a los 12 km, con poca o nula problemática para seguirla ya que estaba muy bien señalizada, y con un desnivel positivo acumulado discreto de 744 m. Las vistas desde el cordal son excelentes. Merece la pena.