Sierra de Pujálvarez, Cejo (vértice) en Torremendo (Orihuela)

Dice Pepe Marcos: segundo domingo de Mayo. Tiempo nublado y amenaza de lluvia matutina. Temperatura razonable para estas fechas. Conjunciones que sumaban positivamente para realizar una nueva salida por nuestros montes. En este caso, otra vecina sierra alicantina iba a ser visitada. En esta ocasión, la curiosa y coqueta Sierra de Pujalvárez cercana a Torremendo y Orihuela . Por ello, Paco, Pilar y el que suscribe se dieron cita en Guadalupe para, después de un corto y entretenido viaje llegar al punto de comienzo de nuestra ruta, ubicado cerca de la parte norte de la mencionada siera. Desde aquí, por terreno definido de badlands y en camino levemente ascendente, llegamos hasta senda otrora mejor definida y ahora "tractorada", para siguiendo en dirección oeste, llegar al comienzo bajo de esta parte serrana. Desde aquí, cambio brusco de dirección hacia el este para coger la cresta de esta uniforme zona de Pujalvárez y seguirla en la mencionada dirección por camino no claramente definido (suele ocurrir con los cresteos), pero fácil de intuir y seguir, con puestos abundantes de caza de perdiz. Desde aqui, observamos en toda la zona sur, la gran finca de Los Canónigos, con sus abundantísimos frutales cítricos jalonados por dos "potentes" balsas. Tras terminar esta parte "fácil" de la salida, bajamos a la zona intermedia y divisoria de la sierra , para remontar en dirección sur zonas, primero de cresteo, y luego de "monte a través", algo más indefinidas, que nos llevaron, de forma progresiva y cuidadosa al punto más alto, al Vértice Geodésico de " El Cejo" situado a 339 mts de altura. Desde aquí pudimos divisar, al norte, las Sierras de Cristo, Orihuela y Callosa, hacia el este lejano las Peñicas de Cobatillas y la Mina de Monteagudo, y hacia el sureste Los Mamellones, Columbares (encapotado eso sí), Altaona y, muy al fondo, la Cresta del Gallo. Después del rápido refrigerio de rigor en forma de plátano, salida indefinida y con despistes hacia la zona este, donde, a través de caminos intuidos y bordeando zonas de cultivo, fuimos saliendo hacia la parte baja, para, cambiando poco a poco de dirección ir de nuevo hacia la zona norte y este (con pasos silenciosos cercanos a panales abundantes de abejas), que nos hicieron desembocar en la zona de "tierras malas" del comienzo que también sirvieron para dar punto y final a nuestra caminata. En total, unos 10 Kms. en unas tres horas y media por un terreno, como bien habéis podido deducir por lo relatado, lento y complejo. Tras el descansico corto de rigor, pá no perder la costumbre, rumbo al Mochuelo amigo, donde nos esperaban otros "magníficos".